Por tercer año
consecutivo atractiva la atractiva ciudad castellano-manchega ha acogido un
intenso fin de semana zarzuelero al celebrar las terceras Jornadas de Zarzuela,
organizadas por la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero que apuesta
claramente por la difusión de este género teatral, poniendo sus recursos y,
sobre todo su trabajo, mucho trabajo, al servicio de una idea, de una gran
idea. Un denso fin de semana en el que sean desarrollado distintas actividades
que tratamos de resumir aquí.
Encuentros. Son la
parte académica de las Jornadas; conferencias y mesas redondas desarrolladas
por expertos que, en esta ocasión, han desmenuzado el tema base del encuentro:
el Teatro de Arte de Gregorio Martínez Sierra, proyecto escénico organizado por
este empresario y dramaturgo en el Teatro Eslava, de Madrid, entre 1916 y 1925.
Un total de ocho conferencias y dos debates, en los que han intervenido
dieciséis personas del ámbito universitario,
musicológico y teatral. En estas sesiones se ha hablado mucho de
teatro, bastante menos de música y muy
poco de zarzuela, en razón de que en el proyecto de Martínez Sierra tuvo poca
presencia este género lírico. No obstante debo destacar la exposición de Emilio
Peral Vega (“La pantomima como forma de la modernidad teatral. El caso del
Teatro de Arte”), la de Elena Torres (“Composiciones y arreglos para el Teatro
de Arte: un nuevo espacio para la renovación dramático-musical”) y la de Nacho
de Paz (“Modernidad y simbolismo en las pantomimas de Pablo Luna y Mnuel de
Falla”). Eché de menos la referencia a María de la O Lejárraga, esposa de
Gregorio, coautora (o autora completa) de sus textos; cabe pensar en que
tuviera algo que ver en el proyecto del Teatro de Arte.
Feria. Las Jornadas
son también un lugar de encuentro entre profesionales (teatros, compañías,
editoriales…) que tienen ocasión no sólo de mostrarse al público sino de
cambiar experiencias con otros profesionales y de compartir ideas y quizá
soluciones a sus problemas cotidianos. Este año han asistido representantes de
extranjeros que dan testimonio del interés por la zarzuela fuera de nuestras
fronteras. Han estado presentes: Compañía Mexicana de Zarzuela, Festival de
Zarzuela y canción española de Londres, Asociación Romanza de Perú, Teatro del
Lago de Chile, Orquesta Filarmónica de Sâo Caetano du Sul y Theatro San Pedro
de Brasil. Todos ellos mostraron su satisfacción por compartir experiencias y
problemas de un género teatral vigente
en sus respectivos territorios.
Recital del apartado "Zarzuela para todos" |
Espectáculos. Tres han
sido los espectáculos ofrecidos en este encuentro. El primero un recital de
piano a cargo del australiano Duncan Gifford, titulado ”La pantomima al piano”,
dedicado a transcripciones de zarzuelas olvidadas, contemporáneas de El sapo enamorado; siete piezas, algunas
desconocidas: S.M. el couplet de
Calleja, Molinos de viento, El botón de
nácar y Nelson Keys de Luna, Juegos malabares de Vives, El reloj de cuco de Bretón y, Las golondrinas
de Usandizaga.
Desconozco el
autor/autores de las transcripciones, en general muy difíciles de ejecutar,
quizá excesivamente virtuosas y, por lo tanto, destinadas más a la sala de
concierto de alto nivel más que a los aficionados o músicos de café,
destinatarios habituales de las adaptaciones de las obras de mayor éxito de
cada momento. La interpretación, brillantísima en lo técnico, adoleció, a mi
juicio, de un exceso de sonoridad, de velocidad y de adaptación al género.
El segundo
concierto, “La zarzuela-jazz”, ofreció arreglos “que hicieron furor en los dancings y cafés de los locos años
veinte”. Concretamente, de Bohemios, Las
corsarias, El asombro de Damasco, Los cadetes de la reina, La alegría del
batallón, La boda del señor Bringas y Loza
lozana. Quizá sea discutible la calificación de “jazz”, pero lo cierto es
que me sorprendió la sonoridad del conjunto, por su novedad; a pesar del
repertorio de versiones para distintos conjuntos instrumentales de numerosas
zarzuelas, desde los dúos de violín y piano, a las bandas, algunas realizadas
por los propios autores y otras por magníficos arreglistas; no tenemos hoy
ocasión de escuchar estas músicas. Fueron interpretadas por la Oquestina Gran
Vía 78, grupo creado a propósito. Fue dirigido por Duncan Gifford, que planteó
el trabajo con demasiada premura y una dinámica que dejaba fuera los matices más
delicados. No tengo claro que no haya influencias de la sonoridad de la sala,
pero en cualquier caso, de ser así, el responsable debe controlarla, máxime
cuando tiene un instrumento capaz de muchísima potencia sonora.
Este
concierto y el anterior serán emitidos por RNE.
El sapo enamorado |
estrella
de los espectáculos era la representación de dos pantomimas, que fueron
grabadas para ser editadas en DVD dentro de unos meses. La primera El sapo enamorado, de Pablo Luna y texto
de Tomás Borrás, tenía carácter de estreno en tiempo modernos. Es una historia
delicada, planteada diría que con suavidad, sin aristas, sin excesos, ni
grandilocuencias. Los protagonistas se
desenvuelven en el terreno de los mimos, cargando en la expresividad de sus
cuerpos y expresiones la narración de la historia. En esta ocasión han contado
con la ayuda de una serie de proyecciones cinematográficas de cine mudo que,
perfectamente sincronizadas con la escena, hacen que la historia pase de las
tablas a la pantalla y viceversa sin que se resienta. Hay que decir que la
presencia de textos en las proyecciones ayuda mucho a la comprensión de la
historia. La música es excelente y sorprendió al auditorio; creo que incluso
sin escena, cuando tengamos ocasión de escucharla, funcionará
estupendamente. El público aplaudió
convencido.
Más
entusiasmo despertó El corregidor y la
molinera, de Falla. Es lógico, es música más conocida, la historia es más
simpática, su desarrollo más rápido, y tiene el componente de la burla del
poderoso, que no es desdeñable. Más que una pantomima es un ballet, es decir,
usa de más recursos expresivos que ofrecen más posibilidades narrativas. El
planteamiento coreográfico de XXX fue magnífico: rápido, dinámico, con muchos y
sorprendentes recursos (la escena de la mesa convertida en cama es formidable),
marcaron un ritmo vibrante a la historia. El vestuario y la caracterización
contribuyeron a la personificación e identificación de los personajes y. por
último, la dinamicidad conseguida con el
movimiento de los sencillos decorados hicieron que la narración del cuento no
se interrumpiera.
El corregidor y la molinera |
Rita
Consentino, responsable de la dirección de escena, ha realizado un gran trabajo
que el público supo reconocerle. Lo mismo puede decirse del coreógrafo Fernando
Lázaro y de los intérpretes: María González (Bella), Estrella Martín (Amiga) y
Aaron Martín (Sapo), en la obra de Luna
y Estrella Martín (Molinera) Baldo Ruiz (Molinero) y Ramón Merlo (Corregidor)
en la obra de Falla. La orquesta, a las órdenes de Nacho de Paz sonó con
cohesión y ofreció muchos detalles dinámicos y expresivos que enarcaron la
excelente función.
Como este
espectáculo ha sido coproducido con el Teatro de la Zarzuela, en colaboración
con el DEDOA de la SGAE, tendremos oportunidad de verlo en la próxima temporada,
en la Escuela Superior de Canto, dentro de la programación pedagógica. Será
ocasión de volver a disfrutar de él y de corroborar estas escuetas impresiones
de un primer acercamiento.
Zarzuela para todos. Bajo
este título se celebraron una serie de actividades destinadas a niños y adultos
con el objetivo de acercar el género a distintos públicos. Han sida actividades
a las que no he podido asistir por la simultaneidad con los encuentros, pero
debo consignarlas: “Érase una vez … la zarzuela”, “¿Cómo producir una
zarzuela?, “Bailando con la zarzuela”, proyección del DVD El terrible Pérez, espectáculo estrella de las anteriores Jornadas,
del que hemos dado cuenta en este blog. Hubo también un concurso dedicado a los
escolares que debían dibujar lo que les parecía la zarzuela: los atractivos dibujos
presentados mostraban un interesantísimo y espontáneo retrato del género, o de
alguna obra.
Exposición. Bajo el
título “La callada existencia de El sapo
enamorado” se expusieron fotografías, libros, carteles explicativos y objetos
personales relacionados con la obra protagonista de las Jornadas. Una muestra
breve pero muy interesante.
Vidal
Hernando
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