Venimos oyendo, leyendo, desde hace algún
tiempo que la zarzuela es nuestra comedia musical. Quienes esto afirman quizá
busquen elevar la consideración social que tiene hoy la zarzuela, amparándose
en la fama y el tirón de que goza la comedia musical en nuestro país desde hace
unos años. Puede que pretendan promocionar nuestro teatro lírico y hasta
intenten aumentar su público. La intención es loable, sin duda, pero pienso
que la asimilación es equivocada. No
pretendo polemizar ni discutir; tampoco poner un género musical por encima de
otro; mucho menos recurrir a esa idea poco afortunada de que lo nuestro es
superior. Mi única intención es insistir en que estas comparaciones no tienen
razón de ser, porque ópera, opereta, zarzuela[1]
y comedia musical son cosas distintas; sólo tienen en común que son teatro con
mayor o menor intervención de la música. Más allá de esta certeza no
encontraremos más que diferencias.
Insistimos en que ninguno de estos
géneros líricos tiene, por sí mismo, supremacía sobre otro en lo que a calidad
artística se refiere. Hay óperas magníficas, como existen zarzuelas excelentes
y comedias musicales estupendas. También las hay medianas, mediocres y malas.
Pero afirmar que La boheme es mejor
que La verbena de la Paloma o que West Side Story … está fuera de lugar,
porque es lo mismo que comprar peras con manzanas.
Comedia
musical … americana.
La primera idea que hay que dejar clara
es que asociamos comedia musical (o simplemente “musical[2]”) a un tipo de teatro nacido en los Estados
Unidos, luego desarrollado en el mundo anglosajón. En nuestro entorno no solemos relacionar “musical”
con los espectáculos de esta naturaleza (cantados, hablados y bailados) tan
desarrollados y populares en la India (eso que llamamos Bollywood).
Escena del musical "West Side Story" |
Zarzuela
y musical: Diferencias.
Es cierto que “zarzuela” y “musical”
tienen en común partes cantadas, habladas y bailadas, en distintas
proporciones. Pero es la única
semejanza; las diferencias son más numerosas e importantes. Veamos algunas:
Edad
y entorno social.
Según la Wikipedia, le comedia musical
americana (quieren decir estadounidense) nace el 12 de septiembre de 1866, con
la obra The Black Crook (1866).
Nuestra zarzuela arranca en el siglo XVII (La
púrpura de la rosa, una de las primeras se dio a conocer en 1660, definida
como “zarzuela en un acto”; incluso tres décadas antes, en 1635 concretamente,
registramos una “comedia de música”; aunque no nos ha llegado el nombre del
músico, fue titulada El mayor encanto,
Amor .
Esta diferencia de edad es la responsable
de que el número de “zarzuelas” sea muy superior al de “musicales”. Pero no es
la cantidad lo que debe interesarnos, sino que esos casi 400 años de historia generaron
una gran variedad de tipos, como consecuencia de estéticas nuevas.
Si pensamos en el entorno social, la
conclusión será más evidente. Incluso comparando desde fechas similares
(mediados del XIX, cuando nace el musical) la sociedad norteamericana es
diferente a la española en lo político, en lo religioso, en lo económico y en
lo social. Y el teatro, como cualquier otra manifestación artística humana, es
consecuencia y resultado de su tiempo. No hacen falta más detalles.
Presupuestos
y presentación.
En el asunto de los dineros podemos
encontrar parecidos. El gran montaje de una zarzuela, como la gran producción
de un musical, sólo son posibles si se dispone de un elevado presupuesto. Ambos
espectáculos son caros, muy caros. De la
misa manera, una pequeña comedia musical, especialmente de esas que han surgido
y surgen al rebufo de un modelo que en España ha eclosionado con enorme fuerza,
es más barata; también es más barato un espectáculo zarzuelero mediano.
Otro asunto es la procedencia de los
recursos financieros. Aquí sí hay diferencias. Y son importantes.
Pintura naif de Manuel Gómez Arce, representando las escenas principales de la zarzuela "La parranda" |
No dispongo de datos concretos pero creo
no equivocarme al decir que en la comedia musical el soporte económico es la
iniciativa privada. En el terreno de la zarzuela, la alimentación viene del
Estado y también del mundo empresarial privado.
La consecuencia está a la vista cada temporada: los financiados por la
administración (el Teatro de la Zarzuela, concretamente) son grandes
espectáculos en lo que se refiere a su presentación (cantantes, orquesta,
decorados, coros, vestuario…). Las producciones de zarzuela financiadas por
empresas privadas son inferiores, sencillamente porque quienes las ponen en
marcha no pueden hacer frente a los elevados costos que precisa este
espectáculo.
Aquí surgen muchas cuestiones. La primera
sería conocer cuánto cuesta un espectáculo y otro. Me temo que la zarzuela es
más cara que el musical; basta pensar en el tamaño de la orquesta de una y otra
especialidad. Hay más cuestiones que podríamos plantearnos: rentabilidad de las
producciones (económica y cultural), inversión publicitaria (notablemente
superior para los musicales), respuesta del público (que determina la
viabilidad del negocio), elección del repertorio (a la zarzuela le “exigimos”
una mínima “recuperación” del patrimonio musical histórico, algo que no ocurre
con un musical)… El asunto es complejo;
claro, pero en lo que nos interesa viene a demostrar que la zarzuela no es el
musical español.
Consideración
social.
Aunque nada tenga que ver con la música,
sí creemos que hay diferencias en la consideración de las gentes hacia la ópera,
la zarzuela y el musical. Quizá provenga de la necesidad de ciertas gentes de
mostrar su clase social, su poderío
económico y hasta su nivel cultural. Quién sabe si la causa es la publicidad y
promoción o la consideración que cada género tiene en el pueblo, sea esta
consideración acertada o no. No podemos dejar a un lado la tremenda influencia
de las “modas”, que, como en todo, condicionan nuestros gustos y actividades. Podríamos simplificar diciendo que la ópera es
un espectáculo más de élites, mientras que la zarzuela es más popular, teniendo como asistente a un
publico ya maduro. Al musical asiste una mayor proporción de jóvenes.
La
temática.
Eso que llamamos “zarzuela”, abarca en
realidad un abanico de subgéneros distintos entre sí. Salvo que todo es
cantado, poco tienen que ver las zarzuelas barrocas con las obras que surgen a
partir de mediados del XIX, ni con el género chico, ni con la revista (de
actualidad o de espectáculo), ni tampoco con nuestra “comedia musical” (distinta
de la “comedia musical” en inglés).
Si nos fijamos sólo en la “zarzuela
grande” (Barbieri, Gaztambide, Arrieta, Serrano, Vives, Moreno Torroba,
Guerrero, Sorozábal, etc. etc.) encontraremos que la temática y el desarrollo
dramático de nuestras obras poco tienen que ver con el musical, pues plantean
dramas, tragedias, enredos, problemas sociales, etc. etc, en mayor variedad que
lo hacen las obras del otro lado del Atlántico.
El
texto.
Escena del musical "Un americano en París" |
Característica esencial de nuestro teatro
lírico, en cualquiera de sus modalidades, es el texto hablado, que tiene
especial importancia. El libreto es quien cuenta la historia y tiene un peso
muy destacado. En lo formal, son muchas las “zarzuelas” en las que la parte
hablada supone un trabajo muy exigente a los cantantes por su intensidad
teatral y su longitud. Si añadimos que, en muchos casos, este texto está
escrito en verso, la dificultad se acrecienta porque se requiere un esfuerzo
añadido. Debemos añadir que muchos cantantes no tienen la adecuada preparación
actoral porque no la incluyen los planes de estudio. Incluso no nos faltan
músicos que no quieren hacer zarzuela por el trabajo que les supone para los
rendimientos artísticos, de currículum o económicos que obtienen. Con un
recitar de romanzas y dúos cumplen con el “deber patriótico” de defender la
zarzuela.
La
música.
En este terreno, la gran zarzuela del
siglo XIX tiene una entidad musical que se integra en el desarrollo argumental,
siguiendo las líneas de la música italiana en lo que a la forma se refiere.
Esta influencia se ha visto en España excesivamente demonizada, pero hasta
mediados del siglo XIX no surgen en el mundo (en este tema en Europa) óperas distintas
a los modelos musicales italianos.
La música de los musicales de influencia
inglesa se apoya en temas ligeros, en
música más popular, e incorpora en mayor medida que la zarzuela, el baile, que
en nuestra zarzuela suele tener raíces folclóricas evidentes.
Resumen.
Se pueden desarrollar cada una de estas
características y elaborar estudios más detallados, desde luego. Aquí queda la
idea. Por el momento nosotros queremos destacar que la zarzuela no se parece al
“musical”, ni a la ópera. Cualquiera de estas especialidades es exclusiva, con
mayor o peor calidad, naturalmente, pero no deberíamos compararlas. La verbena de la Paloma, El barberillo de
Lavapiés, Doña Francisquita, … y tantas otras, ¿a qué se parecen?
José
Prieto Marugán
[1] Uso aquí el término
“zarzuela” de manera genérica, como solemos emplearlo de manera habitual,
aunque es evidente que en el conjunto de nuestro teatro cantado, hay variedad
de modelos; Nada tienen que ver entre sí La
Gran Vía y La tabernera del puerto, por
ejemplo, pero a ambas las llamamos “zarzuelas”.
[2] Esta asociación la hace
la propia Real Academia Española que en
la entrada “comedia”, destaca “comedia musical” remitiendo al término
“musical”, que define como “Género teatral o cinematográfico de origen
angloamericano, que incluye como elemento fundamental partes cantadas y
bailadas”. La Academia olvida otra definición de “comedia musical”, aquella que
se refiere a un espectáculo teatral “placentero, festivo o humorístico cuyo
desenlace suele ser feliz” y que incluye la música como parte esencial, como
ella misma dice. Por ejemplo, Doña Francisquita o Luisa Fernanda, fueron definidas por sus autores como “comedia
lírica”.
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