Como consecuencia del Estado de Alarma decretado por el gobierno, que no es que gobierne, pero manda, este diálogo entre el exigente forofo zarzuelero Don Hilarión, y su amigo Don Sebastián, se ha producido en una calle madrileña y no en la terraza de un café cono era habitual hace un par de meses. La razón es que Don Hilarión y Don Sebastián siguen confinados en sus respectivos domicilios, aunque como están en la Fase Cero (que es la primera) de la futura desescalada (término inexistente sobre cuyo uso debería pronunciarse la RAE, aunque se a toro pasado) que , pueden salir a pasear, en horas concretas, no lejos de su domicilio y respetando la distancia físical marcada por las autoridades que, con el mejor de los criterios, oscila entre el metro, el metro y medio o los dos metros, según…. Para tranquilidad de sus seguidores, la salud de los amigos es buena, de hierro dicen ellos, pero como ya no son guayabos precisamente, son considerados personas de riesgo. Siguiendo los consejos que les llegan desde las muchas autoridades, los numerosos responsables, los anónimos expertos y los centenares de plumillas que se asoman a las redes sociales, no tienen muy claro lo de la mascarilla. Hoy han decidido no llevarla, porque si se la ponen, a dos metros de distancia, no les será fácil entenderse, porque ambos andan ya algo duros de las trompas de Eustaquio.
A propósito de las redes sociales: todo el personal
está contentísimo con ellas, porque les sire para comunicarse, porque pueden
apuntarse a todas las que quieran, porque son gratuitas y porque pueden decir
lo que quieran con “total” impunidad …., pero muchos no se han hecho la
siguiente pregunta: ¿dónde pierden la vida los peces? … En la red. Pues eso.
Pero vamos a lo que interesa y es la charla de estos buenos amigos.
Don
SEBASTIÁN. Buenos días,
Don Hilarión. ¡Qué buena mañana! ¡Da gusto pasear en este tiempo primaveral!
Don
HILARIÓN. Buenos días, Don
Sebastián. Tiene usted razón. Da gusto. Y más después de haber estado extrañado
en nuestra propia casa tantos días. Menos mal que ahora, por lo menos, podemos
dar un paseíto, a horas tasadas y cerca de casa, pero … algo es algo.
SEB. Bueno, bueno. Hay que ser solidario,
responsable, cumplidor, comprometido, obediente, sumiso disciplinado …
HIL. ¡Para, pare ya!, Déjese de más adjetivos, que
parece usted el Espasa. Aunque se le han olvidado algunos: dócil, manso …
SEB. De
acuerdo. Y, dígame, ¿cómo lleva usted lo de la zarzuela?
HIL. Pues
usted verá. Llevarlo, lo que se dice llevarlo, no lo llevo. Ya sabe usted que
la Zarzuela, o sea el teatro, está cerrada. Ya me he perdido dos o tres
espectáculos, en alguno de los cuales tenía mucho interés.
SEB. ¡Paciencia,
amigo mío, paciencia! Todo se resolverá;
ya verá usted como dentro de poco, vuelven a abrir el teatro y … Pero, un
momento, hablando de la apertura. ¿Cómo se la imagina usted? Porque, con las
condiciones que se barajan para la desescalada, creo que en los teatros sólo se
podrán ocupar la mitad de las localidades.
HIL. Eso
parece. Esa es la solución que han encontrado los desconocidos miembros del
secreto comité anónimo que vela por nuestra salud. Me da la impresión de que
estos expertos no han frecuentados teatros líricos ni salas de concierto,
porque hay otras soluciones más eficaces.
SEB. ¡Qué
me dice! ¿Cuáles? Si puede saberse.
HIL. Muy
sencillo, Don Sebastián. Muy sencillo, querido amigo: ¡¡¡Prohibir las toses!!!
¡Fíjese usted! Además de impedir la transmisión del bicho ese, evitaríamos
también las molestias que supone una tos, sólo una tos, en medio del pianísimo
etéreo de la soprano. Porque, claro, ya sabe usted que las toses suelen
producirse en los momentos más inoportunos.
SEB. Hombre,
Don Hilarión, eso no se puede hacer. Nadie puede evitar un movimiento
convulsivo del aparato respiratorio…
HIL.
Lo
sé, lo sé. No olvide que soy boticario. Pero no me dirá usted que no es buena
idea. Un concierto sin toses … Era una
broma.
SEB. ¡Admitida! Pero dígame, ¿qué soluciones ve
usted para el futuro inmediato?
HIL. Hay
varias. Todas complejas, difíciles … Todas requerirán del esfuerzo colectivo y
solidario, de todos cuantos se relacionan con el teatro: personal, músicos,
cantantes, público ... Por ejemplo, cabe la posibilidad de dividir la
asistencia en Pares o Nones. Es decir, los asistentes serán distribuidos por
mitad, según que la fecha de su asistencia sea divisible por dos con resto
cero. O viceversa, claro está.
SEB. Pero
eso supondría duplicar el número de funciones, para mantener el mismo nivel de
asistencia.
HIL. ¡Claro!
¡No hay otra! Esa es una ley básica del comercio: si vendes a la mitad, tienes
que vender el doble.
SEB. No
estoy muy seguro.
HIL. Fácil
no es, claro. Pero estamos en una situación límite, al borde del abismo, del
precipicio, de la catástrofe, del desastre … Y estas situaciones, las
respuestas deben ser arriesgadas, imaginativas, audaces, novedosas … Hay que
ser innovador. Piense usted en la historia de la zarzuela y dese cuenta de
cuántas veces ha tenido que reinventarse, Desde aquellas vetustas sesiones del
palacio de caza de El Pardo hasta hoy … ya ha llovido.
Otra posibilidad es la de hacer dos funciones diarias.
SEB. ¡Dos
funciones diarias! ¿Está usted en sus cabales? ¿Usted cree que los cantantes,
los músicos, los figurantes … estarían de acuerdo?
HIL. ¡Hombre! Así de entrada no, Pero todo depende
de cómo se les venda la idea. Piense usted que los grandes de la zarzuela de
otros tiempos, los históricos, los Marcos Redondo, por un suponer, hacían dos
funciones diarias. ¡Y no se les caían los anillos!
SEB. Ya,
ya. Pero mucho me temo que los de hoy son mas flojos. No creo que esa propuesta
llegue a cuajar.
HIL. No importa. Tengo otra. Y esta sí que es
novedosa y buena. Es un nuevo tipo de abono para el teatro.
SEB. ¿Un
nuevo tipo de abono? ¡Pero si ya está todo inventado?
HIL. No
señor, todo no. Todavía nos quedan cosas por ver…
SEB. ¿Y
cómo se llama ese abono ¿En qué consiste?
HIL. Se
lo diré en pocas palabras, porque, por si no se ha dado usted cuenta, ya
estamos a punto de llegar al límite del tiempo y de la distancia que se nos
permite cubrir cada día en este estado de confinamiento.
SEB. Pues,
nada, dígame.
HIL. He bautizado el abono como ADRP. En estos
tiempos en que todo el mundo habla con siglas, yo no voy a ser menos. ADRP, ¿vale?
ADRP significa Abono Distribuido Rotativo Participativo.
SEB. Y,
¿en qué consiste?
HIL. Muy
simple. Cada día de espectáculo, cada abonado podrá asistir a una parte de la función,
de duración variable (según el tipo de zarzuela que sea) y ocupará localidad,
dejando libre a su lado otra (esto es si la autoridad pertinente decide que la
ocupación sea del cincuenta por ciento; si fuera del treinta por ciento, las
butacas libres serán dos). Esta es la parte Distribuida. ¿Estamos? Cuando pase
el tiempo que corresponda (un acto, por ejemplo), el abonado abandonará el
teatro y, en su lugar, entrará otro grupo que verá otra parte. Al final, entre
dos, tres o cuatro grupos, se verá el espectáculo entero, según tenga dos, tres
o cuatro actos.
Ahora viene la parte Rotativa. Para evitar los
contactos en todo lo que sea posible, los abonados que vayan a entrar harán
cola desde la calle de Cedaceros, bajando por la de Los Madrazos, girando por
la de Jovellanos y entrando al teatro por la parte derecha de la fachada, según
se mira el edificio desde enfrente. Cuando acabe su turno, saldrán por la parte
izquierda del teatro, se dirigirán a la calle de Zorrilla, donde podrán ir
distribuyéndose hacia el Paseo del Prado, o la Carrera de San Jerónimo.
SEB. Pero
bueno, Don Hilarión. Con esta idea los que vayan al teatro no podrán ver la
zarzuela completa.
HIL. Bueno,
amigo mío, no se precipite. Todo está previsto. Poner en servicio esta sugerencia,
original, innovadora e inédita, llevará su tiempo. Y para cuando pueda llevarse
a la práctica, ya estaremos en la fase uno (que es la dos), de la desescalada;
incluso en la fase dos (que es la tres)… Entonces podemos reunirnos en grupos,
a casa de amigos o en alguna de las mesas de terrazas o restaurantes (al
treinta o cincuenta por ciento) que hayan sobrevivido a la pandemia y podremos
poner en común las impresiones de cada uno de los asistentes. Uno contará, con
todos los detalles posibles, el trozo que ha visto. Y así, entre todos, como
ejemplo de colaboración, solidaridad, compañerismo, amistad y camaradería, nos
enteraremos de todo. Esta es la cosa Participativa. En total, como le digo: ADRP,
o sea, Abono Distribuido Rotativo Participativo. ¿Estamos?
SEB. Estamos,
Don Hilarión, estamos. Me surge una duda.
HIL. ¡Diga,
diga, no se quede usted con ella!
SEB. Esto,
lo ha pensado usted solo, ¿O se lo ha sugerido alguien? ¿Algún experto, quizá?
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