La Gran vía. Revista madrileña cómico-lírica-fantástico-callejera en un acto y cinco cuadros, escrita por Felipe Pérez González, con música de Federico Chueca y Joaquín Valverde Durán.
Intérpretes: Rosa María Abella, Lucía Beltrán, Arantxa Cooper, Albert Díaz, Marina Fita, Yasmín Forastiero, Iago García Rojas, Rosa Gomáriz, Iría Goti, Luis Maesso, Alicia Moreno Royo, Álex Parra, Nacho Quiñonero, Adrián Quiñones, Andrea Rey, Miguel Ángel Roldán, Miriam Silva, Marcelo Solís, Rodrigo Turégano, Nacho Zorrilla.
Equipo técnico. Dirección de escena y adaptación: Enrique Viana. Escenografía:
Carmen Castañón.
Vestuario: Gabriela Salaberri. Iluminación: Alfonso Malanda.
Coreografía: Cristina Arias.Grupo de Cámara de la Joven Orquesta Nacional de España. Dirección
musical, adaptación y reorquestación: Néstor Bayona. Teatro de la Zarzuela, 7
de marzo de 2025.
Vaya por delante que La Gran Vía es lo que llamamos “revista de actualidad”, es decir un espectáculo lírico que “pasa revista”, a los sucesos relevantes de su tiempo. Una “revista de espectáculo” no tiene un desarrollo argumental contínuo, sino que la forman distintos cuadros independientes, en los que se expone, comenta, critica y reprocha acciones del momento. En el caso de la original de Felipe Pérez se habla de un futuro proyecto urbanístico municipal para construir una calle, una Gran Vía, lo que convoca a calles y plazas capitalinas. Se exponen, además, los lamentos de una criada, las andanzas de tres rateros y la inacción de la policía. Vienen luego las quejas de los barrios periféricos: el del Pacífico, el de las Injurias y hasta las de la Puerta del Sol. Por último, una gran apoteosis, en la que se afirma que la Gran Vía, será una realidad “el 30 de febrero”.
Ante esta idea global, el tenor madrileño Enrique Viana, aquí como director de escena y adaptador del libreto, ha decidido seguir el planteamiento del concepto de “revista” y presenta un espectáculo con personajes que son los que ahora están de actualidad en Madrid, y preocupan a sus gentes: la Gentrificación (desplazamiento de poblaciones), la Especulación, la Inteligencia Artificial, las Hermanas Contaminaciones, la Vivienda Turística, el Fondo Buitre… que sustituyen a todos los de 1886. Para ello prescinde de todo el texto hablado antiguo, sustituyéndolo por el suyo propio. De la parte musical falta el tango de “Doña Virtudes”, que no figuraba en la primera redacción.
El resultado es magnífico, excelente, con gracia, con picardía, con humor, con elegancia y con un sentido teatral inteligente y directo. Un lenguaje que la Inteligencia Artificial no termina de entender, Están también la queja sobre las contaminaciones que sufrimos a diario: la acústica, la atmosférica, la lumínica. No faltan los lamentos sobre la Vivienda Turística, y los daños de los Fondos Buitres.
Los intérpretes junto a la Directora del Teatro: Isamay Benavente
Este grandioso espectáculo, el noveno del conocido Proyecto Zarza, fue defendido con entusiasmo por una veintena de intérpretes procedentes de una selección a la que concurrieron cientos de aspirantes. Los seleccionados proceden de Conservatorios, Escuelas de Canto y de Teatro; algunos de ellos es la primera vez que se enfrentan a la zarzuela y al teatro en verso. Todas las dificultades inherentes las han superado con esfuerzo, estudio, entrenamiento y, sobre todo, entusiasmo. A ello hay que añadir catorce componentes de la Joven Orquesta Nacional de España, que dieron un acompañamiento solvente y eficaz, gracias a la dirección del maestro Néstor Bayona. Se advierte, perfectamente, el sentido de equipo que han conseguido ambos grupos.
La puesta en escena es muy dinámica, no hay un momento de reposo y el deambular de los intérpretes es atractivo, eficaz y colorista. El vestuario, inspirado nada menos que en Chanel, es vistoso y adecuado. La iluminación bien realizada, especialmente sorprendente cuando se enciende el traje de la intérprete del encantador “Vals de la bujía”; de Luces y sombras, también de Chueca y Valverde, que, termina con unos gorgoritos poderosos y un par de sobreagudos brillantes, claros, afinados y potentes.
En el coloquio subsiguiente que acompaña a estas presentaciones, hubo quien preguntó si este espectáculo iba a poder verse fuera de Madrid. No tenemos noticia; es problema de financiación, porque los intérpretes son 35 personas a las que hay alojar y mantener; a ellas hay que sumar, transportes, dietas y el coste del trabajo de todo el personal del teatro que interviene en el montaje y en la representación. No obstante, pero creemos que hacer un esfuerzo merecería la pena.
José Prieto Marugán. Fotos: Teatro de la Zarzuela.
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