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lunes, 23 de diciembre de 2019

El baile perdido.


Bailes españoles de autores anónimos (XVI y XVII). Reconstrucción musical: Álvaro Torrente. Raquel Andueza, soprano. Grupo La Galanía. Anima e Corpo. AEC007. 2019.


Nuestro riquísimo idioma distingue entre dos palabras que, en el lenguaje diario, utilizamos indistintamente: Danza y baile. Para el Diccionario de Autoridades, la danza,la ejecutan bailarines profesionales u otros que la han aprendido conforme a las reglas del danzado”; el baile, “lo ejecuta el pueblo a su manera, prescindiendo del ceremonial y los detalles que hacen de la danza un arte”.  Sentadas estas premisas, el título de esta grabación, nos coloca en el entorno adecuado para escucharla, entenderla y disfrutarla.

Durante los siglos XVI y XVII había en España numerosos bailes cantados cuyos textos, a menudo sugerentes, picarones y hasta descaradamente eróticos nacían en la marginalidad de las tabernas, mesones y posadas. La música era sencilla, pero de impacto directo; una melodía reiterada en estrofas y estribillos y un acompañamiento marcado por el ritmo para ayudar a la expresión del movimiento. A estas características habría que añadir un detalle fundamental para entender lo que significaban estas pequeñas obras: la gestualidad y la intención de los movimientos, la expresividad propia de la danza.  El resultado eran folías, zarabandas, chaconas … y hasta un centenar de formas distintas que circulaban con facilidad, a pesar de que algunas eran prohibidas por su inmoralidad y castigados quienes las ejecutaban.

De muchos de estos bailes no tenemos documentación detallada, pero, gracias a un paciente trabajo de investigación, en fuentes musicales incluso extranjeras, y en textos literarios clásicos, Álvaro Torrente ha reconstruido algunos y con doce de ellos cantados y tres instrumentales, ha creado este CD de resultado atractivo e interesante.

Su escucha resulta encantadora (la grabación es técnicamente ejemplar, con un sonido equilibrado,   con presencia instrumental y destacando siempre la voz), y podemos deleitarnos con la delicada peripecia de Arrojame las naranjicas, y su historia metafórica de un cortejo amoroso; la simpatía irónica del Baile del ay, ay, ay; las riqueza de la gascona (¿Dónde va la niña bonita?) y el baile A la zambarambé (guineo), danzas muy poco conocidas; la expresividad del Secutor de la vara, y el poderío de la chacona. Añadan las formas más conocidas hoy de canarios (Españoles bríos), seguidillas (Préstame esos ojos) y la Jácara de la Méndez, y tendrán un vistoso panorama sonoro de nuestra música antigua.

La interpretación es magnífica, Raquel Andueza, cuyo reconocido prestigio en estas músicas es ya una garantía, canta con soltura, y suficiencia, pero, sobre todo, interpreta con la expresividad adecuada al texto, que, además, expone con una dicción impecable. El grupo instrumental que la acompaña, La Galanía es igualmente solvente, apoya a la voz en todo instante, y en las tres piezas instrumentales, chacona, folías y pavanas, dan muestra ddde su capacidad artística y expresiva.

Un CD recomendable que conviene oír con atención, disfrutando de la música y de los textos.

José Prieto Marugán

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