Ópera armónica al estilo
italiano en un acto. Música de Antonio Literes. Estreno: h. 1705, Palacio de
la Duquesa de Medina de las Torres, Madrid.
LOS ELEMENTOS
Auditorio
de la Fundación Juan March, de Madrid
Funciones
abiertas: 9 y 11 de abril (19.30h) y 14 y 15 de abril (12h)
Funciones
escolares: 10, 12 y 16, de abril (12 h.).
Intérpretes:
Tierra,
soprano (Olalla Alemán). Aire, soprano (Eugenia Boix).
Agua,
soprano (Aurora Peña). Fuego, mezzosoprano (Marifé Nogales).
Aurora,
soprano (Soledad Cardoso). Tiempo, soprano (Lucía Martín-Cartón).
Sol,
bailarín (Rafael Rivero).
Equipo
artístico y técnico:
Dirección
de escena y escenografía: Tomás Muñoz.
Vestuario:
Gabriela Salaverri.
Iluminación:
Fer Lázaro y Tomás Muñoz.
Orquesta
barroca: Forma Antiqva.
Director
musical y clave: Aarón Zapico.
Coproducción
del Teatro de la Zarzuela y la Fundación Juan March
Transmisiones:
Directo
por Radio Clásica de RNE (día 11)
En
diferido por Catalunya Radio y TVE.
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Los elementos es
una de las obras más conocidas (teóricamente) del compositor Antonio Literes,
nacido en Artá, Mallorca, en 1673, que desarrolló toda su actividad musical en
Madrid, ciudad en la que falleció en 1746. Perteneció a la Real Capilla y al
Colegio de Cantorcicos, donde estudió, y escribió casi una decena de zarzuelas,
un par de óperas y alguna obra religiosa.
Los elementos es
una ópera, considerando el término en sentido amplio, con evidentes intenciones
alegóricas y simbólicas, muy probablemente entendidas por los contemporáneos.
Esquemáticamente es la lucha del Sol para imponerse a la Noche, es decir, el
triunfo de la luz sobre las sombras, y extrapolando ideas, del orden natural
social, para evitar el caos. En términos políticos, sería la prevalencia de
Felipe de Borbón, futuro Felipe V, sobre el Archiduque Carlos de Austria en la
Guerra de Sucesión española.
El
argumento (que tomamos del libro-programa editado por la Fundación March) es el
siguiente: En medio de la noche, con ausencia del Sol, el Aire y la Tierra
anhelan la llegada de la Aurora. Pronto se les unen el Agua y el Fuego, pero
los cuatro elementos comienzan una porfía, que llega a convertirse en pelea por
demostrar cuál de los cuatros ha de tener la primacía ante la falta del astro
rey. Esta batalla amenaza con aniquilar el mundo, por lo que, para evitarlo, es
necesario llegar a un acuerdo[1].
En ese instante, la Aurora se lamenta ante tan triste contienda y el Tiempo
invita al mundo a suspirar por la ausencia el Sol. Ante el problema, el Tiempo,
como juez indiferente a la pelea de los elementos, da paso a la Aurora y
anuncia el retorno del Sol. Con la
llegada del día, los cuatro elementos olvidan sus rencillas y recuperan la
alegría y el entendimiento, al mismo tiempo que reconocen el beneficio del Sol
sobre todos ellos.
La
estructura musical se plantea con la alternancia de recitativos y arias (en 36
pequeños números) que se ordenan en tres apartados: La Noche, Comienza el
amanecer, y La llegada del Sol.
Obra
moderna para su tiempo, su temática se presta hoy a continuar funcionando como
una alegoría de lo que hoy sucede en nuestro entorno y las posibilidades que
tenemos de influir en orientar eso que llamamos “orden natural”. En esta
ocasión se ha elegido un planteamiento que se relaciona con la ecología como
elemento salvador de la degradación del entorno natural.
La
obra, además de las connotaciones simbólicas, celebra el aniversario de la
Duquesa de Medina de las Torres (María Ana Sinforosa Núñez de Guzmán), esposa
del Duque de Medina Sidonia. Y es un excelente ejemplo del Barroco hispano que
gracias al trabajo de grandes profesionales tenemos ocasión de conocer. J.P.M.
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