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martes, 25 de junio de 2019

Música para Machado.


Obras de Joaquín Rodrigo, Hermes Luaces, Jesús García Leoz y Antón García Abril.
Sonia de Munck, soprano. Aurelio Viribay, piano.
Teatro de la Zarzuela, 24-6-2019.

 
El penúltimo concierto del ciclo Notas del Ambigú de la presente temporada 2018-19, ha tenido como protagonista al poeta Antonio Machado (Sevilla, 1875–Colliure, Francia, 1939), de quien decía Gerardo Diego que “hablaba en verso y vivía en poesía”.
Los intérpretes en un recital en la Fundacióin Juan March

Diecisiete canciones de concierto (lieder en terminología germana) de cuatro autores formaron el programa que la soprano madrileña Sonia de Munck (que acaba de ser aplaudida protagonista de una  Doña Francisquita, a pesar del desafortunado planteamiento de la producción), acompañada por el pianista Aurelio Viribay. Abrió el programa una selección de seis canciones, seis pequeñas pinceladas, de Con Antonio Machado, de Joaquín Rodrigo. Siguieron dos ejemplos de Hermes Luaces, compositor madrileño, que escribió sus Caminos de la tarde  en 2013; música intensa y exigente. Las Seis canciones de Antonio Machado, de Jesús García Leoz, de 1952, páginas densas y de sonoridad poderosa, precedieron a Tres canciones sobre textos de Antonio Machado, de Antón García Abril, de 2002, delicadas partituras que cerraron la velada. García Abril y Luaces estuvieron presente en el concierto y fueron cálidamente aplaudidos al terminar la interpretación de las canciones.

Sonia de Munck mostró sus cualidades de primera figura: afinación perfecta, riqueza del juego dinámico, claridad en ambos extremos de su registro, y, sobre todo, interpretación del texto. Además de las melodías, los adornos y toda la suerte de elementos técnicos que pueden intervenir, una canción de concierto es una historia porque, generalmente, es poesía. Y los poemas son historias de gentes, de ideas, de sueños, de paisajes, de anhelos, de amores, de fracasos … Y cuando se ponen en pie es necesario “contar” esas historias, con lo que la expresividad del intérprete tiene mucha importancia.

Aurelio Viribay, pianista de reconocida reputación en estas lides, realizó un trabajo excelente. Fue siempre el soporte de la voz, sin buscar protagonismo ni siquiera en sus intervenciones solistas, contribuyendo a crear el ambiente de cada tema.

El recital fue muy aplaudido y los artistas tuvieron que interpretar dos canciones fuera de programa.

Mientras escuchaba estas canciones me preguntaba: “¿No sería bueno que diéramos a conocer, “a quien corresponda”, estas canciones de concierto para que los cantantes extranjeros del Ciclo de Lied del teatro, pudieran incluir alguna en sus programas? Calidad no les falta, quizá necesitan promoción. No se olvide que no se puede amar lo que no se conoce.
Vidal Hernando.

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