Bailes españoles de autores anónimos (XVI
y XVII). Reconstrucción musical: Álvaro Torrente. Raquel Andueza, soprano.
Grupo La Galanía. Anima e Corpo. AEC007. 2019.
Nuestro
riquísimo idioma distingue entre dos palabras que, en el lenguaje diario,
utilizamos indistintamente: Danza y baile. Para el Diccionario de Autoridades, la danza,
“la ejecutan bailarines profesionales u otros que la
han aprendido conforme a las reglas del danzado”; el baile, “lo ejecuta el pueblo a su manera, prescindiendo del
ceremonial y los detalles que hacen de la danza un arte”. Sentadas estas premisas, el título de esta
grabación, nos coloca en el entorno adecuado para escucharla, entenderla y
disfrutarla.
Durante los siglos XVI y XVII había en
España numerosos bailes cantados cuyos textos, a menudo sugerentes, picarones y
hasta descaradamente eróticos nacían en la marginalidad de las tabernas,
mesones y posadas. La música era sencilla, pero de impacto directo; una melodía
reiterada en estrofas y estribillos y un acompañamiento marcado por el ritmo
para ayudar a la expresión del movimiento. A estas características habría que
añadir un detalle fundamental para entender lo que significaban estas pequeñas obras:
la gestualidad y la intención de los movimientos, la expresividad propia de la
danza. El resultado eran folías,
zarabandas, chaconas … y hasta un centenar de formas distintas que circulaban
con facilidad, a pesar de que algunas eran prohibidas por su inmoralidad y
castigados quienes las ejecutaban.
De muchos de estos bailes no tenemos
documentación detallada, pero, gracias a un paciente trabajo de investigación,
en fuentes musicales incluso extranjeras, y en textos literarios clásicos,
Álvaro Torrente ha reconstruido algunos y con doce de ellos cantados y tres
instrumentales, ha creado este CD de resultado atractivo e interesante.
Su escucha resulta encantadora (la
grabación es técnicamente ejemplar, con un sonido equilibrado, con presencia instrumental y destacando
siempre la voz), y podemos deleitarnos con la delicada peripecia de Arrojame las naranjicas, y su historia
metafórica de un cortejo amoroso; la simpatía irónica del Baile del ay, ay, ay; las riqueza de la gascona (¿Dónde va la niña bonita?) y el baile A la zambarambé (guineo), danzas muy
poco conocidas; la expresividad del Secutor
de la vara, y el poderío de la chacona. Añadan las formas más conocidas hoy
de canarios (Españoles bríos), seguidillas
(Préstame esos ojos) y la Jácara de la Méndez, y tendrán un vistoso
panorama sonoro de nuestra música antigua.
La interpretación es magnífica, Raquel
Andueza, cuyo reconocido prestigio en estas músicas es ya una garantía, canta
con soltura, y suficiencia, pero, sobre todo, interpreta con la expresividad
adecuada al texto, que, además, expone con una dicción impecable. El grupo
instrumental que la acompaña, La Galanía es igualmente solvente, apoya a la voz
en todo instante, y en las tres piezas instrumentales, chacona, folías y
pavanas, dan muestra ddde su capacidad artística y expresiva.
Un CD recomendable que conviene oír con
atención, disfrutando de la música y de los textos.
José Prieto Marugán
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