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domingo, 23 de junio de 2024

Doña Francisquita. Cien años.

 


Comedia lírica en tres actos, el último dividido en dos cuadros. Libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández–Shaw. Música de Amadeo Vives. Estreno: 17 de octubre de 1923, en el Teatro Apolo, de Madrid. Acción en Madrid, Carnaval de 184...

Intérpretes: Sabina Puértolas (Francisquita), Ana Ibarra (Aurora, la Beltrana), Milagros Martín (Doña Francisca), Ismael Jordi (Fernando), Enrique Ferrer (Cardona), Santos Ariño (Don Matías), Gonzalo de Castro, actor, narrador. Lucero Tena, castañuelas.

Dirección de escena: Lluis Pasqual. Ayudante del director de escena: Leo Castaldi.  Escenografía y vestuario: Alejandro Andújar.  Iluminación: Pascual Merat. Coreografía: Nuria Catejón. Diseño audiovisual: Celeste Carrasco. Coro Titular del Teatro de la Zarzuela (Dtor. Antonio Fauró). Rondalla Lírica de Madrid “Manuel Gil” (Dtor. Enrique García Requena). Orquesta de la Comunidad de Madrid. Dirección musical: Guillermo García Calvo. Zarzuela, 21 de junio de 2024.

El Teatro de la Zarzuela, ha querido celebrar el primer centenario del estreno de la obra de Federico Romero, Guillermo Fernández-Shaw y Amadeo Vives, en su escenario. Para ello ha repuesto su producción de 2019 con la dirección escénica de Lluís Pasqual, en la que, como recordarán quienes tuvieron ocasión de verla, el director de Reus eliminó los textos hablados originales (excepto unas pocas frases circunstanciales), sustituyéndolos por unos propios para apoyar su visión de la obra. Tal visión traslada la acción original del Madrid carnavalesco de 184… a tres lugares y momentos novedosos: la grabación de un disco en los años 30 del pasado siglo, un estudio de televisión de los sesenta, y un ensayo en la actualidad. Ya escribimos en su día la opinión que nos merecían estas actuaciones de un reputado y prestigioso director de escena como Lluís Pasqual. Seguimos manteniendo la misma opinión y sostenemos la idea de que una cosa es el espectáculo que tenemos ocasión de ver y escuchar, y otra que ese espectáculo corresponda a la obra que se anuncia.

En el día señalado, el protagonista vocal fue el madrileño Ismael Jordi, más que suficiente en sus recursos vocales y excelente en cómo los utiliza, dando a su interpretación una estupenda versatilidad y un abanico de dinámicas, medias voces y pianísimos muy adecuados a cada momento. Fue un Fernando modélico. Rafael Ferrer, tenor jerezano, se encargó del rol de Cardona. Estuvo algo desabrido  y exagerado (quizá no tenía su mejor día), ofreciendo un personaje alejado de la experta picardía e intención del papel. Don Matías, a cargo del barítono Santos Ariño resultó convincente, pese a su escasa intervención. En lo vocal, sin problema alguno (el papel no los tiene) y en lo actoral, serio, enérgico, como corresponde.

Las tres protagonistas femeninas dieron la talla, como se esperaba. Sabina Puértolas, segura, poderosa, con recursos bien manejados, me pareció algo extraña en lo actoral. Para mí, la Francisquita, es un personaje delicado, que desarrolla su enredo con especial delicadeza, aunque segura de conseguir su propósito. Aurora la Beltrana, defendida por la mezzosoprano Ana Ibarra, resultó un punto exagerada. Es verdad que el papel se conduce como una mujer muy segura de sí misma, sabedora del poder que tiene sobre los hombres que la rodean, pero en algunos momentos la encontré algo sobrepasada. Milagros Martín es, sin duda de ninguna clase, una mujer no ya de zarzuela, sino de teatro. Hizo una interpretación excelente, a pesar de que el papel para ella diseñado en el primer acto, resulta un poco fuera de lugar cuando se queja de las supresiones

Mención aparte merece el coro. El del Teatro de la Zarzuela es un conjunto formidable. Lo demuestra en cada función. El grupo ofrece un sonido siempre redondo, afinado, sin gritos ni estridencias, conjuntado y modélico. Sus componentes y su director, eln gran profesional Antonio Fauró, merecen ser destacados. Otro tanto puede decirse del conjunto de baile, una docena de bailarines y bailarinas que se entregan con pasión y dieron a las brillantes coreografías de Nuria Castejón una vistosidad magnífica.

 Sin desmerecer a los solistas, la reina de la noche fue la gran Lucero Tena dando un impresionante recital con sus castañuelas en el célebre fandango. Hay que descubrirse ante al nivel envidiable del sonido que saca de sus instrumentos, ante la capacidad de incorporarse al ritmo de la orquesta y en la forma de emocionar al público con su modélica interpretación. El respetable, que llenaba el teatro, se puso en pie, automáticamente, como un autómata, para aplaudir su intervención, ofreciendo a la artista una larga, calurosa y emocionada ovación.

El madrileño Guillermo García Calvo es director de reconocido prestigio internacional y figura conocedora del podio de la Zarzuela. En esta ocasión su aportación al espectáculo me pareció algo excesiva en el volumen en algunos momentos, aunque, en general acompañó a los cantantes con eficacia.

Por último hay que destacar la labor de Gonzalo de Castro, actor madrileño de amplia carrera teatral y que actuó por primera vez en la Zarzuela, con el personaje del narrador de esta Francisquita. Tanto en 2019 como en 2024 dio a sus intervenciones carácter y energía, aunque alguno de sus textos tenga dejes que poco o nada tienen que ver con esta inmortal comedia lírica. José Prieto Marugán. (Fotos: Teatro de la Zarzuela.



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