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lunes, 18 de mayo de 2015

HOMENAJE A GUILLERMO FERNÁNDEZ-SHAW

A. Viribay - C. Solís - C. Crooke (Foto: Fundación Juan March)


Obras de Guridi, Rosillo, Guerrero, Valverde, Barrera, Serrano, Chueca, Chapí, Moreno Torroba y Barbieri.  
Carmen Solís, soprano. Carlos Crooke, tenor. Aurelio Viribay, piano. Fundación Juan March. 16-5-2015.

Dentro del ciclo “Conciertos del Sábado”, de la Fundación Juan March asistí a un recital de zarzuela en homenaje al libretista madrileño con ocasión de cumplirse en este 2015 el 50 aniversario de su fallecimiento. Hay que decir que, además de por el propio significado que para la zarzuela del siglo XX tiene el nombre de Guillermo Fernández-Shaw, la Fundación March conserva todo su archivo, además del de su padre, Carlos, y el de su hermano, Rafael. Estos importantísimos legados con más de cinco mil documentos y unas 87.000 páginas, han sido digitalizados y puestas al servicio de investigadores y curiosos en la página web de la Fundación. (http://www.march.es/bibliotecas/repositorio-fernandez-shaw).

El concierto referenciado incluía una docena de números musicales pertenecientes a nueve zarzuelas; música de repertorio hermanada con números desconocidos para la mayoría de los aficionados. Del homenajeado, junto a su colaborador Federico Romero, se escucharon  fragmentos de El caserío, La canción del olvido, La chulapona y de Las delicias de Capua, con música de Ernesto Pérez Rosillo y Las alondras, del toledano Jacinto Guerrero, obras novedosas en estos tiempos. Además, se interpretó un dúo de Las bravía, texto de José López Silva y Carlos Fernández Shaw, música de Chapí, los cuplés y el dúo de Virginio, de El bateo, de Antonio Domínguez y Antonio Paso, con partitura de Chueca, y un dúo desconocido de La señora capitana, escrita por José Jackson Veyán con música de Quinito Valverde y Tomás Barrera. Cerraron la sesión tres fragmentos de El barberillo de Lavapiés.


El recital contó con un guión, preparado por Carlos Crooke, que, con gracia, picardía y oportunidad, introducía cada una de las piezas del concierto, algo que fue aplaudido y agradecido por el público y que dio mucha vida a la velada, creando entre artistas y asistentes una comunicación especial, un ambiente de confianza y, casi de camaradería. Además sirvió al tenor para dar muestra de su excelente vis cómica y hasta a su habilidad para salir de un imprevisto, con gracia y soltura.

En lo vocal, la soprano pacense Carmen Solís lució una voz potente y de graves poderosos, además de una buena dicción (algo que no siempre está presente). Carlos Crooke, por su parte, además de cantar como es debido, dio muestras de ser un “showman”, algo que para el repertorio cómico resulta muy adecuado. Aurelio Viribay, por su parte, al piano, fue el acompañante pendiente de cada detalle de los solistas, mostrando durante todo el recital el conocimiento que tiene de esta especialidad pianística.

En resumen, un concierto interesante, entretenido y simpático; un concierto en el que Guillermo, de haber estado presente, hubiera disfrutado esbozando una sonrisa discreta, pero cómplice.

La sesión está disponible en internet en esta dirección:

Vidal Hernando.

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