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lunes, 7 de septiembre de 2020

Nuevos protocolos en la Zarzuela.

 

Nuevos protocolos en la Zarzuela.

Don SEBASTIÁN.  ¿Cómo está usted, Don Hilarión? Hace tiempo que no nos vemos y ya le echaba de menos

Don HILARIÓN.  Es verdad, Don Sebastián. He estado fuera, en el campo, unos días… Ya sabe usted. Y yo también le extrañaba. Y, ¿qué tal por aquí? ¿Cómo andan las cosas?

SEB.  Pues hay problemas, inquietud, desconfianza, miedo … Supongo está usted al corriente por los medios de comunicación. Pero yo tenía ganas de charlar con usted para saber cómo va el asunto de la Zarzuela. ¿Empieza? ¿Cómo?

HIL.  Bueno, verá usted. Ya sabe que el mes de agosto, tradicionalmente, el teatro está cerrado y de vacaciones. Pero este año, me consta que muchos han estado trabajando para preparar el arranque la próxima temporada.

SEB.  Bien, no me extraña, con lo del virus… ¿Y qué?

HIL.  Pues le diré. Aunque es confidencial, muy confidencial. Secreto. O sea, que de lo que le cuente a usted, ni palabra. A nada ni a nadie. ¿Estamos?

SEB.  Estamos.



 

HIL.  Bien. Quienes han estado trabajando han llegado a varias conclusiones que se plasmarán en unos protocolos de obligado cumplimiento. Como es lógico. Protocolos que afectan a distintas actividades y colectivos. Escuche.

SEB.  Soy todo trompas de Eustaquio.

HIL.   ENTRADAS Y SALIDAS. Una de las acciones es controlar las entradas y salidas de los espectadores en la sala. Se harán por distintas puertas: por las de la derecha e izquierda, deberán entrar quienes vayan a los pisos superiores y a las localidades de la derecha y la izquierda respectivamente. La puerta central será utilizada por quienes ocupen el patio de butacas y los palcos. Todo para que el personal no se cruce en los vestíbulos.

La entrada y la salida se hará, como en los aviones, en orden a la localidad de que se disponga. Se trabajará de acuerdo con la técnica PEUS (Primero en Entrar, Último en Salir). Es decir, primero entrarán los de la primera fila, luego la segunda, la tercera …  La salida será a la viceversa; primero los de la última fila, luego la penúltima, …

Al entrar al teatro, cada asistente deberá dirigirse directamente a su asiento. No se permitirán charlas, ni corrillos.

De todos los detalles se informará en carteles, por megafonía, en la página web … y personalmente a los que sean muy brutos y no se enteren.

SEB.  Hombre, parece sensato. Un poco incomodo, pero sensato. ¡Todo lo que sea orden y concierto!

HIL.  ¡Bien dicho lo de concierto! Otra cosa.

MASCARILLAS.  Las mascarillas serán obligatorias durante todo el espectáculo. Sin excepciones.

SEB.  Perdone, ¿y las personas que no pueden llevarlas por temas de angustia y desazón? Porque las hay.

HIL.  Para esos casos se está estudiando una solución. Se podrán adquirir un tipo de mascarillas, a un precio simbólico, que en su interior tienen un pequeño depósito de tela, impregnado de infusiones solidificadas de distintas yerbas medicinales para combatir ansiedades y nervios. Se podrá elegir entre valeriana, hierbaluisa, y otras. Que un espectador siente congojas o desazones, lametón a la bolsita y a otra cosa.

No se venderán mascarillas con bolsitas de caramelos … por no incitar a los diabéticos. Tampoco con solidificaciones de bebidas espirituosas … por si se va a conducir después. La Zarzuela no quiere responsabilidades en este sentido.

Se prohíbe tirar las mascarillas en el teatro. A la salida, deberán ser guardadas, adecuadamente dobladas (con los bichos para dentro), y depositadas en el contenedor correspondientes (hay opiniones distintas sobre cuál es) y en la forma conveniente.  

SEB.  ¡Oiga, lo de las mascarillas de sabores… es un puntazo! ¡Qué idea! ¡Alguno se va a hacer de oro!

HIL.  Es posible, pero la idea no es esa, sino contribuir a la tranquilidad de quienes no pueden soportar las mascarillas. Pero sigamos. LOS BAÑOS.

SEB.  ¿Los baños?

HIL.  ¡Pues claro! Los baños son un punto de reunión, especialmente los de señoras. Se prohibirá la asistencia al servicio de más de dos mujeres juntas.

En la publicidad institucional del teatro se recomendará llegar al coliseo convenientemente evacuado de aguas menores y mayores. Se recomienda no ingerir líquidos o sólidos desde unas horas antes del espectáculo (cada uno sabrá su propia medida, porque cada persona …es un mundo). Se hará hincapié en contra de los alimentos acuosos: sandía, fresa, melones, naranjas …

Todas estas recomendaciones se toman porque los expertos (que no se sabe quiénes son y aunque se sepa no se dirá), han llegado a la conclusión de que la incontinencia es enemiga de la zarzuela.

SEB.  Hombre, supongo que al principio resultará un poco incómodo y desconcertante, pero no parecen medidas descabelladas. ¿Hay más?

HIL.  Sí claro. Se han tomado medidas para todo. Por ejemplo: LBRETOS Y PROGRAMAS.

Los adaptadores de los libretos podrán hacer de su capa un sayo con ellos, como hasta ahora: cambiar épocas, incluir personajes, eliminar textos … Usted ya sabe. Pero se les ha pedido que suavicen los asesinatos y crímenes brutales que puedan encontrar en las zarzuelas, que no son frecuentes pero los hay. No tanto como en la ópera desde luego. En fin, estas acciones deben ser suavizadas y realizadas manteniendo la distancia de seguridad, que, por cierto, en cada sitio y momento, cambia… pero esto es harina de otro costal. En fin, nada de navajazos, cuchilladas, estrangulamientos o retorcimientos intensos de ciertas partes del cuerpo. Lo mejor es dos o tres tiros, desde lejos y listo.

Para las zarzuelas de época en las que no hubiera armas de fuego, se empleará cualquier elemento contundente arrojadizo: piedras, cantos rodados, elementos de vajilla de barro contundente … Un buen cantazo en el colodrillo es tan eficaz como una puñalada en el quinto espacio intercostal. ¡Y muchísimo más limpio! ¡Dónde va a parar!

En cuanto a los programas de mano, está en estudio el tipo de papel a utilizar. En el papel cuché, satinado como usted sabe, es posible que los virus se escurran y no tengan dónde agarrarse, con lo que caerían al suelo y lo pondrían perdido. El papel de estraza, basto y malucho, podría valer, pero no hay evidencia científica. Se ha descartado el papel higiénico, porque aunque no se sabe por qué, es muy poroso; el de aluminio, porque daría positivo en los controles aeroportuarios; el biblia, por respeto; el carbón, porque mancha; el cebolla, porque pican los ojos; el de pagos al Estado, porque encarecería el programa; el de fumar, porque no se podrían leer los programas en lugares públicos; el de periódico, porque podría contaminar el programa  con bulos y noticias políticas; el de seda, porque quedaría un poco cursi; el timbrado, porque podría sonar a destiempo… También se han descartados los papeles grasientos, porque no se sabe si el pringue engorda al virus o le asfixia. Parece que el candidato será el papel vegetal, porque suena a ecológico. 

SEB.  ¡Qué barbaridad! ¡Con lo del programa de mano los expertos tienen un papelón! ¿Hay más?

HIL.  ¡Naturalmente! Otras recomendaciones tienen que ver con quienes hacen el espectáculo, músicos, cantantes, gentes de escena… Por ejemplo, LA ORQUESTA.


Los músicos deberán respetar la distancia de seguridad. Los violines, como siempre, para no meter el arco en el ojo al compañero. Los de viento deberán colocar algún elemento que impida que se propague el virus, porque, por ejemplo, trompetas y trompas, pueden expeler una microscópica salivilla a considerable distancia, con más virus que personas en el metro en hora punta. No le digo nada de la tuba, como tiene el pabellón hacia arriba, puede dejar caer los bichillos como un sirimiri. Lo ideal sería utilizar esas sordinas cilíndricas, en las que los virus quedarían prisioneros. Eso sí, Las sordinas deberían ser desechables.

El arpa queda absolutamente descartada porque sus cuerdas pueden funcionar como las de un arco, y si un virus se coloca en una de ella, puede ser lanzado, sin exagerar, hasta el primer anfiteatro.

La percusión deberá tocar con ganas, porque si algún virus tiene la osadía, o el atrevimiento de colocarse sobre el parche … que pague con el más sonoro espachurramiento. Claro que también puede gustarle los saltitos y llamas a otros congéneres para que disfruten con él. ¡Cualquiera sabe!

LOS CANTANTES.

SEB.  ¿Y los cantantes?

HIL.  Tanto los solistas principales, como los secundarios, y los componentes del coro, tendrán que mantener la distancia de seguridad, como es lógico, y no podrán abrazarse, achucharse ni ejecutar ninguna de las tradicionales acciones que significan declaración de amor o intento de ligue. Por supuesto, se prohíben pellizcos y azotes, aunque sean cariñosos. Además de la distancia, deberán cantar sesgados, de manera que su voz no vaya directamente a la cara del oponente. Alguno o alguna lo agradecerá, porque parece que hay cantantes que … En fin, usted me entiende.

Queda prohibido, terminantemente, el Do de pecho en los tenores y como quiera que se llame en las sopranos. Recientes estudios en un Centro de Investigación del Canto y sus Consecuencias, han comprobado que las miasmas generadas por estas notas se producen en mucha mayor cantidad que en el canto normal.

Los componentes del coro serán reducidos en función de los porcentajes indicados, en cada momento, por las autoridades para otras actividades: misas, entierros, funerales, reuniones sociales en bares y terrazas… Lógicamente los que queden deberán cantar más fuerte para contrarrestar la ausencia de compañeros. Los representantes de los sindicados han exigido que estas ausencias sean rotatorias, para que ninguno de los coristas vea mermado su derecho a no arriesgar el tipo ante el coronavirus.

En algunos números corales, se permitirá el empleo de maniquíes que acompañen a los cantantes para dar impresión de bulto. Se comprende que un Coro de repatriados, quedaría paupérrimo con tres o cuatro tíos arrastrando su desgracia por el escenario.

SEB.  ¿Oiga, y cuando se trate de coros mixtos?

HIL.  ¡Hombre, por Dios! ¡Uno de cada! Para que no haya discriminación entre coristas y coristos. Pero déjeme que siga con  EL BALLET.


 

Todos los bailes serán sueltos, ¡hasta el chotis! Nada de agarrao o apretao, el riesgo es muy elevado porque, el puñetero virus, se aprovecha de la cercanía. Como esto siga mucho tiempo y tengamos que continuar con la distancia de seguridad, ¡adiós a la natalidad! ¡Con la falta que nos hace!

Los bailarines podrán hacer los saltos y acrobacias que quieran. Parece que al virus le sientan fatal estos movimientos; es posible que se mareen, no está probado, pero así lo ha apuntado algún experto.

SEB.  Pero bueno, Don Hilarión, ¿cree usted semejante patraña?

HIL.  Mire usted, Don Sebastián, yo soy boticario y entiendo del mundo de la farmacopea. Conozco mejunjes y brebajes para defenestrar virus y bacterias, pero no sé si bailan o cantan. Y, además, me importa tres pitos.

SEB.  Bueno, bueno, no se enfade conmigo. Y, dígame, ¿hay algún protocolo más?

HIL.  Pues sí. Se propone una recomendación para los iluminadores. Podrán utilizar luz fría, templada o caliente, porque, la verdad, es que no se sabe cómo reacciona el bicho ante la temperatura. Recuerde usted, amigo mío, que se dijo que, en el verano, con el calor, se mantendría poco menos que inactivo … Y ya ve usted cómo estamos.

SEB.  ¡Qué barbaridad! ¡Vaya colección de consejos y recomendaciones! ¡Sí  han trabajado los de la Zarzuela en agosto! 

HIL.  Y siguen haciéndolo. Todavía esta mañana, cuando iba a abrir la botica, me han dicho que hay nuevas instrucciones. Tome usted nota, amigo mío:

·       Se prohibirán los comentarios al oído, sotto voce, al compañero o compañera de al lado. Si no sabe cuál de los dos cantantes es el novio, se siente. Que se aguante y espere a que termine la representación. Al final, todo se sabe.

·       A los directores de orquesta se les pedirá que sean comedidos en los gestos; alguno parece que intenta matar a los virus con tanto arabesco y manotazo. Tampoco deberán señalar con el dedo a los músicos, con la excusa de que les toca intervenir. Señalar con el dedo está muy feo, aunque sea en situación de pandemia.

·       Los acomodadores no podrán recibir propinas en la mano, si es que todavía queda alguien que las da. Llevarán una especie de hucha sujeta a la cintura donde quien lo desee podrá depositar su óbolo. No hace falta recordarlo, pero estas faltriqueras serán desechables, para hacerlas desaparecer una vez vaciadas. Ni que decir tiene que a los acomodadores no les está permitido devolver cambio.

SEB.  Bueno, bueno. Espero que con tantas precauciones tengamos una temporada sin sobresaltos ni cancelaciones. Creo que hay una zarzuela que van a intentar estrenar por tercera vez.

HIL.  Sí señor, Policías y ladrones. Veremos si es verdad eso de que “a la tercera va la vencida”. 

SEB.  Es que con ese título … Pero, dígame, con qué empezamos.

HIL.  Con La tempranica y La vida breve.

SEB.  ¿La vida breve? ¿La ópera de Fernández Shaw y Falla en la que la protagonista, al final, se muere? ¿No le parece que no está la cosa como para morirse, ni siquiera en el teatro?

HIL.  No se preocupe. Se ha planteado el tema y, para que el personal no sufra, -¡bastante tiene!-, en el momento culminante, una niebla blanquecina descenderá desde lo alto, envolviendo a Salud. Cuando se disipe la nube, Salud habrá desaparecido. Y, al fondo de la escena, un campesino, con la boina entre las manos, dirá: “¡Ea, ya está con los angelitos!”  Y bajará el telón.

 


1 comentario:

  1. Mucha información, desde luego. Ha estado muy gracioso lo de los músicos y cantantes.

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