Compositoras de zarzuela.

 

Obras de Blanca Lozano, Remedios de Selva, Carmen de Cantó, María Rodrigo, Lola Vitoria, Adela Pérez, Mercedes Ubachy, Elena Faus y Adela Anaya.

Sara Rapado, mezzosoprano. Carlos Díez, Piano. Sala Manuel de Falla (SGAE). 7-3-2023.

Bien es verdad que son pocas las compositoras que hayan escrito zarzuelas, y menos son las que pertenecieron a la Sociedad de Autores. Las causas son también conocidas y no es momento de entrar en ellas.

Lo que hemos tenido ocasión de escuchar ha sido la música que estas compositoras escribieron hace ya más de un siglo, gracias a la investigación desarrollada en el CEDOA rebuscando entre sus fondos documentales y gracias, también,  al trabajo de dos de sus copistas (Juan Antonio Rodríguez y Enrique Mejías), que han transcrito las partituras originales manuscritas a soporte moderno, lo que significa que están disponibles para ser interpretadas por quien lo desee.

Con dieciocho  fragmentos de ocho zarzuela, el Centro de Documentación y Archivo organizó un recital en el que intervino la mezzosoprano Sara Rapado acompañada al piano por Carlos Díez. La música escuchada es, en general, entretenida, de carácter ligero, amable, con importante presencia de ritmos hispanos y con una escritura vocal cómoda para la intérprete. De todos los números ofrecidos destacaría la “Canción gitana” de La tranquilidad, de Remedios de Selva y Torre, con su referencia a la popular “tarara”; la simpática habanera titulada “Canción de la muerte chiquita” de Diana cazadora, de María Rodrigo Bellido;  la sentimental “Romanza de Zaida” y la vibrante zambra de Mi Granada, de Lola Vitoria y Tarruella; los tres fragmentos de Madrid, capital de Europa,  (las garbosas bulerías, “Tu mantilla”, el pícaro y chulesco cantable “¡Soy la restricción!” y el pasodoble “Tu primer traje de luces”); y el “danzón cubano” y un pasacalle, de corte revisteril,  pertenecientes a Bésame, de Elena Faus.  EL concierto incluyó un chotis, titulado “Lo que más me gusta a mí”,  escrito por Adela Anaya Ruiz, e interpretado con mucha gracia y  mucho “aquél”, interpretado por la solista.

El público que llenaba la sala aplaudió con entusiasmo y quedó satisfecho, llegando incluso s intentar cantar un par de estribillos respondiendo a la comprometedora petición de la solista.

Carlos Díez, desde el piano, realizó un acompañamiento muy adecuado, dando todo el protagonismo a la voz y, mostrando, además, sus cualidades como solista en tres intervenciones individuales.

 Vidal Hernando.

(Fotos: Luis Camacho/SGAE)