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miércoles, 24 de octubre de 2012

ANÉCDOTAS DE LA ZARZUELA - LA BUENA PATRONA



 “Serrano vivía en una casa de huéspedes, sin poder pagar a la patrona, en espera de que cuajara algo. Ésta, maternal y comprensiva, aguardó, facilitándole comida y lecho. Y comenzó a triunfar Serrano en Madrid. Vinieron El motete, La reina mora, La alegría del batallón, Moros y cristianos, y tantas zarzuelas más, que le pusieron en la cúspide. La música del maestro valenciano entusiasmaba a las muchedumbres. Serrano, ya rico y famoso, hombre de gran cariño, no olvidó a su antigua patrona en la casa de huéspedes, que tan bien se portó con él. Era ya una viejecita a la que Serrano se llevó a su casa, rodeándola de atenciones y de comodidades. Lo diría el maestro. Fue como una nueva madre para él y para su esposa. Y como una abuela para sus hijos. ¡Y en la casa del maestro murió la tal patrona, rodeada del cariño de Serrano y de los suyos”. 

¡Qué historia tan enternecedora! Es seguro que la buena mujer nunca pensó que su pupilo  pudiera pagarle la deuda en la manera en que lo hizo. Serrano pudo haber cumplido con  dinero, con la dedicatoria de alguna obra que –quién sabe – hubiera enorgullecido a la mujer, pero prefirió hacerlo con lo que más vale en este mundo: con cariño. Con el mismo cariño que él había recibido.

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