Homenaje a Victoria de los Ángeles.

 

Canciones de concierto, canciones populares, arias de ópera y romanzas de zarzuela, Varios intérpretes.  Teatro de la Zarzuela, 12 de marzo de 2024.

 

El Teatro de la Zarzuela, dentro de la temporada que coincide con el centenario del nacimiento de la gran dama del canto Victoria de los Ángeles (Barcelona, 1 de noviembre de 1923) ha tenido la feliz idea de recordar y rendir homenaje, con la colaboración de la Fundación Victoria de los Ángeles, a esta singular soprano lírica que ganó su prestigio en los mejores teatros de ópera del mundo y que nunca olvidó su patria, llevando la música de sus compositores en su maleta.

El homenaje que comentamos fue un amplio recital (unos 130 minutos de música, más los bises), en el que intervinieron las sopranos Mariola Cantarero, Mercedes Gancedo, Ofelia Sala, Montserrat Seró, Carmen Solís y Miren Urbieta-Vega; las mezzosopranos Nancy Fabiola Herrera, María José Montiel y Helena Ressurreição; los tenores David Alegret, José Bros y Airam Hernández, y los barítonos David Menéndez y Josep-Ramon Olivé. En total, catorce cantantes de primera fila que intervinieron en treinta y tres ocasiones, interpretando arias de ópera (El Gato Montés, La vida breve, La bodas de Fígaro, Babel 46, Carmen), opereta (Las chicas de Cádiz), zarzuela (La Gran Vía, La isla de las perlas, La revoltosa, El barberillo de Lavapiés, Don Gil de Alcalá, La tempranica, Las hijas del Zabedeo, Emigrantes)  y canciones de autor, además de temas populares españoles y catalanes.

No es posible referirse a cada una de las versiones. Podemos decir que todas fueron de primer nivel y que el público aplaudió con entusiasmo la mayoría. Nosotros destacaríamos la intervención de Nanci Fabiola Herrera, cantando a Mompou; la de Montserrat Seró, en el Tango de la menegilda de La Gran Vía, en pleno patio de butacas, la brillantez y poderío de los agudos de José Bros, en las romanzas de La isla de las perlas o La tabernera del puerto, la romanza de Las hijas del Zebedeo, a cargo de Miren Urbieta-Vega, la delicada Nana de Montsalvatge, a cargo de Nancy Fabiola Herrera,  y el aria de Carmen (“L’amour est un oiseau rebelle”), que cerró la velada.

Acompañó Pedro Pardo, al frente de la Orquesta Sinfónica Victoria de los Ángeles, y fue responsable de la propuesta Marc Busquet.

En conjunto fue una sesión atractiva, emocionante y más que oportuna.

Sólo un “pero”: el comportamiento de algunos espectadores constantemente ocupados con el teléfono móvil, haciendo fotos, grabando vídeos y, sobre todo, consultando el programa. Quizá no estaría de más que el Teatro hiciera más hincapié en recomendar la desconexión de estos aparatos, que, aunque estén sin sonido, pueden molestar y desconcentrar a los otros espectadores.

José Prieto Marugán