Buscar este blog

lunes, 28 de enero de 2013

EL TIRÓN DEL GÉNERO CHICO



Alma de Dios - Seguidillas del fuelle. T. de la Zarzuela. Fdo. Marcos

La reina mora (Sainete de los hermanos Álvarez Quintero,  música de José Serrano). Alma de Dios (comedia lírica de Arniches y García Álvarez, música de José Serrano). Teatro de la Zarzuela, 26-1-2013.

Entretenido y acertado programa doble, muestra de lo que fue el género chico y del excelente quehacer de grandes autores.  Dos modelos de teatro, más o menos costumbrista, de historias con su pizca de misterio, con su planteamiento completo, con su desarrollo rapidísimo y con los detalles necesarios para hacer pasar al público una hora (cada una) divertida. Este es el objetivo y no otro. Y tanto el trabajo de ambiente sevillano de los Quintero, como el madrileño de Arniches y García Álvarez lo consiguen. No hay que buscar más: ni conflictos sociales, ni retratos en blanco y negro de nuestro pasado, ni análisis sicológicos metafóricos, … Nada más. Sólo entretener. Que ya es bastante.

Alma de Dios y La reina mora son dos obras más teatrales que musicales. En la sevillana la música, salvo la presentación de Coral, la “Canción del pajarero”, y el Dúo entre Coral y Esteban, páginas de cierta entidad, todo lo demás son melodías presentadas y sugeridas, pero  no desarrolladas. En Alma de Dios, la música aparece muy tarde y su adaptación a la temática de la obra resulta algo forzada. Se destacan las célebres “seguidillas del fuelle”, ejemplo de música para tenor cómico, el baile de la farruca y la popularísima “canción húngara”. Los dos últimos ejemplos son interpretados por personajes ajenos a la trama principal de la obra.


La reina mora - Dúo -. T. de la Zarzuela. Fdo. Marcos
De la interpretación hay que destacar el excelente trabajo de los actores (hoy cuadra este nombre casi mejor que el de cantantes). En la obra madrileña la figura indiscutible es la de Jesús Castejón que dio vida al Señor Matías. Castejón es hombre con muchísima experiencia teatral, capaz de sacar partido a personajes de este tipo que no son fáciles; destacó los detalles del “amo de casa”, sometido a la voluntad de su mujer, valiente … cuando no está ella, pero bueno: en el fondo, un “alma de Dios”, como suele decirse.  Cristina Marcos fue Ezequiela, la mujer dura, de carácter, capaz de todo para defender la inocencia de Eloisa. Su actuación, muy convincente y … temible. Agustín,  a cargo de Albert López-Murtra fue también un personaje creíble, al igual que Saturiano (Alfredo Alba), el pobre muerto de hambre, gorrón por necesidad.  En la parte musical, además de las pícaras “seguidillas del fuelle” triunfó sin duda alguna el tenor Alejandro Roy en la “canción húngara”. Aunque comenzó, desde dentro, algo desajustado, rápidamente se hizo con el tema y demostró potencia, y capacidad para arrancar del público la más cerrada ovación de la noche. 

En la obra quinteriana destacó el trabajo de Charo Reina (Doña Juana la Loca), mujer con gran experiencia en papeles de esta naturaleza y el de la pizpireta Mercedes (Aurora Frías). Los primeros papeles masculinos fueron bien dichos por Paco Ochoa (Cotufa), y Miguel Caiceo (Miguel Ángel).

La reina mora tuvo como protagonista musical a Cristina Faus, mezzosoprano valenciana que resolvió con maestría su primera intervención (“Compañero der arma”). Con el barítono madrileño César San Martín pusieron en pie un dúo magnífico, muestra de la capacidad melódica del maestro Serrano.  También se ganó el aplauso Ruth González en la “canción del pajarero”.

Mención aparte merece, además, el trabajo como director de Jesús Castejón que ha creado un espectáculo excelente. Dinámico, entretenido, dosificado en sus chistes, moviendo a sus compañeros actores con eficacia y demostrando, como ya se ha dicho, su polifacético quehacer como actor y cantante cómico.

La escenografía de Ricardo Sánchez-Cuerda muy adecuada, especialmente en Alma de Dios, tanto en el cuadro inicial como en el espectacular campamento de los gitanos. En cuando a la realización de La reina mora, la solución escenográfica es mucho más austera, especialmente en la escena de la cárcel.

De Alma de Dios, han desaparecido dos números musicales de carácter religioso (el “Kyrie” inicial cantado por el coro y el “Gratias agimus tibi” que tiene lugar en la iglesia), quizá para no alargar en demasía el espectáculo, Hay otros cambios: el añadido del personaje “argentino” de Pelegrín (Tomás Pozzi), el cambio del burro por una moto, …  pero la comedia no se resiente ni chirría.

La orquesta, a las órdenes de José María Moreno, joven director mallorquín que llevó la orquesta correctamente aunque un  poquitín  alta.

El teatro lleno; un público entusiasta y entregado, que vuelve a demostrar, otra vez, que le gusta ver y escuchar lo que conoce. aspecto a tener en cuenta por quienes organizan espectáculos zarzueleros.

Vidal Hernando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario