Pablo
Sorozábal. Los 5 ballets.
Orquesta
de Córdoba. Director: José Luis Temes. Cezane. CZ045. CD.
Una novedad discográfica de la
música española, desconocida para la mayoría de los aficionados, acaba de
editarse. Son las cinco obras que Sorozábal compuso para la danza. El
compositor donostiarra (1897-1988), es más que conocido por su producción para
la zarzuela, donde dejó un buen puñado de títulos encabezados por Katiuska, La del manojo de rosas y La tabernera del puerto, además de su
ópera Juan José, que nunca tuvo
ocasión de ver en escena y que se ha podido contemplar en la Zarzuela en
febrero de 2916.
Lo que nos presenta esta
grabación, realizada en el Gran Teatro de Córdoba en 2010, son cinco obras
escritas, muy espaciadamente, a lo largo de toda su vida creativa.
Cronológicamente son: Capricho español (1920),
Paso a cuatro (1955), Comedieta (1959), Vino, solera y salero (1979), y Paso
a dos (1984). En todas ellas puede apreciarse el conocimiento de la
orquestación y de la composición que el
maestro pudo aprehender en su etapa formativa en Leipzig. En todos ellos,
además, se escuchan aires españoles y los ritmos más clásicos de fandango o de
bolero.
En Capricho español, destaca la melodiosa inspiración del músico; en Paso a cuatro, obra más ambiciosa, con
seis fragmentos, se escuchan músicas que nos son conocidas, lo cual representa
una grata sorpresa; Comedieta, es
también partitura consistente, en tres tiempos, con 27 minutos de duración; el Paso a dos, está inspirado y basado en
temas de Pepita Jiménez, de Albéniz,
obra especialmente querida por Sorozábal, y fue escrita con destino a la
bailarina y coreógrafa Luisa Aranda y a José Antonio Ruiz; Vino, solera y salero, por último, es una reelaboración del Capricho español, con tres protagonistas
instrumentales: el violonchelo, el clarinete y el fagot.
La interpretación del maestro
Temes, al frente de la orquesta cordobesa, es brillante y efectiva. Destaca
siempre los planos sonoros, la intervención de los instrumentos que colorean la
música y la dan vida a través de los ritmos de danza. El tempo de la música nos
parece adecuado (es el ballet, es fundamental que la música “baile”), no en
balde Sorozábal conocía bien la base fundamental de nuestro folclore, y rendía
tributo en sus obras a los pasodobles o pasacalles, a los fandangos y a los
ritmos de la más rancia escuela bolera.
La grabación suena bien, algo que
hay que agradecer a la labor del ingeniero de sonido, aunque en algún momento
me ha dado la impresión de que los instrumentos más graves están demasiado
presente o cercanos. Se incluyen documentadas notas del propio Temes, sobre el
programa grabado.
José
Prieto Marugán
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