En nuestra lengua existen palabras que nos sugieren imágenes o ideas de lo más variado. Algunas de ellas son especialmente sonoras, bien sea por su morfología, por su longitud, por su dificultad para pronunciarlas, por su acentuación, por su contundencia… En fin, por muy distintas razones. Pero si hay un grupo de palabras especialmente sonoras, son las denominadas onomatopeyas.
El Diccionario de la RAE define “onomatopeya” como: “Formación de una palabra por imitación del sonido de aquello que designa. Muchas palabras como quiquiriquí han sido formadas por onomatopeya”. El Diccionario añade: “Palabra cuya forma fónica imita el sonido de aquello que designa; p. ej., runrún”. María Moliner, en su Diccionario de uso del español (versión digital), escribe: “Imitación del sonido de una cosa en la palabra con que se la designa. Particularmente, imitación de un sonido para designarlo o referirse a él; por ejemplo, las voces de los animales”; también, “Palabra formada por este procedimiento”, y además “Figura retórica consistente en el empleo de palabras que imitan sonidos”.
Estas dos obras han sido nuestra guía básica para elaborar estas páginas. Hemos de aclarar que hemos incluido alguna palabra que no es onomatopeya, sino un nombre o una interjección… porque nuestra intención no es más que señalar palabras “sonoras” o “cantarinas”. Se nos permitirá la licencia.
Característica esencial: la sonoridad.
Solemos decir que “una imagen vale más que mil palabras”. Igualmente podríamos señalar que un “sonido”, también es mejor que algunas explicaciones, cuando escuchándolo proporciona la imagen o la idea de lo que representa. Podríamos añadir que la onomatopeya es el lenguaje de los sonidos, de los ruidos, de los golpes. Un lenguaje que algunos llamarán gráfico y nosotros preferimos señalarlo como lenguaje sonoro.
Otras cualidades estas palabras son especialmente sonoras, aunque la idea que representan no tenga que ver con la música o el sonido. En el caso de Po, pon o Tan, tan que se emplea, en ocasiones, para señalar la llamada a una puerta.
La idea de onomatopeya, la reducción de una idea, de un concepto o de una acción, a una sola palabra, ha dado lugar, al menos en el lenguaje cotidiano, a ciertos términos, Sirvan de ejemplo las siguientes: cacarear, chirimiri o sirimiri, guagua, yuyu, tacataca, lelo, runrún, borbotar, tran tran, ronronear, retintín, piripi, chacachá (del tren), zigzag, chischás (de las espadas), pimpampum, zipizape …
Las onomatopeyas también aparecen en modismos o en locuciones adverbiales de uso común. De alguien que es rápido en ejecutar algo, decimos que “lo hace en un plisplás (o pispás); si no estamos convencidos de algo es que “no nos dice ni fu no fa”; cuando no estamos muy bien de salud, empleamos “pichí, pichí; regulín, regulán; así, así ”; decimos que si patatín, que si patatán, para referirnos a quien nos tuvo escuchando tonterías o cosas sin importancia, y si conocemos todos los detalles de un asunto, afirmamos saberlo de pe a pa.
Lenguaje hablado y escrito.
Como es natural las onomatopeyas se utilizan tanto a la hora de hablar como a la de escribir. En un caso y en otro, estos términos pueden asumir variaciones en su morfología. En ocasiones se utilizan varias vocales para resaltar el tamaño o la contundencia de lo que queremos expresar con la palabra: bum, buum, buuuum; mu, muuu; Beeeee… Otras veces recurrimos a la repetición del vocablo: Buá, buá, buá.
Curiosidades.
Como no podía ser menos, el mundo de las onomatopeyas ofrece sus curiosidades. Por ejemplo, las que tienen que ver con la risa forman un conjunto que usa todas las vocales: jaja, jeje, jiji. jojo y hasta juju, aunque hay que reconocer que las dos últimas tienen menos uso que las otras.
Otra curiosidad la hemos encontrado en esta conocida canción infantil
Cu, cú, cantaba la rana
Cu, cu, debajo del agua.
Cu, cu, pasó un caballero
Cu, cu, de capa y sombrero.
Todo el mundo sabe que cu, cu no se corresponde con el sonido característico de este batracio
Aunque no es sorprendente que las onomatopeyas existan en todos los idiomas, en mayor o menor número, si es curioso, sin embargo, el término que cada uno de ellos utiliza para señalar un mismo sonido. En esta página web (http//etimologias.dechile.net/?onomatopeya), hemos encontrado el ejemplo relacionado con el gallo:
España y países hipanoamericanos: kikiriki quiquiriquí.
Estados Unidos: Coc-a-Doodle-Do.
Alemania: Kokodi-kokoda.
Arabia: Coucoucoucou.
Bulgaria: Kykyrigy.
China: Kuku.
Francia: KokoRiko.
Holanda: Kukelekuuuu.
India: Kook-a-doo kooo
Indonesia: Kukuruyuk.
Portugal: Cocorococo y Cocorico.
Rusia: Koukeriko.
Aunque no sepamos cómo se pronuncian, todos estos ejemplos deben tener una sonoridad muy parecida.
Lenguaje hablado y escrito.
Como es natural la onomatopeya puede utilizarse en cualquier forma de expresión, aunque algunas de estas palabras no suelen emplearse en conversaciones, como el caso de crash. Si somos testigos de un accidente de coche, no decimos “hemos visto un crash”;. Otros ejemplos son Grrr, empleada en referencia al rugido de los grandes felinos salvajes; Zzzzz , que usamos para señalar que alguien duerme, o Pss, con la que respondemos a quien pregunta por nuestra salud, cuando esta es sólo regular.
La razón es que hay palabras que resultan algo incómodas de pronunciar. Por esta razón, las onomatopeyas se usan mucho en el lenguaje gráfico de los tebeos y cómics. Y es que la sola reproducción de la grafía de estas palabras, nos proporciona la imagen de lo que expresan.
La onomatopeya es una palabra de utilización sencilla, porque no tiene género ni número. En algún caso, pueden escribirse de maneras distintas: run, run y runrún; o din, don y dindón. Disponemos también de términos que parecen ajenos a nuestro idioma. En fin, un amplio muestrario.
Muchas de estas palabras suelen escribirse entre admiraciones, para señalar su pronunciación exclamativa o enfática. Aquí hemos prescindido de estos signos para hacer mças cçpmda la lectura.
Un pequeño catálogo.
Aunque en el Diccionario no están incluidas todas las palabras que utilizamos como onomatopeyas en el lenguaje cotidiano, disponemos de términos para señalar, sonidos, ruidos, golpes, acciones y términos especialmente relacionados con la música. Ofrecemos, a continuación un pequeño catálogo, señalando que hemos sido generosos al incluir términos que, muy probablemente, no tengan la consideración de onomatopeya por parte de los expertos en lenguaje, gramáticos, lingüistas.
Acciones realizadas por personas.
Achís – Representa o imita el sonido del estornudo; indica que se padece un resfriado.
Argg – Aparece en los cómics cuando se estrangula a alguien.
Bla, bla, bla – Referencia una conversación insustancial, y en ocasiones pesada.
Boing, boing – Dar botes.
Brrrum – Acelerar un automóvil o una motocicleta.
Buá, buá; buaaá – Llanto, especialmente el de los bebés.
Chaca, chaca; Chacachaca – Ruido que se hace al andar, cuando se usan zapatos que suenan.
Chap, chap – Chapotear, andar pisando charcos.
Chiquichaque – Imitación del sonido que se hace al masticar sin cuidado.
Chis; chiss; chist – Llamar la atención de alguien, y también pedir silencio.
Chop, chop – Chapotear.
Grrrr – Señal de enfado, especialmente usada en el lenguaje gráfico.
Hip, hip – Señal de tener hipo.
Jajajá – Expresión de risa, burla o incredulidad. Es la más frecuente y natural.
Jejejé – Risa especialmente aplicada para señalar incredulidad o burla.
Jijijí – Risa con cierta intención de picardía.
Jojojó – Risa característica del personaje de Papá Noel.
Jujujú – Risa de poco fiar, no recomendable. No suele utilizarse.
Muá; muac – Beso, especialmente si es sonoro.
Ñam, ñam – Indicación de comer, especialmente con satisfacción.
Pan, pan – Llamada a una puerta.
Piripi – Sinónimo de borrachera.
Plas, plas – Dar una bofetada. También aplaudir.
Pon, pon – Llamada a una puerta.
Psche; pse; psss – Expresión de indiferencia o desprecio. También de salud regular.
Runrún – Ruido de voces, rumor.
Shhhh – Pedir silencio.
Sniff – Llorar, muy utilizada en el lenguaje escrito.
Trantrán – Andar despacio, con tranquilidad,
Zigzag – Andar haciendo eses, culebreando, generalmente por efecto del alcohol.
Zzzz – Dormir profundamente.
Sonidos de animales.
Incluimos aquí las palabras sonoras que señalan la voz de ciertos animales, aunque esta voz suele tener en el Diccionario una palabra propia, y distinta a la onomatopeya, que la identifica. Por ejemplo, el sonido que hacen las ovejas se llama “balido” y el de las vacas “mugido”, pero ninguna de estas voces tiene la sonoridad de Beeee o Muuu, que son sus correspondientes onomatopeyas.
Auuu – Aullido del lobo.
Beee – Balido de la oveja, y también del carnero o de la cabra.
Clo, clo – Representa la voz de la gallina, especialmente cuando está clueca.
Crí, crí – Sonido propio del grillo.
Croac, croac – Representa el sonido propio de la rana.
Cu, cu – Canto del cuco.
Cua, cua – Voz del pato.
Fu, fu – Imitación del bufido del gato.
Gluglú – Voz propia del pavo.
Grrrr – Sonido de animales salvajes, especialmente de los grandes felinos.
Guau, guau – Sonido del perro.
Hiaaa, hiaaa – Imitación de la voz del asno.
Hiii, hiii – Remedo de la voz del caballo.
Miau, miau – Maullido del gato. También expresión de incredulidad o denegación de algo.
Muuu – Imitación del mugido de vacas y toros.
Oenc, oenc; oink, oink – Remedo de los sonidos propios del cerdo.
Pío, pío – En general, canto de los pájaros, aunque entre ellos haya muy distintas voces.
Quiquiriquí – Voz o canto del gallo.
Rrrrr – Ronroneo de los gatos.
Zzzzz – Zumbido de las abejas.
Golpes, caídas de personas o cosas y otros sonidos.
Bang – Sonido de un disparo o algo semejante.
Boom – Sonido de una explosión.
Buum – Explosión fuerte, cañonazo.
Cataplán, cataplún, catapún – Caída de cualquier objeto o persona contra el suelo.
Catapumba – Caída ruidosa y estrepitosa de persona o cosa, aunque no tenga consecuencias.
Clic – Pequeño ruido, seco, corto y poco intenso. Colgar un teléfono, ratón del ordenador.
Clin, clin – Ruido de naturaleza metálica generalmente.
Clonc – Golpe dado contra el suelo de alguna cosa que suena de manera grave.
Crac – Sonido de las ramas de los árboles, o alguna cosa, al quebrarse.
Crash – Golpe que se produce cuando chocan dos automóviles. Muy empleado en los tebeos.
Chacachá – Imitación del sonido del tren.
Chas – Golpe producido por una bofetada.
Chin, chin – Sonido producido al chocar dos superficies de cristal. También brindis,
Destacan aquí una cierta variedad de sonidos producidos por golpes. Algunas señalan la naturaleza de la consistencia de la superficie receptora.
Ding, dong – Timbre, generalmente de una puerta, de los llamados musicales.
Frufrú – Imitación del roce de la seda o telas semejantes.
Glu, glu – Ruido de un líquido al ser absorbido por un sumidero, también al ahogarse alguien.
Nino, nino – Sirena de ambulancia.
Paf – Ruido de algo blando contra algo duro. También bofetada.
Pam – Sonido de una explosión, no muy fuerte.
Pataplán, pataplún – Explosión o golpe, de no demasiada gravedad.
Piiii – Ruido de un claxon.
Plaf, plof – Sonido de algo blando al estrellarse contra el suelo o contra un líquido.
Pumba – Caída ruidosa.
Pun – Sonido producido por un disparo.
Ra-ta-ta o Ratatatá – Imitación de una ametralladora.
Riin o Ring - Sonido de un timbre de una puerta, de un teléfono.
Ris ras o risrás – Imitación de algo al rozarse o rasgarse.
Tacataca – Imitación de una máquina de escribir mecánica.
Tantarantán – Golpe con poca violencia cariñoso.
Tic, tac – Sonido de un reloj o algo acompasado (metrónomo, por ejemplo).
Toc, toc – Llamada a una puerta.
Tris – Caída o choque leve, sonido al quebrarse o rasgarse algo.
Uuuuuh – Sirena de bomberos, de policía, de ambulancia.
Zis, zas – Golpes producidos a un lado y a otro. Par de bofetadas.
Onomatopeyas relacionadas con la música.
Surgen tanto de la imitación del sonido del canto o de los instrumentos, como de la propia sonoridad de la palabra. Vayamos, en primer lugar, algunas palabras relacionadas con la música en general.
Chim pun – Para señalar el final de una composición musical.
Chunda, chunda – Referencia a una música simple, popular, juvenil y sin especial valor.
La, la, la – Representa el tarareo de una melodía
Tantatachán – Recuerda el sonido con que terminan algunas músicas.
En cuanto a las onomatopeyas relacionadas con los instrumentos, antes de relacionarlas, hay que señalar que sólo hemos encontrado palabras referidas a la percusión y a los instrumentos de viento-metal.
Campanas – Din, don,dan; dindon; retintín; talán, talán; tan, tan.
Campanillas – Tilín, tilín; tilín, tin tin; tin tin.
Castañuelas – Ria-pitá.
Cencerro – Tolón, tolón.
Pito – Piiii.
Tambor – Poromponpón; ran rataplán; rataplán; rompopompón; tantarán; tontorontón.
Trompeta, corneta y clarín – Tarará; tararí; tintirintín; tirorí; tururú; turututú.
Por último, dejamos constancia de una onomatopeya que registran tanto DRAE como María Moliner y que nos parece muy curiosa: Tiroriro, “Palabra con que se designa, imita o describe el sonido de los instrumentos de boca”, aunque parece que se trata de los de viento.
Seguramente podríamos incorporar alguna de estar palabras a nuestro lenguaje cotidiano. Siempre, claro está, que no digamos Beeeeeeee cuando alguien nos diga Muuuuu.
José Prieto Marugán
Muy gracioso e interesante el tema que has planteado. Las onomatopeyas están en todos los ámbitos de la vida. E incluso la propia onomatopeya, tiene su retranca cuando se dice o meatopeyas o nomatopeyas
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