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lunes, 31 de octubre de 2016

PANTOMIMAS PARA NIÑOS



El sapo enamorado. Pantomima.Texto de Gregorio Martínez Sierra y María de la O Lejárraga. Música de Pablo Luna. B. Lacosta. A. Martín. B. Ruiz. M. R. Mendiola. El corregidor y la molinera. Pantomima. Texto de Gregorio Martínez Sierra y María de la O Lejárraga. Música de Manuel de Falla. E. Martín. B. Ruiz. R. Merlo. M. González. A. (Garduña). Ensemble Drama!  Directora de escena: Rita Cosentino. Director musical: Nacho de Paz. Auditorio de la Universidad Carlos III de Madrid (Leganés), 28 de octubre de 2016.

Un momento de "El sapo enamorado" en Cuenca, septiembre 2015(Foto: Fundación Guerrero)

Confieso que, además de volver a ver y escuchar este programa que tuve ocasión de conocer en su estreno, en septiembre de 2015, en el auditorio de Cuenca durante las III Jornadas de Zarzuela allí celebradas, me interesaba especialmente comprobar la reacción de unos niños del ciclo de enseñanza secundaria ante unas obras de esta naturaleza, pues la representación se incluye dentro del programa pedagógico del Teatro de la Zarzuela, en coporoducción también con la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero. ¿Cómo reaccionarían estos muchachos a unas obras teatrales limitadas básicamente a la gestualidad y con ausencia de texto? ¿Entenderían “de qué van” las historias que se cuentan? ¿Advertirían los detalles? ¿Hasta dónde les serían útiles las orientaciones y consejos previos de sus profesores? Y la pregunta más importante: ¿Se aburrirían?

No pretendo un estudio sicológico sobre el tema, pero sí debo dejar constancia de mi impresión sobre esta actividad. Los niños no se aburrieron. Bien es verdad que los he visto más integrados y participativos en otras producciones didácticas de la Zarzuela (El paraíso de los niños, La cantada vida y muerte del general Malbrú, por ejemplo) pero en esta ocasión la muchachada atendió y estuvo atenta al espectáculo durante la hora y hora y media aproximadas que dura cada una de las pantomimas, respectivamente. La conclusión más inmediata es obvia: la receptividad de los niños es impresionante; están abiertos a todo, les vale todo y seguro que sacan conclusiones de todo.  Pero cuidado, el mérito es de ellos, de la magia del teatro y, un poco menos, pero también de profesores y orientadores.

En fin, vayamos al comentario de las representaciones. El sapo enamorado fue presentado en un escenario vacío, aunque la narración estaba apoyada con proyecciones de cine mudo que resultaron muy efectivas. Excelente idea la de llevar los personajes de la escena a la pantalla que sorprende y reafirma la intencionalidad narrativa. El protagonista fue Aaron Martín, representando al Sapo, expresivo y convincente; junto a él, María González, en el papel de la Bella, y Balbino Lacosta, que tradujo el prólogo (única parte que tiene un texto explicativo, de difícil comprensión para los niños) con explícita gestualidad.

El corregidor y la molinera contiene más elementos de baile que la anterior pantomima. No hace falta recordar que fue el germen del ballet El sombrero de tres picos. La historia nos parece más sencilla de entender, en parte por la ayuda que supone la caracterización y el estupendo vestuario de los personajes protagonistas. La figura principal es la Molinera, interpretada por Estrella Martín, que hizo un trabajo excelente y supo destacar los distintos registros de su personaje. Aunque con menos relevancia, Baldo Ruiz, como el Molinero, contribuyó a redondear la representación. Muy bien resuelto el personaje del antipático Corregidor, a cargo de Ramón Merlo, muy expresivo, acentuando el carácter ridículo del personaje.

La escena de El sapo, completada con la proyección cinematográfica, resultó más estática que la de El corregidor, donde primó la viveza, la agilidad, el dinamismo, conseguidos con elementos muy simples (media docena de paneles que, movidos por los propios intérpretes, cambiaban la escena y daban movilidad a estos cambios. Creo que esta solución escenográfica resultó atractiva y merece que sus responsables sean destacados:  Juan Sanz,como escenógrafo y Gabriela Salaverri, diseñadora del vestuario. Ellos y todos los intérpretes estuvieron a las órdenes de Rita Cosentino que firmaba la dirección de escena. Un buen trabajo.

La orquesta, ENsemble Drama!,  a las órdenes de Nacho de Paz, director que estrenó el programa en Cuenca, sonó muy bien, redonda, cálida y eficaz. Hubo colores instrumentales y el conjunto siempre estuvo al servicio de la escena.

Al final, todos los intérpretes recibieron el aplauso espontáneo de los jóvenes espectadores.


Vidal Hernando.

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