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lunes, 14 de julio de 2014

TEATRO DE LA ZARZUELA. BALANCE DE LA TEMPORADA 2013-14.




  El público no muestra interés por obras que no conoce, aunque sean grandes obras.

  El mayor porcentaje de asistencia ha sido para La del manojo de rosas.

  La propuesta de zarzuela barroca, sólo ha alcanzado un 46% de asistencia.

  Las “versiones en concierto” no interesan a más de la mitad de los aficionados.

Concluida en el mes de junio pasado la temporada del Teatro de la Zarzuela, correspondiente a los años 2013 y 14, parece buen momento para hacer un pequeño balance sobre lo que ha sido su desarrollo.

Es cierto que este análisis debe corresponder al equipo directivo del teatro; seguro que lo está haciendo o lo ha hecho ya y tendrá en cuenta las conclusiones a las que pueda llegar de cara a la programación de temporadas subsiguientes. Pero, también estamos convencidos de que quienes se interesan por la difusión de la zarzuela tienen interés por conocer las estadísticas básicas de asistencia de la temporada pasada. Los datos en que se basan las informaciones siguientes nos han sido facilitados por el propio teatro, lo cual agradecemos y valoramos muy positivamente.

Las conclusiones que proponemos son, sin duda, conocidas de los expertos, incluso podríamos decir que casi pertenecen al dominio público. Pero no está demás insistir sobre ellas y tenerlas en cuenta, porque todos los que, de alguna manera, estamos alrededor de la zarzuela, tenemos una cierta responsabilidad hacia ella.

Datos generales de ocupación.
Espectáculo
Funciones
Espectadores (%)
Los amores de la Inés
La verbena de la Paloma
17
16.206 (80%)
La del manojo de rosas
16
17.387 (90%)
Curro Vargas
12
8.868 (62%)
Black el payaso
I pagliacci
12
10.460 (73%)
De lo humano … y lo divino
5
2.737 (46%)



Catalina
3
1.499 (42%)
El dominó azul
3
1.444 (41%)
El diablo en el poder
3
1.672 (42%)

El primer dato que hemos de destacar es el de asistencia global, que arroja un porcentaje medio del 70%, cifra importante considerando que el público zarzuelero es claramente conservador en sus preferencias. Es evidente que prefiere las obras que conoce de arriba abajo (La del manojo de rosas ha tenido un 90% de asistencia, en un montaje que era la quinta vez que se veía en el Teatro), a obras de gran importancia musical e histórica, como Curro Vargas, que  sólo ha registrado un 62% y, desde luego, a la zarzuela barroca, cuyo espectáculo de esta temporada (De lo humano … y lo divino, sobre Juan Hidalgo), sólo la llegado al 46%. Incluso Los amores de la Inés, la desconocida zarzuela del mismísimo Falla se ha visto beneficiada por la compañía de un título tan familiar como La verbena de la Paloma, programa que ha alcanzado un respetable 80% de asistencia.

Un detalle muy interesante es la respuesta al programa doble formado por Black, el payaso y la ópera de Leoncavallo I pagliacci. ¿Cómo hemos de interpretar ese 73% de asistencia? Teniendo en cuenta que la obra de Sorozábal, no es de conocimiento general, a pesar de haber sido ofrecida en el Teatro Español en 2006, parece que la inclusión de una “ópera de verdad” en la misma sesión, no ha retraído a los espectadores.

No ha tenido demasiada aceptación ha tenido el ciclo ofrecido bajo el título genérico de “Trilogía de los fundadores”. Catalina, El dominó azul  y El diablo en el poder, tres obras básicas del género, firmadas por nombres como Gaztambide, Arrieta y Barbieri, músicos fundamentales en el renacimiento de la zarzuela a mediados del XIX, y con libros de Luis Olona y Francisco Camprodón, nombres igualmente señalados, sólo ha conseguido un 41’6 %  de asistencia. Aquí la razón estriba, creemos, en que fueron anunciadas como “versión de concierto”; cuando en realidad han sido presentadas en “versión semiescenificada”, lo que implica vestuario y un cierto movimiento escénico. Es obvio que una zarzuela es un “espectáculo teatral”, lo que significa puesta en escena, pero ante la alternativa de conocer la obra de alguna manera, o quedarse totalmente huérfano de sus valores musicales, la conclusión parece obvia, aunque 6 de cada 10 personas no lo aprecien así.

No vamos a abogar por la proliferación de estas “versiones semiescenificadas”, especialmente en el Teatro de la Zarzuela, de Madrid que tiene un compromiso con el género mayor que el que pueda exigirse a compañías privadas, pero los espectadores deberíamos responder con algo más de entusiasmo a estas convocatorias que tienen detrás de sí un esfuerzo organizativo importante y, sobre todo, un valor de acrecentamiento cultural indudable.

La respuesta a la zarzuela barroca, representada por el espectáculo homenaje a Juan Hidalgo, viene a demostrar que el público no siente especial interés por las obras del siglo XVIII. Sólo un 46% de espectadores ha contemplado esta producción, la mitad de los que han asistidos a las peripecias sentimentales de los protagonistas de La del manojo… Quizá haya que insistir en la necesidad de conocer este repertorio.

Porcentajes Distribución Tipo de Entrada
Los datos que nos han facilitado recogen información sobre la distribución de los espectadores en función del tipo de entrada utilizada, como muestra el cuadro adjunto.


Espectáculo
Espectadores (%)
Mayores
65 años
Grupos
Abonos
Jóvenes
F.Numerosa
Día
espectador
Último minuto
Los amores de la Inés
La verbena de la Paloma
5.683
(35%)
1.861 (11%)
1.538
(9%)
150
(1%)
1.938
(12%)
826
(5%)
La del manojo de rosas
6.638 (38%)
1.159 (7%)
1.538
(9%)
184
(11%)
2.229
(13%)
335
(2%)
Curro Vargas
3.600
(41%)
611
(7%)
1.538 (17%)
71 (
1%)
735
(8%)
438
(5%)
Black el payaso
I pagliacci
3.383
(32%)
574
(6%)
1.538
(15%)
153
(1%)
11.638
(6%)
599
(6%)
De lo humano … y lo divino
1.057
(39%)
--
1578
(58%)
18
(1%)
--
167
(6%)







Catalina
259 (17%)
--
38
(2%)
3
(<1 span="">
--
147
(10%)
El dominó azul
262 (18%)
--
38
(2%)
1
(<1 span="">
--
64
(13%)
El diablo en el poder
313 (19%)
--
38
(2%)
6
(<1 span="">
--
221
(13%)








Nada tenemos que objetar a la política de precios propuesta por el Teatro de la Zarzuela, que se traduce en una oferta tan variada. Por eso, de la información anterior sólo vamos a fijarnos destacar dos detalles. En primer lugar, ese  4’8% de media de entradas “de último minuto” para los espectáculos representados, supone un número importante de espectadores dispuestos a aprovechar la importante rebaja en el precio, aunque tengan que arriesgarse a no poder entrar, pues estas localidades sólo pueden adquirirse en la taquilla del teatro dos horas antes del espectáculo. Obsérvese el curioso detalle de que el porcentaje sube al 12% en las zarzuelas “semiescenificadas”:

El otro detalle se refiere a los espectadores mayores de 65 años, es decir el segmento más veterano de la afición. Este tipo de personas sólo ha ocupado el 37% de las localidades vendidas en los espectáculos del ciclo representado. Y un escasísimo 18% en las zarzuelas “en concierto”.  No disponemos de datos sobre otras franjas de edades, pero la conclusión es obvia: el público de la zarzuela es mayor. Esto ya lo sabíamos, pero ahí quedan los datos concretos.

Conclusiones.
Ya hemos dicho que habrá de ser el equipo del Teatro quien extraiga las enseñanzas pertinentes, pero nosotros podemos, y debemos, aportar alguna idea sobre el asunto.

En primer lugar, la Zarzuela debe continuar ofreciendo obras muy conocidas: al público le gustan y en ellas llena el teatro. Al mismo tiempo, debe seguir programando obras de todas las etapas y subgéneros, a pesar de la menor respuesta del público. Es un compromiso con la historia y la cultura que representa la zarzuela.

El público debería mostrar más interés por las producciones, más o menos “novedosas” por varias razones: La Zarzuela es, prácticamente, el único teatro donde podrán ver y oír ciertas obras fundamentales del género. La Zarzuela es un teatro público, no tiene mucho sentido dar la espalda a “nuestro” teatro sólo porque el título propuesto no nos suene. La mayoría de la música que no nos “suena”, quizá no tengamos nunca ocasión de escucharla; además, lo que no se conoce, no se ama, ni se disfruta, y, en rigor, ni siquiera podemos criticarlo.

La Zarzuela es “nuestro teatro”; tenemos el derecho de exigirle, cierto, paro también el deber moral de protegerlo y promocionarlo.

José Prieto Marugán

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