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miércoles, 8 de mayo de 2019

Hacerse el sordo y triunfar.


Il finto sordo (El sordo fingido). Ópera bufa en dos actos. Texto y música de Manuel García.
Intérpretes: Cristina Toledo. Carol García. Francisco Fernández-Rueda. Damian del Castillo. César San Martín. Gerardo Bullón. Dirección musical: José Miguel Pérez-Sierra
Equipo técnico: Dirección de escena y escenografía: Paco Azorín. Vestuario: Cristina Martínez Martín. Iluminación: José Miguelo Hueso y Paco Azorín.
Auditorio de la Fundación Juan March, de Madrid, 7-5-2019.

Un momento de la representación
Excelente espectáculo el ofrecido por la Fundación March que añade el hecho de la recuperación de una ópera simpática, entretenida, de calidad musical suficiente como para que resulte incomprensible que haya “dormido” en los archivos 188 años. Il finto sordo reúne los elementos de una ágil comedia en la que todos los intervinientes tienen un trabajo duro y exigente. Se ha escrito que fue creada para mostrar las cualidades de los mejores alumnos de García, pero el compositor no se limitó a incluir una serie de fragmentos en los que sobresaliera el dominio técnicos de sus estudiantes; no; Il finto sordo exige cualidades canoras de primera fila y maneras de actor de primer nivel. Es decir, se trata de una ópera “como Dios manda”, completa en su argumento, en su desarrollo y en su ejecución.

Paco Azorín ha planteado su versión con una acción trepidante (como corresponde a una comedia de enredo), con un entra y sale constante de personajes desde los tres ascensores que se convierten en protagonista y con muy pocos elementos de atrezzo. La acción es agilísima, los protagonistas están en escena casi constantemente (lo que supone un gran esfuerzo físico), cantan durante más de 90 minutos y hacen muy divertida la historia.

El director de escena sabe manejar a sus personajes y con elementos sencillos consiguió mantener la atención de un auditorio estudiantil novato en estas lides (se comenta una de las representaciones destinadas a estudiantes de enseñanza media, la mayoría de los cuales asistía por primera vez a ver y oír una ópera). Merece también el elogio el trabajo previo de los profesores que preparan estas asistencias.

Paco Azorín y Rubén Fernández Aguirre, responsables de la recuperación
La interpretación me pareció muy buena y, sobre todo, muy homogénea. No vi una de esas representaciones en las que destaca un “primera figura”, sino un conjunto de calidad, uniforme, con nivel vocal destacado, con medios vocales más que suficientes, con dominio del virtuosismo en los momentos en que aparece y con una actuación como actores de primer nivel.  Cristina Toledo se lució en una canción delicada y en el dúo con Lisetta (la mezzosoprano Carol García), que abre el segundo acto. César San Martín (Pagnacca), personaje fundamental de la ópera, cantó con solvencia en todas sus intervenciones, en los dúos que sostuvo con Cristina Toledo (Carlotta), con Capitano (el “sordo”), y especialmente en su aria del primer acto (“Si la donna vi dice “no”). Capitano, es el pretendiente que conseguirá prometerse a Carlotta; le dio vida el tenor Francisco Fernández-Rueda, y lo hizo con fuerza, marcando el carácter enérgico de su personaje frente a un tímido y acobardado Pagnacca que es su oponente. A ellos se unió el actor Riccardo Benfatto, en una intervención variopinta y mímica, pues el personaje es mudo.

Mención especial para el director musical Rubén Fernández Aguirre por su trabajo de preparación o coordinación y, sobre todo por el brillante y delicado “interludio”, en el que se pudieron identificar conocidas melodías populares (“Si tú me dices ven”, por ejemplo), adornadas con el siempre atractivo al estilo del gran virtuosismo romántico.

En resumen, un espectáculo muy interesante del que disfrutaron los muchachos (sus aplausos finales demostraron su entusiasmo) y que podrá verse en la página web de la Fundación, como es habitual. Felicitaciones a todos.

Vidal Hernando.

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