J.S
Bach. Conciertos de Brandenburgo, BWV 1046-1051. Dunedin Consort. Director:
John Butt. Auditorio Nacional, Madrid, 01-02-2020.
El ya tradicional concierto
del Ciclo de Grandes Autores e Intérpretes de la Música (CSIPM-UAM) dedicado a
la memoria del profesor Tomás y Valiente, ofreció la integral de los Conciertos
de Brandenburgo, páginas escritas hacia 1718 y 1720, y dedicadas al Margrave de
la antigua provincia alemana del mismo nombre. Frente a otras colecciones similares,
estos conciertos no son “parecidos”; todo lo contrario, cada uno de ellos
presenta una formación instrumental distinta y carácter también diferente. Lo
que les une es su enorme originalidad, su virtuosismo y sus posibilidades
expresivas. Con esta colección Bach, toma el modelo italiano de Vivaldi, lo
modifica, lo amplía, lo desarrolla, lo hace crecer y lo lleva a límites
insospechados, dando, de esta manera la medida de su genio, de su trabajo de
artesano y orfebre.
No es frecuente escuchar estas
seis piezas en una misma sesión, entre otras razones porque su ejecución es muy
exigente, en esta ocasión quizá más, porque al esfuerzo propio de la
interpretación, habría que añadir que casi todos los conciertos fueron tocados
de pie. Como oyente, escuchar todos los Conciertos
de Brandenburgo de un tirón, es una experiencia muy atractiva.
La versión que escuchamos fue
ofrecida por el Dunedin Consort, agrupación nacida en Edimburgo (Escocia) en
1995 y que hoy goza de un prestigio internacional. Es un conjunto de una veintena
de músicos, todos ellos solistas de primer nivel, que hacen música con ganas,
disfrutando, sin por ello perder el rigor que requiere la música. John Butt,
organista, clavecinista y director, está considerado uno de los grandes
especialistas de la música barroca en general y de Bach en particular. Dirigió
desde el clave, de pie, y fue solista brillantísimo en el quinto de los
conciertos. Imprimió al conjunto fuerza y vitalidad y supo destacar dinámicas,
fraseos, potencia y delicadeza y el complejo juego contrapuntístico que
contienen estas partituras. Fue una interpretación enérgica, brillante y
vitalista.
El director John Butt. |
No estoy muy seguro de que la
sala sinfónica sea el mejor escenario para estas músicas, pero la demanda de
localidades superaba con creces la capacidad de la sala de cámara. Digo esto
porque, la simple colocación de los instrumentistas, mirando hacia el público o
hacia sus compañeros, provocó ligeras variaciones en el sonido que llegaba.
Pensé que las personas que ocupaban las tribunas laterales y, sobre todo, la
del fondo de la sala, no pudieron escuchar bien, especialmente el clave en el
quinto concierto, con la tapa levantada. Quizá sean sólo detalles menores.
En resumen, la sesión fue
excelente. Pudimos escuchar virtuosismo, bravura, sonoridades y colores
instrumentales, juegos de armonías entrecruzadas… en definitiva, buena música y
muy bien interpretada. El público lo agradeció con calurosos aplausos.
Vidal Hernando
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