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martes, 22 de enero de 2019

Zarzuela: El sueño de una noche de verano.


Ópera cómica en tres actos. Texto de Patricio de la Escosura (adaptación de Raúl Asenjo). Música de Joaquín Gaztambide. Estreno: 21 de febrero de 1852, en el Teatro del Circo, de Madrid. Acción en Londres, siglo XVI.

EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO
Nueva producción del Teatro de la Zarzuela
Adaptación libre de Raúl Asenjo
 (Dedicada a la memoria de Gustavo Tambascio)

Intérpretes:
Raquel Lojendio* y María Rey-Joly** (Reina Isabel).
Beatriz Díaz* y Sandra Ferrández** (Olivia)
Luis Cansino* y Valeriano Lanchas** (Fálstaf)
Santiago Ballerini*** y Antoni Literes**** (Shakespeare)
Javier Franco* y Toni Marsol** (Arturo Látimer).
Pablo López (Tobías)

Equipo técnico:
Dirección de escena:  Marco Carniti. Escenografía: Nicolás Boni.
Vestuario: Jesús Ruiz. Iluminación: Albert Faura.
Coro Titular del Teatro de la Zarzuela. Orquesta de la Comunidad de Madrid.
Dirección musical: Miguel Ángel Gómez Martínez

13 funciones:
25    de enero a 10 de febrero de 2019.
Duración: 65 + 65 minutos 
*        25,27,31,2,6,8 y 10
**      26,30,1,3,7 y 9
***    25,27,30,31,2,3,6,8 y 10
****  26,1,7 y 9

Función del 10 de febrero, ofrecida en directo por Facebook Live.


Personajes e intérpretes del estreno: Isabel, Reina de Inglaterra (Adelaida Latorre, tiple). Olivia, dama de honor de la Reina (Ramona García). Margarita, criada de la taberna.
Sir John Fálstaf  (Francisco Salas, barítono). Guillermo Shakespeare (José González, tenor). Lord Arturo Látimer (Enrique López). Tobías, el tabernero (Vicente Pombo). Un ujier (Francisco Arderíus)

Números musicales. Acto I. Introducción, coro de mozos y criadas. Canción de Fálstaf. Coro de cocineros. Dúo de la Reina y Olivia. Terceto de la Reina, Olivia y Fálstaf. Coro de actrices y actores y Shakespeare. Dúo de la Reina y Shakespeare. Coro de convidados y guardias y concertante final. Acto II.  Introducción y coro de guardabosques. Fálstaf y coro. Aria de Shakespeare, escena y dúo con la Reina. Dúo de Shakespeare y Látimer. Acto III. Recitado y aria de la Reina. Terceto de la Reina, Olivia y Fálstaf. Cuarteto de la Reina, Olivia, Shakespeare y Fálstaf. Dúo de la Reina y Shakespeare. Escena, marcha y coro final.

Sinopsis argumental.  Original. En una de sus escapadas y huyendo de unos marineros, la Reina se refugia en una taberna donde va a celebrarse un banquete en honor del gran poeta William Shakespeare, que, en plena embriaguez, persigue a una de las muchachas de la taberna. La Reina, que no le conocía, al verle, decide ayudarle a salir de ese mal ambiente y, cuando queda dormido por el alcohol, ordena que lo lleven al palacio de Richmond. Cuando el escritor despierta, ve a la Reina, que cubierta con un velo, le sugiere que cambie de vida y piense sólo en la gloria. Shakespeare se enamora al instante de la mujer y trata de quitarle el velo, pero la interposición de Olivia lo impide. Mientras la Reina escapa, Lord Látimer, amante de Olivia y que lo ha visto todo, acusa a Olivia y provoca a Shakespeare. Los dos hombres se retan a un duelo y aunque es interrumpido por las gentes de palacio, un grito de Lord Látimer hace creer a todos que Shakespeare le ha dado muerte.


En el palacio real de Londres, la Reina quiere olvidar lo sucedido y, con ayuda de Olivia, Fálstaff, alcaide del castillo, y el propio Látimer, intentan hacer creer a Shakespeare que lo ocurrido ha sido un sueño “de verano”. El poeta lo cree y decide escribir una obra teatral inspirándose en la historia  de su propio “sueño”:

Comentario. El libreto procede de la ópera cómica, en tres actos, Le songe d’une nuit de été,  de José Bernard Rosier y Adolfo Leuve, con música de Ambroise Thomas, que se estrenó el 20 de abril de 1850 y que  pretende explicar la gestación de la célebre comedia de Shakespeare.

La versión española iba a haberse estrenado el 19 de febrero de 1852, a beneficio del compositor, pero ese día cayó una gran nevada en Madrid que obligó a suspender el acontecimiento por la imposibilidad del público de acercarse al teatro. Dos días después, se ofrecieron en el Prado unos grandes fuegos artificiales por el nacimiento de la entonces Princesa de Asturias, con lo que tampoco fue mucha gente al teatro. No obstante, en días subsiguientes, la obra fue ganando en asistencia y en popularidad.

La música de Gaztambide fue mucho más elogiada que el libreto. De la partitura destaca Emilio Cotarelo, la introducción y el coro inicial, una canción báquica interpretada por Salas, una marcha de cocineros y una canción de la Reina. También llamó la atención un jocoso terceto entre la Reina, Olivia y Fálstaf, y las intervenciones de Shakespeare. El acto segundo ofrece un coro de guardabosques, y un dúo entre la Reina y Shakespeare. En el último acto destacan un terceto entre la Reina, Olivia y Fálstaff, un cuarteto y un gran himno, vigoroso y marcial, que pone fin a la obra.

Versión que se ofrece. El espectáculo que veremos, en el Teatro de la Zarzuela, en lo que al argumento y al texto se refiere, no se corresponde con el original de Patricio de la Escosura. Se ha cambiado la base temática (ahora es el proyecto de rodar por primera vez una zarzuela para el cine) y el lugar de la acción pasa del Londres del siglo XVI a la Roma de La dolce vita. Los personajes también han sido cambiados: La original Isabel, reina de Inglaterra es ahora la Princesa Isabella Tortellini, aristócrata italiana, ex cantante lírica y productora cinematográfica; Lord John Fálstaff, cantante español también conocido como Giovanni Sabatini y dueño de una trattoria; Guillermo Shakespeare (así figura en el libro original) es Guillermo del Moro, guionista español; Lord Arturo Látimer, es galán de cine.  A ellos se añaden nuevos personajes:  Luis María Escudero García, Director General de Cinematografía y Teatro de España; Don Liborio, barón de Brisa, un noble español;  Mighelo/Mr. Random, hermano de Maruxa y directivo de Universal Pictures; Maruxa, antigua amante de Juan Sabadete, y Orson Welles, hermano de Maruxa y directivo de Universal Picture.

Con estos mimbres se ha construido un nuevo enredo en el que aparecerán referencias a las drogas (Shakespeare no está borracho, sino drogado), a engaños amorosos frustrados, a testaferros y corruptos.

Es posible que el espectáculo resulte entretenido y bien realizado, pero, en rigor, no parece que p podamos hablar de “recuperación”; El sueño de una noche de verano sigue siendo eso, un sueño.  J.P.M.

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