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sábado, 18 de octubre de 2025

Ritmos de ultramar.

 

Obras de Barbieri, Foglietti, Iradier, Luna, M. Rodrigo, Manchado, Nieto, Oudrid, Quislant y Escobar, Roma y Valverde y Rubio. Lola Casariego, mezzosoprano. Francisco J. Sánchez, tenor. Rubén Sánchez-Vieco, piano. SGAE. Sala Manuel de Falla, 16 de octubre de 2025.


Los conciertos que organiza el CEDOA (Centro de Documentación y Archivo), de la Sociedad General de Autores y Editores, tienen siempre el atractivo especial de permitirnos escuchar fragmentos de nuestro acervo zarzuelero que no tienen cabida en otro tipo de recitales. En esta ocasión y respondiendo al título del recital (“Ritmos de ultramar”) hemos tenido ocasión de escuchar una docena de fragmentos de corta duración, con el denominador común de las habaneras y tangos que se escribían aquí para los países hispanoamericanos, como al revés.  Concretamente escuchamos temas de las siguientes obras (por orden alfabético): C. de L., Diana cazadora o Pena de muerte al amor, El hombre es débil, El relámpago, El último mono, Entre mi mujer y el negro, La nieta de su abuelo, La reina del couplet, La señora Barba Azul, Niña Pancha y Pura, la cantaora. A estos fragmentos hay que añadir El arreglito, de Sebastián Iriadier, origen, como se sabe, de la popular habanera de Carmen, de Bizet, y Habanera para piano, de Marisa Manchado, página que ha sido escrita este mismo año 2025.

Todos estos ejemplos tienen algo en común: son entretenidos, sencillos, alegres, simpáticos y alguno con inocente sentido picaresco, En el aspecto musical, además de su brevedad, destaca la escasa dificultad canora y la sencillez del acompañamiento. Pero sí requieren de una cierta interpretación actoral que resalte esa picardía, elegante e inofensiva, que tienen algunas letras.

Los cantantes, la mezzosoprano asturiana Lola Casariego, y el tenor madrileño Francisco J. Sánchez, cumplieron su cometido a satisfacción del público, en un programa sin grandes exigencias técnicas ni agudos espectaculares. Su buena dicción hizo que se entendieran, sin grandes dificultades, las intencionadas letras de algunos números.

Una simpática velada que, en las propinas, tuvo un agradable y agradecido recuerdo para la Directora del CEDOA, que tanto hace por la zarzuela día, tras día. José Prieto Marugan.

 

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