Isabel. (Cuento lírico en un
acto. Texto y música de José Miguel Moreno Sabio con poemas de Federico García
Lorca y Federico Muela). C.Nin/L.Moreno/M. Martínez. I.Moriones. X. Mendoza. A.
López. Iluminación: Ángel Ogea. Vestuario: Eduardo Ladrón de
Guevara. Escolanía Ciudad de Cuenca (Dtor.: Carlos Lozano). Orquesta de la
Comunidad de Madrid. Director de escena y escenógrafo: Carlos Lozano. Dirección
musical: Manuel Coves. Auditorio de la Universidad Carlos III, de Leganés
(Madrid), 25-2-2015.
Dentro del
Programa Pedagógico del Teatro de la Zarzuela, de Madrid y en colaboración con
el Aula de las Artes de la Universidad Carlos III, se ha ofrecido el estreno
mundial de una zarzuela infantil, lo que, de entrada, evidencia que es posible
escribir una obra de este tipo en pleno siglo XXI.
Isabel, del compositor
granadino José Miguel Moreno Sabio (Motril, 1956), que también se ha encargado
del texto, es una obra destinada al público más joven, aunque los adultos
también pueden disfrutar de ella sin problema alguno porque es un trabajo bien
hecho. Se trata de un cuento alrededor de la figura de una niña solitaria y
triste que, gracias al sueño encuentra niños con los que jugar y dos amigos
singulares: la Luna y Neptuno, el dios de los mares. Durante el sueño, Isabel,
vivirá una aventura fantástica y, al final, cuando despierte y vuelva a la
realidad, su mente escuchará el consejo de sus amigos diciéndole que si se lo
propone, los sueños pueden hacerse realidad.
Es una obra
delicada con una música ensoñadora en sus primeros y últimos compases,
dramática en las escenas que lo requieren y que, además, integra en
procedimientos compositivos modernos, la riqueza sencilla de la música y los
juegos infantiles. Utiliza una variada paleta orquestal que el compositor
emplea para subrayar momentos relevantes de la acción. Fue muy bien planteada
por el director, Manuel Coves, que siempre puso la orquesta alsericio de la
escena.
Dentro de una
escenografía sencilla, con pocos elementos, pero efectiva, fue interpretada con
mucha seguridad por los niños de la Escolanía de Cuenca. Hay que destacar la soltura
con que los chicos se movieron por el gran escenario, haciendo figuras
coreográficas y dando vida a los distintos momentos musicales, cuando este tipo
de agrupaciones musicales están acostumbradas a cantar casi siempre formadas
frente a su director.
Los dos
papeles adultos fueron servidos con eficacia por Txaso Moriones, que se encargó
del rol lunar y Xavier Mendoza, del de Neptuno; fueron aplaudidos en sendas
canciones muy atractivas e interesantes. El niño Álvaro López, encarnó a un
personaje que llamó la atención de la concurrencia: el Niño de la caracola. En
cuanto a la intérprete protagonista (creo que fue Claudia Min García, porque
las otras dos niñas, Lidia Mateo y María Martínez, lo serían en días
siguientes), mostró una seguridad sin fisuras; cantó muy bien y mostró variedad
de valores interpretativos en sus intervenciones habladas. Carlos Lozano,
creador de la Escolanía de Cuenca, es, sin duda, el artífice de esta excelente
interpretación.
Sólo
encontramos un “pero” en esta sesión, que entendemos puede ser fácilmente
corregido en futuras funciones: la separación entre un par de cuados, con un
telón negro, rompe la concentración del auditorio. Quizá con algún tipo de
proyección pueda resolverse.
En cualquier
caso, Isabel, funciona. Puede que los niños tengan dificultades para
entender el texto de algunos cantables, pero funciona. Lo creo porque es
sencilla; lo evidencia el aplauso entusiasmado y espontáneo del auditorio. Más
de 700 niños de primaria batiendo palmas
y gritando son la mejor prueba de que el teatro musical interesa a los más
pequeños.
Ojalá Isabel no se quede en estas pocas
funciones y pueda ser vista en otros escenarios.
No debo dejar
en el tintero el excelente comportamiento de los niños durante la
representación, que hay que agradecer a sus profesores, pendientes de ellos en
todo momento. Este es el camino.
Vidal
Hernando.
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