Escena de "La España antigua" |
Tonadillas de Blas de Laserna. La España
Antigua (Tonadilla a solo), La España moderna (Tonadilla a
solo),
El sochantre y su hija (Tonadilla a tres). R. Iniesta. J.M. Padrón. M. Mas. R. Zaragoza. Forma Antiqva, orquesta
barroca. Dirección de escena. Pablo Viar. Dirección musical: Aaron Zapico. Auditorio
de la Fundación Juan March. 8 de enero de 2016. Coproducción
Hay ocasiones en las que se tiene la sensación de
asistir a un espectáculo singular; la que comento ha sido una de ellas, porque
me ha permitido confirmar la calidad de unas obras líricas que hace más de 200
años que no se representaban.
El programa pedagógico del Teatro de la Zarzuela
de la temporada 2015-16 se ha abierto con la interpretación de tres tonadillas
escénicas de Blas de Laserna (1751-1861): La
España antigua, La España moderna y El
sochantre y su hija, montadas en colaboración con la Fundación March. Tres
obras cortas, frescas, críticas, incisivas, divertidas y simpáticas que no se
comprende que hayan permanecido mudas durante tantos años, salvo porque estas
músicas han tenido la equivocada consideración de obras “menores”, sólo porque
entre las tres duren apenas una hora. Tres obras que mantienen un nivel de actualidad sorprendente
en su mensaje crítico. Tres obras que se alejan de la fantasía y el artificio
imaginado del teatro, para centrarse en la realidad de la sociedad y de las
personas. Tres obras que, además, son muestra de la calidad de un compositor
del que apenas conocíamos su nombre por los libros de historia de la música y
del que este año se cumple el segundo centenario de su muerte. Ojalá se celebre
como se merece.
La interpretación fue, a mi juicio, magnífica.
Ruth Iniesta, protagonista de las tres tonadillas, volvió a dar muestra de que
es una cantante excepcional, por su dominio técnico, por su capacidad para
superar dificultades importantes y, por su excelente dicción, que hace
innecesaria la pantalla de sobretítulos. Actuó, además, con gracia, soltura y
desparpajo, especialmente en La España
moderna, y en el papel de hija del sochantre, donde mostró un amplísimo
catálogo de expresiones que subrayaban la intencionalidad de lo que cantaba.
Escena de "El sochante y su hija" |
Juan Manuel Padrón, tenor, fue el barbero pícaro
que, junto al barítono Manuel Mas, acompañaron a la Iniesta en la tonadilla “ a
tres” El sochantre y su hija. Ambos
hicieron un excelente papel, en especial Manuel Mas, barítono, cuya voz poderosa ayudaba a
dibujar el personaje duro y exigente que es el padre de la muchacha.
Debo mencionar a Rosa Zaragoza, que dio vida al
personaje añadido de doncella; el rol es arquetípico –inicialmente estirada y
antipática, pero que se suelta a bailar al escuchar la música–, y lo desarrolló
de manera muy convincente.
El acompañamiento instrumental corrió a cargo de
la orquesta barroca Forma Antiqva, bajo la dirección de Aaron Zapico. El grupo,
con instrumentos originales, realizó una intervención muy adecuada, ofreciendo
la música como debió ser escuchada hace un par de centurias. Bueno, seguramente
mejor.
La escena fue responsabilidad de Pablo Viar. La
planteó con sencillez, quizá teniendo presente que estas obras, como
intermedios que eran, se interpretaban sin escenografía propia. Un sencillo
decorado, dibujando la silueta del mapa de España, y un discreto mobiliario adecuado
a la época que se representa, le bastaron para mover a los personajes con
dinamismo, dentro de las limitaciones de un pequeño escenario que, además,
tenía que dar cabida a la orquesta.
El público aplaudió largamente y, salvo dos
señoras a las que vi “huir” de la sala apenas desvanecido el sonido del último
acorde (¡qué falta de cortesía!), nadie se movió durante unos largos minutos,
algo que en estos tiempos no es habitual. La gente estaba contenta, se notaba.
Vidal Hernando
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