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viernes, 22 de febrero de 2013

ANECDOTAS DE LA ZARZUELA - EL TENOR NERVIOSO


Entrada al Museo Antropológico de Madrid 

Jeremías Cerdá trabajaba como bracero en su pueblo (Monóvar, Alicante) y no paraba de cantar jotas y canciones populares, sorprendiendo a todos cuantos le escuchaban: Después cantó Marina en una compañía local y, como consecuencia, el tenor llegó a Madrid de la mano de un paisano pintor, convertido en agente de conciertos. Cerdá cantó Marina en el Price, consiguió bravos y aplausos sin límites, y llenó el teatro veinte noches seguidas. Jeremías correspondía dando propina tras propina; dicen que una noche llegó a repetir diez veces la popular “Salida de Jorge”. El resultado de tales derroches fue una afonía tremenda y el nacimiento de un miedo insalvable a volver a la escena. Jeremías no se atrevía a cantar en un teatro, pero su voz debía ser tan atractiva que un empresario italiano le propuso una gira por su país.
-         Usted se viene conmigo, pagándole lo estipulado y sin salir a la escena. Bastará que en la habitación de la fonda cante usted, para mi solo, el “O paradiso” (de La africana, de Meyerbeer).
Cerdá aceptó y cumplió su contrato. A su regreso a Madrid, cantó en reuniones particulares, fue partiquino en el Teatro Real y terminó de conserje en el Museo Antropológico.

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