El protagonista es
Jesús Guridi y la historia la cuenta Miguel Álvarez.
“Unos amigos le pidieron que tocara en la boda de su hija y aceptó encantado. Llegó con mucha
antelación a la iglesia, pero, viendo que la ceremonia estaba celebrándose
ya, subió corriendo al coro y comenzó a
actuar. Al escuchar el órgano muchas cabezas se volvían hacia arriba y cuando
finalizó y se aprestaba a descender, le paró un monaguillo dándole 10 duros de
parte del padrino, diciéndole: “¡Pero que no querían música, que están de
luto!”. Muy distraído, Guridi había confundido la hora”:
Y se había equivocado de boda, añadimos nosotros.
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