Juguete cómico-lírico en un acto. Libreto de José
Jackson Veyán. Música de Manuel Fernández Caballero. Estreno: 5 de octubre de
1887, en el Teatro Variedades, de Madrid.
Personajes e intérpretes del estreno. Angelita, tiple (Leocadia Alba). Doña Laura, esposa del Barón,
característica (Pilar Vidal).
José, marido de Angelita, actor-cantante (José Mesejo). Manuel, criado
de José y Angelita, actor-cantante (Emilio Mesejo). El Barón de la Lombarda
(Sr. Rochel).
Números musicales. Coplas de Angelita (“Siempre lo decía nuestra
directora”). Malagueña y gallegada. José (“¡Aym, aym, aym”). Vals de Angelita
(Vals de la borrachera) (“Es este Burdeos”). Coro, javeras y panaderos (“Que a
mí me ahogan las penas”).
Argumento.
Angelita y Manuel acaban de regresar de su
viaje de bodas. José, el criado, ordena los regalos mientras canta
desaforadamente. La dueña le recrimina su actitud pues considera que un criado
no debe tomarse ciertas libertades y le envía a la cocina.
Los esposos se deshacen en arrumacos y mimos, pese a las
inoportunas interrupciones de José, mientras esperan recibir la visita de unos
tíos tan pesados como pudientes, a los que Manuel espera heredar.
Llegan los parientes y son recibidos por Manuel. Los tíos,
a solas, porque el sobrino ha tenido que abandonar momentáneamente la casa,
comentan su interés por conocer a Angelita de la que tanto y tan bien han oído
hablar. Aparece esta con una botella de Château Margaux, sensiblemente alegre y
dicharachera. Canta las excelencias del caldo bordelés. Barón y baronesa,
avergonzados, abandonan la casa ante el desenfado de Angelita, dejando una nota
para su sobrino.
Cuando regresa Manuel y lee la tarjeta pregunta indignado a
José qué es lo que ha ocurrido. El criado, que también ha probado el vino en la cocina, no se atreve a decir a su
amo que la señora está en otra habitación bajo los vapores de una respetable
intoxicación etílica.
Manuel sale de la casa en busca de los tíos, pues está
claro que no puede enemistarse con ellos.
Angelita aparece ahora con un mantón de Manila y acompañada
a la guitarra por José comienza a imitar a las cantaoras de flamenco. En esta
juerga les sorprende Manuel que ha conseguido que vuelvan sus parientes. Los
tres contemplan, atónitos, la escena y Manuel culpa de todo al vino, porque el
Château Margaux es un vino muy especial.
El criado invita a los aristócratas a probarlo y pronto se
notan sus efectos. Los vejestorios comienzan a piropearse y a comprender el
porqué de la actitud de su nueva sobrina. Y todos contentos.
Comentario.
En esta obra, como en otras
tantas de su catálogo, Fernández Caballeo muestra su excelente oficio creando
una partitura corta pero acertada que
resultó brillantemente interpretada por Leocadia Alba, Pilar Vidal y los
hermanos Mesejo, intérpretes fundamentales de la historia del género chico.
Hay en el juguete una cierta intencionalidad
crítica sobre una actitud sociológica que se traducía en aceptar como bueno
todo lo que provenía del extranjero y especialmente de Francia. Esta postura,
no sólo tan teatral como podría parecer, aún mantiene una cierta vigencia,
aunque sin la fuerza que permitió a Jackson Veyán escribir un libro agradable y
bien construido, y a Fernández Caballero crear una partitura muy aplaudida, con
números tan populares como el “vals de la borrachera”, que alcanzó cotas
insospechadas en la memorable interpretación de Leocadia Alba, o el habilísimo
maridaje entre la música flamenca y la gallega que canta José,
Chateau
Margaux fue el último título
lírico que se ofreció en el teatro Variedades, antes de que se incendiara el 26
de enero de 1888. J.P.M.
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