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lunes, 27 de abril de 2015

DON QUIJOTE -CONGRESO Y ESTRENO MUNDIAL.




Pensares de Rocinante. Ópera de cámara en 1 acto. Libreto: Justo Merino. Música: José Buenagu.
Intérpretes: Marina Pardo, mezzosoprano (Obdulia). Alfredo García, barítono (Rocinante). Miguel Mediano, tenor (Sancho). Jerónimo Marín, barítono (Alonso). Colaboración especial de Pilar Jurado, soprano (Dulcinea). Orquesta Koan 2. Dirección musical: José Ramón Encinar. Dirección de Escena. Auditorio Nacional de Música. Sala de Cámara, 24-4-2015.


Durante los 22 a 24 de abril, de 2015, se ha celebrado en la Universidad Autónoma de Madrid, el IV Congreso Internacional: Escrituras Musicales del Quijote, 1605-2015, dirigido por Begoña Lolo, alma y vida de estas actividades músico-quijotescas desde hace unos quince años..

En apretadas sesiones de mañana y tarde, expertos de distintas universidades españolas y extranjeras han presentado 26 ponencias de temática diversa, aunque, con el denominador común de la música y el Quijote. Entre todas ellas y por ser este un blog zarzuelero, destacamos las siguientes:
·                      “Un largo camino del hidalgo de la Mancha: de las parodias quijotescas en la zarzuela catalana hasta la preceptística de la ópera a principios del s. XX”. Frances Cortés (Universitàt Autònoma de Barcelona). El ponente hizo hincapié en la “gatada” Lo boig de las campanillas, de Francesc Soler (Pitarra) con música de Francisco Vidal.
 ·                      “La obra cervantina como referencia en el melólogo”. Virginia Gutiérrez Marañón (Real Escuela Superior de Arte Dramático), destacó las características de un género poco conocido a través del estudio de El poeta escribiendo un monólogo o El poeta de guardilla, de Blas de Laserna, que tiene relaciones con la novela cervantina.
·                           Pensares de Rocinante de José Buenagu y Justo Merino: una HispaÓpera desde el espíritu cervantino”. Carmen Cecilia Piñero Gil (ComuArte). Comentarios sobre la ópera encargo de la Universidad Autónoma de Madrid, a la que nos referimos más adelante.
·                            “Los Fernández-Shaw y el Quijote”. José Prieto Marugán (Crítico musical). Resumen de las producciones quijotescas de esta saga de libretistas.
·                            “Dos rescates del centenario de 2005: Los Quijotes de García y Mercadante”. Caterina Ruta (Università di Catania). Con referencia a la música hispana, expuso interesantes puntos de vista y noticias sobre la ópera de Manuel García.

 A estas charlas, que serán publicadas en su momento en las correspondientes Actas, hemos de añadir otros trabajos que, aun no tenido referencia que ver con el teatro lírico español, resultaron interesantes y atractivas. No faltaron comentarios críticos sobre el equivocado planteamiento de las celebraciones oficiales del año 2005 y el abandono clamoroso de proyectos culturales´para este año de 2015, año del 400 Aniversario de la publicación de la Segunda Parte de la novela cervantina.
Como actividades “directamente musicales”, figuraron un Concierto comentado por la pianista valenciana Marta Espinós que interpretó tres interesantes obras quijotescas de los siglos XX y XXI: Nocturnos de Barataria, de José Zárate; un selección de Partita “Al lugar”, de Manuel Angulo, y Tres Quijotadas de un Hidalgo, de Marvin Camacho.
 
PENSARES DE ROCINANTE.
Sin duda, el plato fuerte de estas jornadas fue el estreno mundial de la ópera escrita por Justo Merino, con música de José Buenagu, Pensares de Rocinante, encargo, como se ha dicho, de la Universidad Autónoma de Madrid, a través de su Centro Superior de Investigación y Promoción de la Música.

Se trata de una ópera de cámara, aunque contiene partes habladas, de unos 80 minutos de duración, en la que intervienen cuatro personajes cervantinos, trasplantados a la actualidad, a los que se une Obdulia, antiguo maestro de escuela en El Toboso, hoy travestido. Quizá lo más sorprendente sobre el papel sea no sólo que Rocinante es protagonista de una obra quijotesca, sino que además habla. Por último, Dulcinea, que interviene sólo al final se presenta como una roquera moderna y pasota. La presencia de la inmaterial amada, y otros detalles, dan comicidad a la historia de manera que bien podríamos decir que estamos ante un “juguete” e incluso una “ópera bufa”, términos que aproximan más a la naturaleza de la partitura que el de “ópera de cámara”, que tiene que ver más con el tamaño y los recursos.

Con estos ingredientes y una orquesta formada por cuerdas, maderas, metales, percusión, tres guitarras eléctricas, una clásica amplificada y una gaita o dulzaina, se forma una partitura de una decena de números de variados estilos estructurada en tres escenas y que ofrece, según los autores escriben en el programa de mano, “novedosas aportaciones que son de indiscutible atractivo intelectual y, por ende, de alcance tanto social como artístico. Piénsese en lo insólito de que los cuatro personajes rescatados de la universal novela se vean compartiendo escenario hoy bajo la esencia de humanos reencarnados y situados en  nuestro siglo XXI”.

La interpretación puso de manifiesto la excelencia del reparto elegido. Destacaría el magnífico trabajo de Alfredo García y el de Miguel Mediano, algo más corto en duración. Marina Pardo, Obdulia, y Jerónimo Marín, como Alonso, dieron personalidad a sus personajes. Por último, Pilar Jurado sorprendió al auditorio desde el momento mismo de su aparición, y, sobre todo por el diseño de su personaje, su lenguaje, sus formas externas, totalmente opuestas a las idealizadas por Don Quijote.
La orquesta sonó quizá algo fuerte, quedando, en algún momento, por encima del grupo vocal al que no siempre pudimos entender, quizá a causa del sonido de la sala en el sitio que ocupábamos.

Salvo estos detalles, lo cierto es que el repertorio quijotesco se ha enriquecido con una nueva obra, muestra de que el personaje y su entorno siguen interesando cuatrocientos años después  de su nacimiento. Que la traslación de sus aventuras y cualidades pueda resultarnos sorprendente, nada importa porque lo relevante es que sigue vivo, gracias al interés de quienes le admiran, le aman y, me atrevería a decirlo, le comprenden.
Vidal Hernando


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