Francesca Calero y Carolina Moncada, sopranos. César San Martín, barítono. Aurelio Viribay, pianista.
Obras de: Barrera, Calleja, Chapí, López Torregrosa, Montesinos, Quislant, Valverde Sanjuán y Vives.
Sala Manuel de Falla, de la SGAE, 19 de junio de 2024.
Con motivo de celebrarse el 125 aniversario de la fundación de la Sociedad de Autores Españoles, se celebró un concierto a base de números de zarzuelas poco o nada conocidas, procedentes del archivo de la entidad y seleccionados por la dirección y el equipo del CEDOA (Centro de Documentación y Archivo) que dirige, como es sabido la eficaz Mariluz González Peña.
Se abrió el
concierto con un fragmento de la zarzuela El Coco y siguieron ejemplos
de El siglo XIX, La balada de la luz, El Código Penal, La calandria,
Instantáneas, La flor de lis, Sandías y melones, Doloretes, La tempestad y
Lucha de clases. De ellas pudimos escuchar simpáticos números como la
“Canción de África” de El Código Penal o el “Dúo de la Chula y la
Cocotte, de Instantáneas, junto al poderoso y dramático “Monólogo de
Simón”, de La tempestad.
La velada resultó muy atractiva gracias a la entrega de sus intérpretes. Ambas sopranos cantaron con elegancia, intencionalidad expresiva y medios suficientes para todas sus intervenciones. La soprano valenciana Francesca Calero tiene una voz no demasiado potente, aunque suficiente para la Sala Manuel de Falla, pero me gustó su timbre y solventó los problemas -no excesivos- del repertorio cantado. Carolina Moncada, navarra, posee un instrumento de volumen y densidad, con registro efectivo y poderoso tanto en el grave como en el agudo y cantó con gracia y picardía. César San Martín conocido barítono madrileño, que ya ha protagonizado varias zarzuelas en el Teatro de su nombre, intervino con salero en algunos números, pero dio la muestra de su capacidad en el dramático fragmento de La tempestad, de Chapi.
Aurelio Viribay, desde el piano, colaboró con los cantantes con la profesionalidad que le es características. Ser un pianista acompañante requiere especiales cualidades; además de tocar su parte, debe ofrecer al cantante un soporte para su papel, dándole apoyo, haciéndole sentir que tiene tras de sí un soporte seguro, un artista que va a ayudarle en cualquier momento. Debe, además, ser capaz de adaptarse al estilo y cualidades de cada uno de los cantantes que acompañan. Sin duda es un trabajo delicado. Viribay es en esto un maestro.
Buen concierto, como los que organiza la SGAE a través del CEDOA, gracias a esta entidad cuales tenemos ocasión de escuchar ejemplos de la música desconocida que conserva en sus archivos. Merece el aplauso de agradecimiento. José Prieto Marugán.
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