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sábado, 11 de mayo de 2019

Zarzuela: Doña Francisquita.


Comedia lírica en tres actos, el último dividido en dos cuadros. Libreto de Federico Romero y Guillermo Fernández–Shaw. Música de Amadeo Vives. Estreno: 17 de octubre de 1923, en el Teatro Apolo, de Madrid. Acción en Madrid, Carnaval de 184...

DOÑA FRANCISQUITA
(Adaptación de Lluis Llach)
Nueva producción del Teatro de la Zarzuela
(Coproducción con el Gran Teatro del Liceu y la Opéra de Lausanne)

Equipo artístico:
Francisquita: Sabina Puértolas * / Sonia de Munck **
Aurora: Ana Ibarra *** / María Rodríguez ****
Doña Francisca: María José Suárez
Fernando: Ismael Jordi * / José Luis Sola **
Cardona: Vicenc Esteve * / Jorge Rodríguez-Norton **
Don Matías: Santos Ariño
Lorenzo: Antonio Torres
Colaboración especial de:
Lucero Tena, castañuelas.
Gonzalo de Córdoba, actor, narrador.

Equipo técnico:
Dirección de escena: Lluis Pascual.
Escenografía y vestuario: Alejandro Andújar.
Iluminación: Pascal Mérat.
Coreografía: Nuria Castejón.
Rondalla Lírica de Madrid “Manuel Gil” (Dtor. Enrique García Requena).
Coro titular del Teatro de la Zarzuela (Dtor. Antonio Fauró).
 Orquesta de la Comunidad de Madrid.
Dirección musical: Óliver Díaz.

15 funciones:
14 de mayo al 2 de junio de  2019.

*      14, 16, 18, 22, 24, 26, 29 y 31.
**    17, 19, 23, 25, 30, 1 y 2.
***  14, 16, 18, 22, 24, 26, 29, y 2.
**    17, 19, 23, 25, 30 y 1.

Funciones especiales:t
Día 24 de mayo, grabada por Radio Clásica.
Día 29 de mayo, emisión directa porFacebook, YouTube y la web del Teatro
Con audiodescripción: 1 y 2 de junio.
Con visita táctil: 2 de junio a las 16.30 h.
Duración del espectáculo:125 minutos, con dos descansos de 20 minutos.

Todas las representaciones están dedicadas a la memoria de Alfredo Kraus, en el vigésimo aniversario de su fallecimiento.



Personajes e intérpretes principales del estreno.  Francisquita, enamorada de Fernando (Mary Isaura). Aurora, la Beltrana, cómica del Teatro de la Cruz, garbosa y provocadora (Cora Raga). Doña Francisca, madre de Francisquita (Felisa Lázaro). Irene, la de Pinto, amiga de Aurora (Beatriz Cerrillo). Basilia y Liberata, ancianas y devotas de clase media
Fernando, estudiante (Juan de Casenave). Don Matías, padre de Fernando (Ricardo Güell). Cardona, estudiante amigo de Fernando (Antonio Palacios).
Decorados y figurines: Manuel Fontanals. Director musical: Juan Antonio Martínez.

Números musicales. Acto I. Acto I.  Introducción y escena (“¡El lañador!”). Terceto. Francisquita, Fernando y Cardona (“Peno por un hombre, madre”). Pasacalle y Terceto. Aurora, Fernando y Cardona (“Allí la tienes”). Coro de estudiantes. Cardona, Fernando, estudiantes (“¿Y tú que harás ahora?”; “Cuando un hombre se quiere casar”). Canción de juventud. Cardona y todos (“Canto alegre de la juventud”). Canción del ruiseñor. Francisquita, Fernando, Cardona (“Era una rosa que en un jardín”). Final I acto. Todos (“¡Francisca! ¡Francisca!”). Acto II. Escena. Aurora, Cofrades… (“Cuando te digo que vengas”). Dúo de Francisquita y Fernando (“¡Le van a oír!”). Romanza de Fernando (“Por el humo se sabe...”). Dúo de Aurora y Fernando (“¡Escúchame! – No puedo escucharte”). Escena y quinteto. Fernando, Francisquita, Cardona, Don Matías y Doña Francisca (“Fui demasiado vehemente”). Final II Acto. Todos (“¡Olé! ¡Viva! ¡Olé!”). Acto III. Cuadro I. Escena y coro de románticos. Caballeros y muchachas. (“¿Dónde va, dónde va la alegría”?). Cuadro II. Escena (“Aurorilla, la Beltrana, ¿no quiere cantar?”). Canción del Marabú. Aurora y Cardona  (“A un jilguero esperaba”). Fandango. Dúo de Francisquita y Fernando (“Yo no fui sincera”). Final (“¡Ah! Canto alegre de la juventud”).


Argumento original. Acto I. Una plaza de Madrid. Fernando está enamorado de Aurora, La Beltrana, que le responde con burlas y desdenes, al tiempo que Francisquita bebe los vientos por Fernando. A la salida de misa, Francisquita deja caer un pañuelo que, recogido por Fernando, es la ocasión para la joven de cambiar unas palabras con el estudiante. En otro momento, Cardona trata de convencer a Fernando para que olvide a La Beltrana y ensalza la belleza de Francisquita.
                     
Aparecen Doña Francisca, su hija y Don Matías que comienza a galantear a Francisquita. Y se produce el equívoco. Doña Francisca, que es viuda, cree que las pretensiones del anciano se dirigen hacia ella. Francisquita reconoce que es a Fernando a quien quiere.

Aurora sale de la botillería y continúa despreciando a Fernando, ante lo cual Cardona interviene y consigue enfurecerla. Don Matías habla de Francisquita y los estudiantes creen que se refiere a la comedianta. A pesar de todo, Fernando comienza a cortejar a Francisquita para dar celos a la Beltrana.

Acto II. Pradera del Canal, en la ribera del Manzanares. Cardona, vestido de mujer (no olvidemos que estamos en carnaval), es perseguido por un grupo de hombres. Fernando, que ha sido citado allí por su padre, espera a Aurora, pero quien llega es Francisquita (que es quien ha urdido la cita) y le dice que está enamorada de su padre.

Aurora canta desde el merendero y Cardona (aún vestido de mujer), para enrabietarla, tiene una galante escena con Fernando y asegura que La Beltrana no volverá a reírse de él.
Fernando ha de salir de Madrid y va a despedirse de su padre, de Francisquita y de su madre. La joven consigue una declaración de amor de Fernando.

Acto III. Una calle de Madrid, de noche. Cardona insiste en burlarse de la Beltrana mientras Francisquita y su madre hacen conocer a Don Matías su decisión de no ir al baile – para que él tampoco vaya – ya que Fernando quiere reunirse allí con la joven. Francisquita ha dicho a su madre que es a ella, Doña Francisca, a quien Fernando quiere, generando un nuevo enredo que, esta vez, es advertido por Don Matías. El anciano recrimina a Doña Francisca sus devaneos porque, por la edad,  "podría ser la madre de Fernando", a lo que ésta responde que él "podría ser el padre de Francisquita". Entre todo esto, surge la realidad de este enrevesado asunto: Nada se opone a los amores de los jóvenes que se funden en un abrazo mientras los asistentes brindan por su felicidad.

Soledad Puértolas (izda.) y Sonia de Munck(dcha.) darán vida a la protagonista.

Comentario. Basada en La discreta enamorada de Lope de Vega, Doña Francisquita es, prácticamente, la obra que pone fin a la brillante carrera de un gran músico; la que ha salvado a no pocas empresas, del fracaso económico y, posiblemente, una de las zarzuelas de mayor proyección internacional, ya que se ha interpretado en toda la América hispana, Montecarlo, Bruselas, Berlín, Washington, Viena, Salzburgo, Milán… Doña Francisquita es, también, una de las zarzuelas con mayor número de grabaciones discográficas, pues se contabilizan una decena de versiones; ha sido llevada al cine en dos ocasiones (1934 por Hans Behrendt[1] y 1952 por Ladislao Vajda), y es  la única en haber sido adaptada para ballet (en 1985 por Antón García Abril).

La idea originaria de esta obra data de enero de 1923. Vives sabía que las adaptaciones del teatro clásico, eran un buen punto de partida para crear una zarzuela, y entregó a los libretistas un ejemplar de La discreta enamorada, diciéndoles: “Aquí en estas páginas hay una zarzuela deliciosa... Como está. Las dos primeras escenas son ya música. ¿Se atreven ustedes a hacer el libreto?”. Los escritores aceptaron, pero no terminaban de ver –“como está” – la zarzuela en la obra de Lope. La solución vino en trasladar la historia del siglo XVII al XIX; al Madrid romántico y más concretamente a su Carnaval.

No puede decirse que los comienzos de Doña Francisquita fueran buenos. Los cuatro actos originales de la obra de Lope fueron reducidos a tres, pero Federico Romero extravió el original que refundía los dos últimos, por lo que los libretistas hubieron de trabajar intensamente para reescribirlos. Antes de componer toda la música, Vives había empezado la búsqueda de los intérpretes y al escoger a Juan de Casenave para el papel de Fernando, obligó a los libretistas a replantear este rol, pues Casenave era un buen tenor pero no tan buen actor. El 5 de octubre, Vives, al tomar un coche de caballos, sufrió un caída que le postró en cama. Faltaba instrumentar gran parte de la obra y para esta tarea fueron requeridos algunos colegas del músico catalán: Joaquín Turina, Conrado del Campo, Pablo Luna y Ernesto Rosillo.

Todo parecía estar en contra, pero cuando se levantó el telón de Apolo, los problemas e inconvenientes desaparecieron y la obra de Romero, Fernández–Shaw y Vives comenzó su andadura con el pie derecho. La primera representación, terminó pasadas las dos de la madrugada, porque hubo que repetir casi todos los números, pero al día siguiente, los críticos ya dieron su opinión en los diferentes periódicos madrileños, advirtiendo que habían asistido al nacimiento de una de las obras fundamentales de la zarzuela.
El gran tenor canario a cuya memoria están dedicadas las representciones

Como consecuencia de su inoportuno accidente, Vives no pudo asistir al estreno y se fue enterando de su desarrollo a través del teléfono. El compositor no pudo contemplar su obra en el teatro hasta el día 26, nueve días después de la primera representación.

La versión realizada por Lluis LLach, reconocido director teatral, galardonado con importantes premios y de probada solvencia profesional, no es una la lectura, más o menos tradicional. Opina el director que hoy no es posible ofrecer una producción de tipo “costumbrista”, como considera a la zarzuela de Romero y Fernández-Shaw, porque, en su opinión, ni los intérpretes ni los espectadores están (estamos) familiarizados con estas formas de ofrecer un teatro que refleja una cierta forma de vida de un tiempo ya pasado. En consecuencia ha modificado la obra y la plantea en tres escenarios distintos: el primer acto, en un estudio de grabación de los años 30 del pasado siglo; el segundo en un plató de televisión en los 60, y el tercero, con una estética contemporánea utilizando esta música escrita hace casi un siglo. e incluye la proyección de imágenes de las dos versiones cinematográficas de la zarzuela. Para ello ha introducido la figura de un actor que, imaginamos, irá explicando-dirigiendo las consiguientes escenas. El texto hablado original ha sido modificado e incluso sustituido; el de los cantables no ha sido tocado (esto último es, además, exigencia del Teatro).  Habrá que esperar a ver y oír la función para comprobar cómo encajan los nuevos textos, estéticas y planteamientos, con los antiguos versos de los números musicales con los que tres expertos zarzueleros supieron retratar el Madrid de una determinada época. J.P.M.





[1] Esta película ha sido digitalizada por la Filmoteca Española con la colaboración del Teatro de la Zarzuela.

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