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viernes, 14 de septiembre de 2018

La zarzuela está viva.


“La zarzuela está muerta”  es frase que escuchamos con cierta frecuencia, tanto en círculos ajenos, como entre gentes que se declara aficionada al teatro lírico español. Tal afirmación me parece peregrina, sobre todo cuando se expresa sin tener datos, ni investigar cómo está el asunto realmente.

Sólo por ofrecer un dato: el Teatro de la Zarzuela, de Madrid, ha obtenido en la pasada temporada, en los espectáculos de este género, un 88 de ocupación en la totalidad de las funciones ofrecidas. Y, lo que es más importante: se ha observado un aumento del público joven, detalle fundamental para el futuro de este tipo de espectáculos. ¿Cuántos teatros españoles pueden presentar resultados equivalentes? Y no me refiero a locales que programen obras líricas, sino espectáculos que tengan un costo económico equiparable. Porque no se puede comparar una zarzuela, que puede llegar a emplear hasta 150 personas (solistas, orquesta, coro, bailarines), con una gran escenografía y vestuario e iluminación, con una obra de teatro que la hacen dos actores, con una mesa y una cama por todo decorado.. 


Otras informaciones muestran que hoy, a pesar de todo, de las dificultades, de las trabas, del desconocimiento y hasta del desprecio, la zarzuela sigue interesando.

El siguiente cuadro, construido a partir de los datos del Diario Lírico (http://www.diariolirico.es/). muestra el “movimiento” zarzuelero en España desde el mes de marzo hasta septiembre. Sólo registramos obras completas, no recitales, ni conciertos o antologías. Tampoco obras íntegras ofrecidas en “versión de concierto”. Hablamos sólo de zarzuelas representadas.

Título
Fecha y lugar
Maruxa (A. Vives)
Enero/Febrero - Madrid
Sor Navarra (F. Moreno Torroba)
Marzo - San Sebastián
La verbena de la Paloma (T. Bretón)
Marzo – Oviedo
La malquerida (M. Penella)
Abril - Oviedo
El reloj de Lucerna (P.M. Marqués)
Abril - Palma de Mallorca
La parranda (F. Alonso)
Abril – Murcia
Los gavilanes (J. Guerrero),
Abril – Murcia
La calesera (F. Alonso),
Abril – Murcia
Don Gil de Alcalá (M. Penella)
Abril – Madrid
Policías y ladrones (T. Marco)[1]
Abril - Madrid
La tabernera del puerto (P. Sorozábal)
Mayo - Madrid
Luisa Fernanda (F. Moreno Torroba)
Junio - Tenerife
La hija del mestre (S. Tejera)
Junio – Las Palmas
La corte de Faraón (V. Lleó)
Junio – Getafe
La tabernera del puerto (P. Sorozábal)
Junio – Oviedo
La gallina ciega (M. Fernández Caballero)
Junio - Santurce
La tabernera del Puerto (P. Sorozábal)
Junio - Oviedo
¡24 horas mintiendo! (F. Alonso)
Junio/Julio - Madrid
La Gran Vía (F. Chueca/J. Valverde)
Agosto – Madrid
La verbena de la Paloma (T. Bretón)
Julio – Aranjuez
Casado y Soltero (J. Gaztambide)
Septiembre - Pamplona[2]
Black el payaso (P. Sorozábal)
Septiembre – Jerez

Cierto es que el cuadro anterior, que no pretende ser exhaustivo, tampoco es para tirar cohetes, ni para echar las campanas al vuelo, pero no está mal si pensamos en otras especialidades teatrales, como las grandes obras de nuestro repertorio teatral clásico y moderno.  

En la relación anterior figuran tanto obras del repertorio (19 zarzuelas) como reposiciones de páginas que no se conocen (6 obras). Entre las de nueva creación, la de Tomás Marco (Policías y ladrones), aunque “causas ajenas” a la voluntad de los autores y del teatro, nos impidieron contemplar si este género cuatricentenario puede tener vigencia en nuestro tiempo.

En cuanto a recuperaciones, que a veces tienen casi carácter de reestreno por la cantidad de años que hace que no se representan, figuran las siguiente: Sor Navarra, El reloj de Lucerna, La hija del mestre, La gallina ciega y Casado y soltero. La pena de estas producciones es que sólo serán vistas por un número reducido de gentes. Sacar adelante la tarea que conlleva recuperar partituras, ensayarlas, crear el espectáculo y levantar el gran edificio que es una producción lírico-teatral, debería ser contemplado por el mayor número de personas posible. Y aquí es donde se hace necesario dar otro paso, poner a trabajar a la imaginación para que otros puntos de nuestra geografía puedan (podamos) conocer zarzuelas que, en su momento, alcanzaron aplausos y reconocimiento. La colaboración entre las entidades, públicas y privadas, debería encontrar alguna solución para llevar a buen puerto estas y otras recuperaciones.

Naturalmente, en una época absolutamente denominada por la tecnología, tales producciones deberían ser grabadas, editadas y subidas a la red, para que estén a disposición de cualquiera. Sólo falta buscar el mecanismo más adecuado, lo que no es tarea sencilla, desde luego, pero el tema lo merece y lo justifica. Porque, en definitiva, la zarzuela está viva. J.P.M.




[1] No se llegó a representar por la Huelga del Teatro por el asunto de la fusión con el Teatro Real.
[2] También el el teatro Gaztambide (Tudela), Córdoba y  Ribaforada.

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