Ópera
en tres actos. Libreto de Albert Boadella. Música de Juan J. Colomer. Estreno:
8 de febrero de 2018, en los Teatros del Canal (Sala Roja), de Madrid.
EL PINTOR
3
funciones: 8, 10 y 11 de febrero de 2018.
Intérpretes:
Ángel
del Cerro (Pablo Picasso). Josep Miquel Ramón (Mefistófeles)
Belén
Roig (Fernande). Toni Comas (Apollinaire y Velázquez)
Cristina
Faus (Gertrude Stein). Ivan García (Jefe de tribu)
Iluminación:
Bernat Jansa. Vestuario: Mercé Paloma.
Pinturas:
Dolors Caminal. Proyecciones: Sergio Gracia.
Coreografía:
Blanca Li. Escenografía: Ricardo Sánchez Cuerda.
Dirección
de escena: Albert Boadella.
Coro
de la Comunidad de Madrid (Dtor.: Félix Redondo).
Orquesta
Titular del Teatro Real.
Dirección
musical: Manuel Coves.
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El pintor es el acercamiento de uno de nuestros más
importantes hombres de teatro, el barcelonés Albert Boadella, por medio de una
ópera crítica sobre la vida, la obra y el significado para el arte del pintor
malagueño Pablo Picasso.
Con las explicaciones y opiniones de Boadella, se puede estar de acuerdo
o discrepar, pero nadie le puede negar la claridad y valentía con que las
expone. Sobre el protagonista de su ópera sostiene que “nadie
le puede negar su trazo genial. Incluso en los centenares y miles de disparates
aparece siempre un detalle de su infinita gracia. Desde la infancia parecía un
ser nacido solo para pintar. Sin embargo, asistimos a la paradoja del pincel
más dotado del siglo XX asestando el golpe letal al arte pictórico. A semejanza
de un Atila de las artes, por allí donde pasó el Pintor no volvió a crecer la
pintura. La convirtió en “artes plásticas” entregadas a la producción
intensiva. Sometidas a las ocurrencias de la apremiante novedad. Cinco, diez,
veinte obras diarias, y el mercado financiero se rindió exaltado y eufórico
ante él. Ya no era el valor formal y emocional de la obra sino la pura
especulación comercial dictando el camino de lo valioso y lo desechable”.
Continúa Boadella Picasso “con
su prodigiosa astucia y el apoyo fiel de sus cofrades políticos logró ser
ensalzado por los medios como el genio supremo. Fue el hombre anuncio de sus
propios éxitos pero la culminación de su gloria llegaría con la apoteosis de lo
monstruoso. Un aquelarre de formas descarnadas y desmedidas, regodeándose en un
delirio de feísmo”.
Y se pregunta: “¿Existió alguna
inspiración divina o diabólica que guio al Pintor hacia un éxito tan duradero?.
Este es el tema de la obra para
la que Juan J. Colomer (Alcira, Valencia, 1966), ha escrito una música que,
según sus propias palabras, evoluciona estéticamente en paralelo al desarrollo
del texto: “comienza
con un lenguaje bastante
tradicional, reminiscencia del impresionismo francés y del nacionalismo español,
con apuntes musicales secos en clara alusión a la afición taurina que Picasso
arrastró durante toda su vida, características que actúan a modo de leitmotiv
para ayudar en la narrativa musical. A medida que la pieza va avanzando y el
arte de Picasso va pasando por diversos períodos, así también la música va
incorporando elementos más modernos y adaptándose a la realidad pictórica,
utilizando por ejemplo una deconstrucción rítmica para emular el cubismo, todo
ello conservando elementos temáticos característicos que nos permiten ver una
evolución estilística en consonancia con el equivalente pictórico, pero siempre
tratando de conservar la esencia de los personajes/temas originales”.
Tres años ha invertido Boadella
en la redacción del libreto que plantea una desmitificación del personaje, aún
manteniendo la idea de su genialidad. J.P.M.
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