Masterchez. Espectáculo de Enrique Viana con música de Chueca,
M. Torroba, Fernández Caballero, Sorozábal, Valverde y López Torregrosa.
Intérpretes:
Gurutze Beitia (Doña Salud). Irene Palazón (La Amistad). Yauci Yanes (El
Estudio). David Oller (El Deporte). La Almendra (Alex Parra). El Cacahuete
(Luis Maesso). La Nuez (Rafael Delgado).
Equipo
técnico y artístico: Dirección de escena, escenografía y vestuario: Enrique
Viana. Iluminación. Sergio Torres. Asistente de movimiento escénico: Montse Colomé.
Ayudante de dirección de escena: Carlos Roó. Ayudante de escenografía: Pablo
Menor. Orquesta de la Comunidad de Madrid. Dirección musical: Carlos Chamorro.
Auditorio
Padre Soler, Universidad Carlos III, Leganés (Madrid), 18-04-2018 (Estreno
mundial: 16-4-2018).
Por sugerencia de Daniel Bianco, Enrique
Viana ha creado un “espectáculo” (¿por qué no llamarlo zarzuela infantil?)
destinado a un público de entre 6 y 12 años, con soporte musical zarzuelero y
un argumento inspirado por la idea de un famoso concurso de televisión, pero
que se aleja de él tanto en el fondo como en la forma.
La historia de Masterchez es la siguiente: Una profesora de Ciencias Inexactas
(Doña Salud) organiza un evento para
mostrar a los chicos cómo llevar una vida sana y alegre, apoyándose en la
zarzuela a la que es muy aficionada. Siguiendo el modelo de los concursos
cuenta con tres jueces: la Amistad, el Estudio, el Deporte, y tres frutos secos,
la Almendra, el Cacahuete y la Nuez, que la ayudarán en su propósito. La obra incluye
una excursión al campo donde los concursantes tienen que preparar, en pocos
minutos, una merienda campestre. No habrá ganadores, ni perdedores, porque la
experiencia no es competitiva, sino demostrativa de que más importante que
conseguir un triunfo es tener amigos, estudiar, formarse y llevar una vida
sana.
Con esta base argumental y ocho
fragmentos de zarzuela hábilmente seleccionados, Enrique Viana ha construido un
espectáculo divertido, ágil y comprometido con la educación, al que los
pequeños espectadores se incorporan con la pasión y la intensidad que les es
propia. Casi 4.000 niños disfrutarán de las cinco funciones propuestas, que pondrán ante ellos valores fundamentales
para la convivencia, la amistad, el trabajo y las ventajas de una alimentación
sana. Todo al ritmo de una música pegadiza, de impacto directo, a la que Viana
ha adecuado letras acordes con el espíritu y el ambiente.
La interpretación ha sido brillantísima,
con una protagonista indiscutible: Gurutze Beitia, poseedora de recursos
sobrados para mantener la atención del siempre difícil público infantil. Los cantantes:
Irene Palazón, Yauci Yanes y David Oller, no tienen problema alguno con sus
intervenciones, en parte porque no exigen grandes recursos técnicos. Muy
convincentes están, también, los tres actores que dan vida a los frutos secos;
Alex Parra, Luis Maesso y Rafael Delgado. La orquesta, toda una orquesta (lo
que es un lujo para un espectáculo destinado a niños), a las órdenes de Carlos Chamorro, sonó vibrante y luminosa.
El vestuario es colorista y llamativo. El
movimiento actoral constante y dinámico; la acción no ofrece un momento de
descanso con lo que la atención de los pequeños espectadores no decae, ni se
desconectan.
Parece que el Teatro de la Zarzuela está
valorando la posibilidad de repetir esta función en la temporada siguiente. Me
parece una idea magnífica, porque el espectáculo, además de muy divertido, les
entrega una serie de valores básicos para su desarrollo. ¡Qué cosas! En estos
tiempos que nos toca sufrir, viene la zarzuela y enseña a los niños lo que es
la amistad, el estudio, el deporte y una buena alimentación. Para que tanto
ignorante suelto como anda por ahí, siga despreciando un género musical con más
de 350 años de historia.
Vidal
Hernando.
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