Sainete en dos actos. Texto de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw. Música de Amadeo Vives. Estreno: 15 de noviembre de 1928, en el Teatro Apolo, de Madrid. Acción en Madrid, época del estreno.
LOS FLAMENCOS
Teatro
de la Zarzuela, de Madrid
23 de diciembre
de 2015 – Concierto de Navidad.
(Con La buena ventura)
Intérpretes:
Ventura
(Sabina Puértolas). Marta (Amelia Font). Mariquita (Carmen Paula Romero).
Pepita (Aránzazu Urruzola). Rosario (Alicia Martínez).
Manolo
(Enrique Ferrer). Juan (Francisco Sánchez). Niño de la Bola (Francisco José
Pardo). Don Abilio (Daniel Huerta). Colorín (Fernando Martínez). Fantasía
(Francisco José Rivero). Pedro Jiménez (Andrés Mundo).
Dramaturgia
escénica: Javier de Dios. Iluminación: David J. Díaz.
Orquesta
de la Comunidad de Madrid. Coro del Teatro de la Zarzuela (Dtor. Antonio
Fauró).
Dirección
musical: Cristóbal Soler.
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Personajes principales e intérpretes del
estreno.
Ventura, esposa de Manolo (Selica Pérez Carpio).
Marta, madre de Manolo (Carmen Andrés). Mariquita, peluquera y novia del Niño
de la Bolita (Trinidad Avellí).
Manolo, aspirante a torero y marido de Ventura
(José Romeu). Sr. Juan, el Rondeño, padre de Ventura (Jesús Navarro, actor). El
Niño de la Bolita, chico de la taberna (Antonio Palacios, tenor cómico). Don
Abilio, dueño de la funeraria y apoderado de Manolo (Eduardo Marcén).
Números musicales. Acto I. Acto I.
Escena Parroquianos,
albañiles, Niño de la Bolita, Señorito… (“Cada día da la Marta”). Ciego, mujer y niño (“Ya no saben las
mujeres”). Coro de mujeres (“¡Qué bien
que hace en la solapa”). Cuarteto. Abilio, el Fantasía, el Colorín, Niño de la
Bolita (“Pa mí que todavía no vino
Manolo”). Dúo de Ventura y Manolo (“¿Ha pasao
por esta calle?”). Terceto de los borrachos (“¡Don Luis! ¡Colás!”). Quinteto.
Mariquita, Fantasía, Manolo, Colorín, Abilio (“En nombrando al ruin de Roma”). Acto II. Escena. Marqués, Coralito,
Canaria… (“Anda, canta, Colorín”). La Hierbabuena y la Canaria (“A dibujá tu cara me puse un día”). Juan,
Marta y muchachas (“Señor Juan, salga a la calle”). Terceto. El Niño,
Mariquita, Ventura (“Tú no puedes alternar”). Romanza de Manolo (“Es la vida y
es el aire que respiro”). Dúo de Manolo y Ventura (“¡Mala mujer!”).
Sinopsis. Después
de una noche fuera de casa, Manolo trata de justificarse ante Ventura, su
esposa, pero ésta, cansada de sus devaneos no le acepta y le amenaza con
abandonarle. Los buenos oficios de su madre, Marta, de su suegro, Juan, y de
algunos amigos, conseguirán que Manolo prometa corregirse y pida perdón a su
esposa, a la que, en el fondo, quiere más que a nada.
Comentario. El origen de Los
flamencos fue comentado así por los libretistas a Miguel Maestre para El Imparcial: “Durante el último viaje del maestro Vives a Madrid, con ocasión del
estreno de La villana (1 de
octubre de 1927 en la Zarzuela), nos dijo: “Ahora quiero que me hagan ustedes algo para entretenerme, una cosa de
tono ligero popular. Una cosa madrileña no estaría mal, pues no crean que está
agotado el género”.”
Vives, por
su parte, en entrevista aparecida en El Socialista (noviembre 1928) declaró: “Con
Los flamencos no me propongo abrir
cauces nuevos, ni dar lecciones a nadie de cómo se deben ambientar las épocas
teatrales. Hace años que acariciaba la idea de componer un sainete de
costumbres madrileñas, porque yo a Madrid le debo muchas cosas buenas.”
El estreno
parece que no fue muy bien recibido, quizá porque el público esperaba una partitura
en la línea de La villana o Doña Francisquita. Antonio Fernández
Lepina, en El Imparcial, lo dejó
escrito con ironía: “ Nada tiene de
extraño que quien tiene hecho el paladar
al ajo arriero de los mesones y los huesos a dormir en el poyo del hogar, si se
le sirve una salsa suprema la encuentre insulsa y se desvele en lecho de plumas
mullidas si la suerte se lo depara. Esto le ocurrió anoche a buena parte del
público de Apolo al ofrecérsele manjares distintos del condumio habitual”.
Sin
embargo, la partitura de Los flamencos es
primorosa, tiene color, inspiración y ambiente de seguidillas, alrededor de un
tema frecuentemente tratado en el teatro y en la zarzuela.
El sainete
fue dedicado “A Don Carlos Arniches, maestro de saineteros, con devota
admiración y cordial agradecimiento”.
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