Al libretista de zarzuela Ricardo de la Vega, le gustaban para sus
obras los títulos largos, mejor dicho, la unión de dos títulos. Sirve como
demostración su famosísima Verbena de la Paloma, que realmente
fue titulada La verbena de la Paloma o el boticario y las
chulapas y celos mal reprimidos, pero no es la única. Vean otros ejemplos:
* De Getafe al paraíso o La
familia del tío Maroma (Barbieri, 1883);
* Novillos en Polvoranca o Las hijas de Paco
Ternero (Barbieri, 1885);
* El domingo
gordo o Las tres damas curiosas (Chapí, 1886);
* A casarse tocan o La Misa
a grande orquesta (música de Chapí, 1889);
* El señor Luis el Tumbón o Despacho de huevos frescos (Barbieri,
1891);
* Al fin se casa la Nieves o Vámonos a la venta
del Grajo (Bretón, 1895), y
* ¡Aquí va
a haber algo gordo! o La casa de los escándalos (Giménez, 1897).
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