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viernes, 28 de diciembre de 2018

Madrid Central.




Don Hilarión
¡Menuda noticia le traigo, Don Sebastián! Rectifico: No es una noticia, ¡es un notición!
Don Sebastián
Debe serlo, porque le veo a usted muy entusiasmado y nervioso; más todavía ¡Excitado! Tenga cuidado y tranquilícese, no vaya a darle un arrechucho. Piense usted, y perdone que sea tan claro, que a nuestras edades no estamos para sobresaltos.
Don Hilarión
Es que la cosa es muy gorda. Cuando se lo cuente, no lo va a creer.
Don Sebastián
Y, ¿a qué espera usted para decírmelo?
Don Hilarión
Pues ahí va.  ¡Prepárese! Me han dicho que al Teatro de la Zarzuela le han ofrecido una zarzuela nueva y de actualidad, que va a ser una bomba. Una zarzuela que va a revitalizar el género lírico, una obra que demostrará que sigue vivo, que es capaz de sobreponerse a las modas, a los desprecios y a las humillaciones de los que desconocen su verdadero valor cultural y social.
Don Sebastián
¡Qué barbaridad! Está usted entusiasmado, que digo entusiasmado, ¡entregado!, ¡rendido!  Y, dígame, ¿Quién le ha dado la noticia?
Don Hilarión
Hombre, Don Sebastián… Como usted comprenderá … es un secreto … no puedo revelar mis fuentes …  Pero, le daré una pista.  La noticia me la ha dado … ¡quién la conoce! y, créame, es de fiar.
Don Sebastián
¡Vaya hombre! ¡Debí haber caído! Pero no preguntaré más porque sé que es usted  una tumba para eso de los secretos, pero …
Don Hilarión
Bien. Para demostrar la confianza que le tengo, le diré que el texto lo ha escrito …  “un ingenio de esta corte”.
Don Sebastián
Amigo mío, no me ayuda usted mucho. ¿Y la música? ¿Quién ha escrito la solfa? ¿Algún “chispa” del reino, o algún “instruido” de la república?
Don Hilarión
Eso es otra cosa. Tampoco debo decirle a qué adscripción política responde, pero sí le adelanto que la música está formada por temas muy populares de nuestra zarzuela, que el público conoce, y que con nuevas letras se verán  rejuvenecidos y actualizados.
Don Sebastián
No sé, no sé … Perdóneme, Don Hilarión, pero tengo algunas dudas, a pesar de su entusiasmo. Autores que no dan la cara, revitalización de músicas pasadas … No sé, no sé. Veremos.
¿Y el título! ¿Sabe usted el título? ¿O es también secreto “de estado”?


Don Hilarión
No, eso no. El título puedo decirlo. Tome nota: Madrid Central, revista tragicómica, callejera, futurista e impositiva, en un acto irresponsable y caciquil.
Don Sebastián
¿Madrid Central? ¿Ha dicho usted Madrid Central?  ¿Va la cosa de lo que estoy pensando?
Don Hilarión
¡Pues claro! Mire usted, Don Sebastián. En este país estamos tan acostumbrados a que quienes nos gobiernan, nos engañen, nos tomen el pelo, crean que somos tontos y, además, nos saquen los cuartos … que lo único que podemos hacer es tomárnoslo a broma.   No valen protestas, ni manifestaciones, ni denuncias … El pueblo, que para algunas cosas es muy listo, aunque para otras … se ha dado cuenta de que con humor, chistes, chascarrillos u ocurrencias se digieren mucho mejor estas cosas.
Don Sebastián
¿Y dice usted que la música es a base de arreglos?
Don Hilarión
Toda, toda, no. Pero sí alguno de los números. Por ejemplo, el llamado “Coro de los CC”.
Don Sebastián
¿De los CC? ¿Se puede saber qué es eso de CC? ¿Me lo puede usted traducir al “cristiano”.
Don Hilarión
Es fácil. Pensé que se daría usted cuenta. CC, Comerciantes cabreados. Se canta con la música del “Coro de doctores”, de El rey que rabió, y esta es su primera estrofa:
Ordena la maldita municipalidad
que nadie pase o pise la almendra central.
¿Qué va a ser de mi negocio?
Si nada vendo ya.
Hasta las floristas ven  peligrar su modesta fuente de ingresos. Conozca usted su queja con la música del célebre pasacalle del maestro Alonso:
Por la calle de Alcalá
no pasea nadie ya,
y los nardos he tirao  (con actitud de enfado)
por las aceras.
Don Sebastián
¡Vaya panorama! ¡Menudo cabreo debe tener tiene la salerosa muchacha! …
No me diga que van a salir también los guindillas.
Don Hilarión
¡Claro! En una revista madrileña no pueden faltar estos personajes, que pican más que los sabañones. Escuche, escuche usted lo que cantan con la música del “Terceto de los ratas”, de La Gran Vía:
-Soy el guardia primero.
-Y yo el segundo.
-Y yo el tercero.
-Cuando voy vigilando por la Gran Vía,
busco un coche sin placa, “pa” darle el día.
Y cuando lo encuentro,
me pongo contento;
le casco la multa,
sin remordimiento,
y encima me embolso (bis)
mi tanto por ciento.
Don Sebastián
¿Alguna otra música?
Don Hilarión
Tampoco falta el reproche a la primera autoridad municipal. Piense usted en la música del famosísimo Dúo de La verbena de la Paloma. Y cante:
-¿Dónde va la alcaldesa contrita?
¿Dónde va con la cara agachá?
-¡A esconderse debajo las piedras,
donde nadie la pueda encontrar!,
-Y, ¿por qué huye así de su pueblo
sin que nadie la quiera ayudar?
-Porque ha organizao un tiberio,
en Madrid, con su almendra central.
Don Sebastián
Y ¿cómo reacciona la susodicha?
Don Hilarión
Hombres. Se espera que con la música soporte mejor la crítica. Pero, naturalmente, ella se justifica, apoyada en la melodía de la “Romanza de Rosa”, la de El rey que rabió. ¿Recuerda?
Yo que siempre a la Ley obedecí;
yo que siempre reglamentos acaté;
desde que la vara conseguí,
hago lo que me sale de aquí (señalando sus narices).
Don Sebastián
Bueno, bueno. La cosa parece entretenida. Y, ¿cuándo se dará a conocer esta mixtura zarzuelera?
Don Hilarión
Parece que será el día 28 de este mes de diciembre.
Don Sebastián
¿El Día de los Inocentes?
Don Hilarión
El mismo. Es el más adecuado, ¿no le parece?
Don Sebastián
Y, dígame, Don Hilarión, ¿Se pueden adquirir entradas para el estreno?
Don Hilarión
Pues para el estreno, no. Según mi desconocido informador, todas las localidades del teatro han sido adquiridas por los partidos de la oposición.
Don Sebastián
¿Qué quieren? ¿Reírse del consistorio? ¿De la señora corregidora?
Don Hilarión
Pues no estoy muy seguro. Hay quien opina que esta compra masiva de entradas es el recurso del pataleo.
Don Sebastián
¡¡Pobres!!!
Don Hilarión
Mejor diga usted ¡¡¡¡Inocentes!!!!


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