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jueves, 7 de noviembre de 2019

Entrada 1000 - Doña Francisquita.


Entrada 1.000 – Doña Francisquita.
Esta es la entrada número 1.000 de este blog zarzuelero. Un número redondo que merece la pena destacar. Para hacerlo me he planteado que tema tratar, y después de barajar algunos me he decidido por Doña Francisquita, la gran obra maestra de Amadeo Vives, Federico Romero Guillermo Fernández-Shaw, escrita a la sombra de La discreta enamorada de Lope de Vega. La inestimable “comedia lírica” que con sus 96 años de historia sigue teniendo la fuerza y el dinamismo de sus primeros días.

Pues bien, Doña Francisquita fue ofrecida en la Zarzuela la pasada temporada a partir del 14 de mayo. Quince funciones con todo vendido desde meses antes (Doña Francisquita sigue teniendo un tirón envidiable). En alguna hubo protestas entre el público, en otras, escándalo, y en alguna, bronca sin paliativos. La causa: ya lo saben ustedes: el planteamiento equivocado de un director de escena, que provocó estas reacciones al presentar como doña Francisquita, un espectáculo ajeno al espíritu y a la letra de la zarzuela original. En alguna de las funciones se llegó a interrumpir la representación, con lo que intérpretes tuvieron que soportar las iras del público, sin tener responsabilidad alguna. Debo recordar, también, que ese mismo público hizo ver a los cantantes que la cosa no iba contra ellos, aplaudiéndoles al final con reconocimiento especial. A pesar del griterío y de los silbidos, el público suele saber qué es lo que debe agradecer y qué lo que ha de recriminar. Se equivocan quienes creen que se le puede engañar.

Esta Francisquita se vio (el día 26 de mayo) por Facebook, YouTube y el canal web del Teatro de la zarzuela. Una publicidad innecesaria y, a mi entender, improcedente. Además, al ser una coproducción con el Gran Teatro del Liceo y el Teatro de la Ópera de Lausanne, se verá en el teatro barcelonés a partir del 10 de noviembre en seis funciones, una de ellas en varios cines españoles. En la Ópera de Lausanne se darán cuatro funciones a principios del año entrante. No sé cómo reaccionarán los asistentes catalanes y suizos, ya nos enteraremos, pero, sea como fuere, debo dejar constancia de que este espectáculo no es Doña Francisquita. ¡Qué pena me da ver cómo se desperdicia una oportunidad como esta para hacer disfrutar al público! ¡Cómo se tira por la borda el trabajo y el esfuerzo de un amplio equipo artístico y técnico, sometiéndolo a los enfados de un público indignado! ¿De verdad se cree que estas “innovaciones” van a sobrevivir?  

Por otra parte, no dispongo de información sobre las tareas y actuaciones previas al planeamiento de una nueva producción de una zarzuela. Desconozco también las condiciones administrativas y contractuales de la coproducción entre el teatro madrileño y los otros dos coliseos; en consecuencia tampoco sé las consecuencias de una hipotética cancelación de las representaciones. Pero sí me pregunto una cosa: ¿Es éste el camino por el que vamos a promocionar nuestro patrimonio zarzuelero?

Esta es la entrada número 1.000 de este blog zarzuelero. Dedicándosela a Doña Francisquita, a la original, era una  manera de rendir homenaje a esta obra maestra y a la zarzuela.
Vidal Hernando

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