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martes, 22 de abril de 2014

LA GRAN VÍA





Revista madrileña cómico-lírica-fantástico-callejera en un acto, escrita por Felipe Pérez González, con música de Federico Chueca y Joaquín Valverde Durán. Se estrenó el  2 de julio de 1886, en el Teatro Felipe, de Madrid,

En esta obra no puede hablarse propiamente de argumento, pues su desarrollo lo componen cinco cuadros independientes, protagonizados por calles y plazas que esperan el nacimiento de una Gran Vía; la criada Menegilda y los barrios periféricos, que se quejan de su mala situación; la Puerta del Sol, lamentándose de su destino, y el Elíseo, un baile de moda reflejo del ambiente de la época. En todos ellos está presente la crítica a las actuaciones municipales.

Sobre el papel, La Gran Vía no debería ser la obra famosa internacionalmente que es. Veamos por qué. El tema y la intencionalidad están circunscritos a Madrid; el libretista no goza de excesiva consideración literaria; Chueca no domina la técnica de la composición y Valverde es un instrumentador de ideas ajenas. Sin embargo La Gran Vía, es un producto cuya calidad ha trascendido nuestras fronteras. Y ello se debe, fundamentalmente a dos razones: La primera es que nuestros problemas particulares son demasiado comunes a otras gentes. La segunda, musical estrictamente, es que cuando existe una inspiración rica y vibrante el resultado sonoro trasciende los límites académicos.

La Gan Vía tuvo un éxito inesperado para todos. Su duración estaba calculada para poco más de una hora, pero se extendió hasta cuatro, porque todos los números – la “Polca de las calles”, el “Vals del Caballero de Gracia”, el “Tango de la Menegilda”, la “Jota de los ratas”,. la “Mazurca de los marineritos” y el “Chotis del Elíseo”–
 se repitieron dos y tres veces.

La Gran Vía estuvo dos años consecutivos en cartel alternándose entre los teatros Felipe, Apolo y de nuevo Felipe.

El proyecto urbanístico municipal de La Gran Vía buscaba abrir una avenida que descongestionara el centro de Madrid, eliminara encrucijadas y comunicara la zonas Este-Oeste, de modo similar a como se había hecho en París durante el Segundo Imperio. La primera idea fue redactada por el arquitecto Carlos Velasco en 1862; en 1898, José López Salaberry y Francisco Octavio Palacio, basándose en el trabajo de Velasco diseñaron el que sería el proyecto  definitivo y que se aprobó en 1901. El trabajo suponía el derribo de 319 casas, la reforma de 35 calles y la desaparición de otras 15. Pero las obras  no comenzaron hasta 1910, es decir casi 25 años después del estreno de La Gran Vía teatral.

La Gran Vía, tiene su presencia en el callejero de Urera (Sevilla), entre la Ronda de las Zarzuelas y la calle de Katiuska. Sin embargo, la Gran Vía, calle madrileña, no tiene relación con La Gran Vía zarzuela.

Solicitamos su colaboración, para corregirnos si hemos cometido errores y aumentar el número de estas calles zarzueleras si hemos omitido alguna.

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