Escena de "Los dos ciegos" |
La temporada musical 2014-15 de la Fundación Juan
March ha ofrecido 151 conciertos con músicas que van desde el barroco hasta la
creación contemporánea, dirigidos a un público general, especialmente fiel, y a
la comunidad juvenil a través de los conciertos didácticos.
En lo que tiene que ver con el teatro lírico el
balance es más interesante en contenido que en cantidad. En total se han
ofrecido 13 sesiones, lo que representa un 8’60% del total; una cantidad que
nos parece algo escasa.
Sin embargo, los contenidos de esas sesiones han
sido muy atractivos. Recordemos en primer lugar la recuperación de la deliciosa
ópera de cámara Fantochines, texto de
Tomás Borras y música de Conrado del Campo, que interpretaron Sonia de Munck,
Borja Quiza y Fabián Barrutia, con dirección musical de José Antonio Montaño y
una escueta pero eficaz puesta en escena de Tomás Muñoz.
Casi carácter de estreno, al menos lo ha sido en
tiempos modernos, tuvo un simpático programa doble formado por Los dos ciegos, un entremés de Barbieri escrito por Luis
de Olona, protagonizado por dos pícaros de la mejor tradición hispana y Une éducation manquée, opereta escrita
por Eugène Leterrier y Albert Vanloo, con música de Emmanuel Chabrier. Dos
obras muy interesantes que fueron interpretadas por Rafael Muñiz y Luis
Álvarez, en el caso de los ciegos, y Belén López y Ruth González, como los jóvenes
de la obra francesa y el barítono Elías Benito-Arranz, como el profesor que les
había enseñado todo menos lo fundamental para ua noche de bodas. La dirección
escénica fue responsabilidad de Pablo Viar y Rubén Fernández Aguirre se encargó
del acompañamiento pianístico.
Se repuso la producción de la temporada anterior
de La salsa de Aniceta, un juguete
cómico simpático y desenfadado escrito por Rafael María Liern, con música de
Ángel Rubio. Lo pusieron en escena Ruth Iniesta, Emilio Sánchez, Paula Iwasaki
y Raúl Novillo, con dirección escénica de Claudia Tobo y acompañamiento
pianístico de Miguel Huertas.
El Taller de Zarzuela de Ópera Cómica de Madrid,
presentó un programa bajo el título genérico de “Parodias de ópera”. En él
tuvieron cabida los trabajos del libretista Luis Arnedo y del compositor
Salvador María Granés titulados La Fosca y
La golfemia, remedos de las óperas Tosca y La bohème, respectivamente. Dieron vida a los distintos personajes
las sopranos Carolina Moncada e Irene Palazón, los tenores Alejandro González y
Javier Ferrer y los barítonos Gerardo Bullón y Enrique Sánchez. La dirección
musical estuvo a cargo de Fernando Poblete y la dramaturgia escénica fue
responsabilidad de Francisco Matilla.
Por último, he de dejar constancia de un recital
titulado “Homenaje a Guillermo Fernández-Shaw”, con motivo de cumplirse este
año el 50 aniversario de su muerte, ofrecido por la soprano Carmen Solís y el tenor Carlos Crooke,
acompañados al piano por Aurelio Viribay.
Como se ve un interesante abanico de obras
infrecuentes que, a la vista y al oído, merecen la pena ser conocidas. Por eso
decimos que la oferta zarzuelera de la Fundación March ha sido más atractiva en
el contenido que en la cantidad de funciones.
Vidal
Hernando
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