LA CASA DE BERNARDA ALBA
Nueva
producción del Teatro de la Zarzuela.
Estreno
mundial de la versión para orquesta de cámara.
Intérpretes:
Nancy
Fabiola Herrera (Bernarda Alba, la madre, 60 años).
Carmen Romeu (Adela, hija, 20 años). Carol
García (Martirio, 24 años).
Marifé
Nogales (Amelia, hija, 27 años). Belén Elvira (Magdalena, hija, 30 años).
Berna
Perles (Angustias, hija, 30 años). Milagros Martín (Criada, 50 años).
Julieta
Serrano (María Josefa, madre de Bernarda, 80 años).
Luis
Cansino (Poncia, criada).
Equipo
artístico y técnico.
Escenografía:
Ezio Frigerio.
Iluminación:
Vinicio Cheli.
Vestuario:
Franca Squarciapino.
Dirección
de escena: Bárbara Lluch.
Coro
Titular del Teatro de la Zarzuela. Orquesta de la Comunidad de Madrid.
Asistente
de dirección musical y piano: Rubén Fernández Aguirre
Dirección
musical: Miquel Ortega:
8 funciones:
(10, 11, 13, 15, 17, 18, 20 y 22 , Noviembre 2018)
Función del día 18-11-2018 transmitida por Facebook-Live (20 h. hora
española).
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Cartel de la Zarzuela |
Desde
que fuera estrenada, el 8 de marzo de 1945, en el Teatro Avenida de Buenos
Aires, aunque había sido escrita en 1936, La
casa de Bernarda Alba, última obra teatral de Federico García Lorca, se
convirtió en una de las grandes obras de la escena española de todos los
tiempos. Ha sido representada en numerosas ocasiones, dentro y fuera de España.
A partir de ella se han realizado ballets (mas de 25 versiones), películas, un
poema sinfónico y al menos cinco óperas (firmadas por
el
italiano Renzo Rosselini (1972?), la norteamericana Karen Griebling-Long (1986),
el inglés Michael F. Robinson (1997-2004), el alemán Aribert Rieman (2000) y el
el neozelandés Paul Sarcich (2007-2008). A ellas hay que unir la de Miquel
Ortega, la primera en castellano, que fue estrenada en diciembre de 2007, en el
Teatro de la Ópera de Brasov (Rumanía). Esta producción se pudo ver
después en los festivales
internacionales de Santander y Perelada y llega ahora al Teatro de la Zarzuela reescrita
para orquesta una orquesta de cámara de 14 músicos, con especial presencia del
piano.
Obra
cargada de simbolismos y retrato de una época y una sociedad, posee una
poderosa fuerza expresiva y está interpretada por ocho mujeres y un hombre. Para
este último protagonista se ha elegido un barítono (en la versión original
lorquiana es una mujer, como el resto del reparto) para dar mayor presencia a
la autoridad que el personaje (Poncia, la criada) tiene sobre Bernarda, la
protagonista.
Miquel
Ortega confiesa haber tenido la idea de escribir una ópera sobre este drama
rural, por interés personal, en su juventud, sin proyecto alguno para ser
representada. A finales de los 80 pidió a Bruno Bruch (seudónimo utilizado por Julio
Ramos), que preparara el libreto y empezó a escribir, “a ratos perdidos”, si
dedicación exclusiva, aunque tuvo la feliz idea de hacer un plan general y componer los “leit-motiv” que
aparecerán en la obra. Entre estos el propio autor destaca tres de Bernarda: el
que la identifica, el de su poder en la casa, y el de la crueldad, que sonará
siempre que la mujer la ejerza sobre sus hijas. Otro motivo identifica a Pepe
el Romano, personaje que está constantemente en la obra pero que no existe
físicamente como tal. Otros temas tienen que ver con Adela, Martirio y María
Josefa.
La casa de Bernarda Alba, ofrece una música tonal y con cierta influencia o
intención verista, ya que para Ortega es importante resaltar la naturaleza de
la historia. La orquestación de la primera versión para una gran orquesta fue
una condición impuesta por el teatro rumano, pero el músico barcelonés confiesa
que desde el primer momento, pensó en una orquesta de cámara, a la manera de
algunos modos de Britten, Bernstein o
Shostakovich.
Un
detalle importante en esta producción es la escenografía y la dirección de
escena. Ambas insisten en crear el ambiente de agobio, tensión, claustrofobia y
opresión que se vive en la casa durante el obligado luto que Bernarda somete a
sus hijas, Un luto que cercena la vida, la libertad e incluso los instintos de
unas mujeres en un momento crucial de sus vidas.
Argumento[1].
Acto I. Bernarda ha quedado viuda de su segundo marido
y recibe a las vecinas que se acercan a darle el pésame. Las hijas comentan la
herencia que recibirán y que beneficia a
Angustias, por ser la primogénita, quien además, tiene la suerte de que Pepe el
Romano la pretende. Bernarda impone a sus hijas ocho años de luto riguroso, lo
que significa que las chicas no podrán salir de casa, ni hablar con nadie. Sólo
Angustias, porque su matrimonio está cerca, gozará de alguna libertad. Adela,
la hija menor, libera a la abuela María Josefa (encerrada porque se la va la
cabeza) que se encara con Bernarda y le dice que quiere casarse para irse de la
casa.
Acto II. Todas
las hermanas cosen el ajuar de Angustias. Se comenta que Pepe el Romano se ve
en la reja con Angustias y se marcha tarde, a la una y media de la noche, pero
Poncia y Martirio aseguran que lo hace más tarde, La tensión entre las mujeres
aumenta: Angustia acusa a Martirio de haberle robado una foto de Pepe; Martirio
se excusa diciendo que ha sido una broma, pero Poncia sabe que entre las hijas
hay rencores antiguos. Un suceso externo viene a romper la tensión: Una
muchacha del pueblo, que ha tenido un hijo sin estar casada, es perseguida y
apedreada por la gente; sólo Adela se apiada de ella.
Acto III.
Bernarda pide a Angustias que hable con Martirio sobre el asunto de la
fotografía y hagan las paces. Angustias confiesa que esa noche no vendrá su
novio porque no está en el pueblo. Adela quiere pasar la noche viendo las
estrellas pero Bernarda manda a todas a dormir. Las criadas comentan los sucesos
de la casa hasta que Adela, que ha salido del cuarto porque tiene sed, las
descubre. Sale al patio y Martirio va
tras ella. Al hablar son descubiertas por Bernarda que, llena de ira, busca una
escopeta con idea de dar muerte a Pepe. Adela corre, se encierra en cuarto y se
suicida. Su madre la ve y afirma que su hija ha muerto virgen, J.P.M.
Representación del Festival Internacional de Santander. |
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