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jueves, 5 de abril de 2018

Ópera: Los elementos.



Ópera armónica al estilo italiano en un acto. Música de Antonio Literes. Estreno: h. 1705, Palacio de la Duquesa de Medina de las Torres, Madrid.
 
LOS ELEMENTOS
Auditorio de la Fundación Juan March, de Madrid

Funciones abiertas: 9 y 11 de abril (19.30h) y 14 y 15 de abril (12h)
Funciones escolares: 10, 12 y 16, de abril (12 h.).

Intérpretes:
Tierra, soprano (Olalla Alemán). Aire, soprano (Eugenia Boix).
Agua, soprano (Aurora Peña). Fuego, mezzosoprano (Marifé Nogales).
Aurora, soprano (Soledad Cardoso). Tiempo, soprano (Lucía Martín-Cartón).
Sol, bailarín (Rafael Rivero).

Equipo artístico y técnico:
Dirección de escena y escenografía: Tomás Muñoz.
Vestuario: Gabriela Salaverri.
Iluminación: Fer Lázaro y Tomás Muñoz.
Orquesta barroca: Forma Antiqva.
Director musical y clave: Aarón Zapico.

Coproducción del Teatro de la Zarzuela y la Fundación Juan March

Transmisiones:
Directo por Radio Clásica de RNE (día 11)
En “streaming” a través de www.march.es/directo  (11 y 15).
En diferido por Catalunya Radio y TVE.



Los elementos es una de las obras más conocidas (teóricamente) del compositor Antonio Literes, nacido en Artá, Mallorca, en 1673, que desarrolló toda su actividad musical en Madrid, ciudad en la que falleció en 1746. Perteneció a la Real Capilla y al Colegio de Cantorcicos, donde estudió, y escribió casi una decena de zarzuelas, un par de óperas y alguna obra religiosa.

Los elementos es una ópera, considerando el término en sentido amplio, con evidentes intenciones alegóricas y simbólicas, muy probablemente entendidas por los contemporáneos. Esquemáticamente es la lucha del Sol para imponerse a la Noche, es decir, el triunfo de la luz sobre las sombras, y extrapolando ideas, del orden natural social, para evitar el caos. En términos políticos, sería la prevalencia de Felipe de Borbón, futuro Felipe V, sobre el Archiduque Carlos de Austria en la Guerra de Sucesión española.

El argumento (que tomamos del libro-programa editado por la Fundación March) es el siguiente: En medio de la noche, con ausencia del Sol, el Aire y la Tierra anhelan la llegada de la Aurora. Pronto se les unen el Agua y el Fuego, pero los cuatro elementos comienzan una porfía, que llega a convertirse en pelea por demostrar cuál de los cuatros ha de tener la primacía ante la falta del astro rey. Esta batalla amenaza con aniquilar el mundo, por lo que, para evitarlo, es necesario llegar a un acuerdo[1]. En ese instante, la Aurora se lamenta ante tan triste contienda y el Tiempo invita al mundo a suspirar por la ausencia el Sol. Ante el problema, el Tiempo, como juez indiferente a la pelea de los elementos, da paso a la Aurora y anuncia el retorno del Sol.  Con la llegada del día, los cuatro elementos olvidan sus rencillas y recuperan la alegría y el entendimiento, al mismo tiempo que reconocen el beneficio del Sol sobre todos ellos.

La estructura musical se plantea con la alternancia de recitativos y arias (en 36 pequeños números) que se ordenan en tres apartados: La Noche, Comienza el amanecer, y La llegada del Sol.

Obra moderna para su tiempo, su temática se presta hoy a continuar funcionando como una alegoría de lo que hoy sucede en nuestro entorno y las posibilidades que tenemos de influir en orientar eso que llamamos “orden natural”. En esta ocasión se ha elegido un planteamiento que se relaciona con la ecología como elemento salvador de la degradación del entorno natural.

La obra, además de las connotaciones simbólicas, celebra el aniversario de la Duquesa de Medina de las Torres (María Ana Sinforosa Núñez de Guzmán), esposa del Duque de Medina Sidonia. Y es un excelente ejemplo del Barroco hispano que gracias al trabajo de grandes profesionales tenemos ocasión de conocer. J.P.M.


[1] Es curioso que en medio de la trifulca, tengan tal arranque de sensatez.

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