Vives a bordo del "Cap-Polonio" que le llevó a América |
Amadeo Vives sufrió de poliomielitis en su infancia, y a consecuencia de
la enfermedad quedó parcialmente imposibilitado de la pierna izquierda y del
brazo derecho. A pesar de todo era capaz de tocar el piano, porque conservaba
la suficiente funcionalidad de la mano.
La víspera del estreno de Maruxa
Vives contó a “El Caballero Audaz”, que lo publicó en La Esfera, el origen de su minusvalía. Una noche
en Toledo, ciudad en la que pasó un tiempo a su regreso de Málaga (donde había
vivido con su hermano) a Barcelona, dormía en un piso bajo con la ventana
abierta por el asfixiante calor. De pronto, despertó y, de manos sobre el
alféizar, había un perrazo enorme con aspecto fiero y amenazador. Amadeo, que
tenía un miedo enorme a los perros, se lanzó por la otra ventana y se lastimó
con las graves consecuencias de su incapacidad.
Hoy sabemos que la polio no es
enfermedad perruna, pero nadie ha sabido con certeza si el episodio del perro,
y sus consecuencias, fue realidad, pesadilla, o invento del propio Vives.
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