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Teatro Apolo - Catedral del Género Chico |
Cuando se anunció el cierre del Teatro Apolo, de Madrid, el 24 de mayo de
1929, porque sus propietarios lo habían vendido a una importante entidad
bancaria, se extendieron por Madrid y toda clase de rumores y comentarios. Uno
de ellos fue este soneto que los hermanos Álvarez Quintero enviaron a los
periódicos. La censura prohibió su publicación, pero no pudo impedir que, de
mano en mano, circulara por un Madrid dolido e indignado con la noticia.
AL TEATRO APOLO, PRÓXIMO A SER DERRUIDO PARA
CONSTRUIR EN SU LUGAR UN BANCO
Una fuerza invencible y ambiciosa.
ciega ante el arte, y a su
voz ajena,
a muerte inesperada te
condena
y en tu propio solar te
abre la fosa.
La multitud de seres
bulliciosa
nacida en él, alejase con
pena
por no ver convertida la
ancha escena
en caja de caudales
orgullosa.
Pero no tema el séquito
doliente
del ingenio español, que
adonde vaya,
con sus armas, su música y
su gente
de todas partes y de toda
laya,
por virtud de su espíritu
potente,
vivirá más que el Banco de
Vizcaya.
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El nuevo local |
No sabemos cómo
influyó negativamente en la cuenta de resultados de la entidad bancaria, pero
de alguna manera, el banco se sintió culpable, porque el 17 de diciembre de
1987, la entidad ofreció a Madrid un remozado local en la Plaza de Tirso de Molina al
que dio el nombre de Nuevo Apolo. Claro que, como nunca segundas partes fueron buenas, el nuevo local no fue ni sombra del primero.
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