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sábado, 19 de diciembre de 2015

ZARZUELA: LOS FLAMENCOS..


Sainete en dos actos. Texto de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw. Música de Amadeo Vives. Estreno: 15 de noviembre de 1928, en el Teatro Apolo, de Madrid. Acción en Madrid, época del estreno.


LOS FLAMENCOS
Teatro de la Zarzuela, de Madrid
23 de diciembre de 2015 – Concierto de Navidad.
(Con La buena ventura)
Intérpretes:
Ventura (Sabina Puértolas). Marta (Amelia Font). Mariquita (Carmen Paula Romero). Pepita (Aránzazu Urruzola). Rosario (Alicia Martínez). 
Manolo (Enrique Ferrer). Juan (Francisco Sánchez). Niño de la Bola (Francisco José Pardo). Don Abilio (Daniel Huerta). Colorín (Fernando Martínez). Fantasía (Francisco José Rivero). Pedro Jiménez (Andrés Mundo).
Dramaturgia escénica: Javier de Dios. Iluminación: David J. Díaz.
Orquesta de la Comunidad de Madrid. Coro del Teatro de la Zarzuela (Dtor. Antonio Fauró).
Dirección musical: Cristóbal Soler.

Personajes principales e intérpretes del estreno.  
Ventura, esposa de Manolo (Selica Pérez Carpio). Marta, madre de Manolo (Carmen Andrés). Mariquita, peluquera y novia del Niño de la Bolita (Trinidad Avellí).
Manolo, aspirante a torero y marido de Ventura (José Romeu). Sr. Juan, el Rondeño, padre de Ventura (Jesús Navarro, actor). El Niño de la Bolita, chico de la taberna (Antonio Palacios, tenor cómico). Don Abilio, dueño de la funeraria y apoderado de Manolo (Eduardo Marcén).


Números musicales. Acto I.  Acto I.  Escena  Parroquianos, albañiles, Niño de la Bolita, Señorito… (“Cada día da la Marta”).  Ciego, mujer y niño (“Ya no saben las mujeres”).  Coro de mujeres (“¡Qué bien que hace en la solapa”). Cuarteto. Abilio, el Fantasía, el Colorín, Niño de la Bolita (“Pa mí que todavía no vino Manolo”). Dúo de Ventura y Manolo (“¿Ha pasao por esta calle?”). Terceto de los borrachos (“¡Don Luis! ¡Colás!”). Quinteto. Mariquita, Fantasía, Manolo, Colorín, Abilio (“En nombrando al ruin de Roma”). Acto II. Escena. Marqués, Coralito, Canaria… (“Anda, canta, Colorín”). La Hierbabuena y la Canaria (“A dibujá tu cara me puse un día”). Juan, Marta y muchachas (“Señor Juan, salga a la calle”). Terceto. El Niño, Mariquita, Ventura (“Tú no puedes alternar”). Romanza de Manolo (“Es la vida y es el aire que respiro”). Dúo de Manolo y Ventura (“¡Mala mujer!”).

Sinopsis. Después de una noche fuera de casa, Manolo trata de justificarse ante Ventura, su esposa, pero ésta, cansada de sus devaneos no le acepta y le amenaza con abandonarle. Los buenos oficios de su madre, Marta, de su suegro, Juan, y de algunos amigos, conseguirán que Manolo prometa corregirse y pida perdón a su esposa, a la que, en el fondo, quiere más que a nada.

Comentario. El origen de Los flamencos fue comentado así por los libretistas a Miguel Maestre para El Imparcial: “Durante el último viaje del maestro Vives a Madrid, con ocasión del estreno de La villana (1 de octubre de 1927 en la Zarzuela), nos dijo: “Ahora quiero que me hagan ustedes algo para entretenerme, una cosa de tono ligero popular. Una cosa madrileña no estaría mal, pues no crean que está agotado el género”.”

Vives, por su parte,  en entrevista aparecida en El Socialista (noviembre 1928) declaró: “Con Los flamencos no me propongo abrir cauces nuevos, ni dar lecciones a nadie de cómo se deben ambientar las épocas teatrales. Hace años que acariciaba la idea de componer un sainete de costumbres madrileñas, porque yo a Madrid le debo muchas cosas buenas.”

El estreno parece que no fue muy bien recibido, quizá porque el público esperaba una partitura en la línea de La villana o Doña Francisquita. Antonio Fernández Lepina, en El Imparcial, lo dejó escrito con ironía:  “ Nada tiene de extraño que quien tiene  hecho el paladar al ajo arriero de los mesones y los huesos a dormir en el poyo del hogar, si se le sirve una salsa suprema la encuentre insulsa y se desvele en lecho de plumas mullidas si la suerte se lo depara. Esto le ocurrió anoche a buena parte del público de Apolo al ofrecérsele manjares distintos del condumio habitual”.

Sin embargo, la partitura de Los flamencos es primorosa, tiene color, inspiración y ambiente de seguidillas, alrededor de un tema frecuentemente tratado en el teatro y en la zarzuela.

El sainete fue dedicado “A Don Carlos Arniches, maestro de saineteros, con devota admiración y cordial agradecimiento”.


[1] En los comentarios de prensa se le llamó “Dúo de la pelea” y también “Dúo de los reproches”.

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