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martes, 12 de enero de 2016

EL CONCEJAL ZARZUELERO.




Seb.
Supongo que se ha enterado usted de la primera noticia zarzuelera de este recién estrenado año.

Hil.
Sea usted más específico y concreto. O por lo menos, oriénteme algo, porque esa manera … de preguntar …

Seb.
Bueno, querido amigo. Se lo diré de otra forma: ¿conoce usted la última novedad del universo zarzuelístico?

Hil.
¡Vaya hombre! ¿está usted guasón, o quiere practicar las oraciones gramaticales sinónimas? ¡Hable claro, que para enredar y enredarse ya  tenemos a los políticos y a los economistas.

Seb.
Bueno, bueno. No se sulfure, que puede usted salir incendiao. La cosa es que me han dicho que un señor, llamado Roberto Sánchez Ramos, concejal de cultura del Ayuntamiento de Oviedo, ha declarado haberse puesto en contacto con diversos escritores asturianos para que escriban libretos de zarzuela.


Hil.
¿Libretos de zarzuela? ¿Ha dicho usted libretos de zarzuela?

Seb.
Lo que ha oído.

Hil.
¿Seguro? ¿Libretos? Dígame, hoy, ¿qué santo es?

Seb.
¿Por qué me pregunta eso? No lo sé. Pero déjeme que mire en mi agenda.

Hil.
Mire, mire usted, haga el favor.

Seb.
Pues hoy, once de enero, es San Teodosio, santo nacido en la Capadocia, que murió a los 105 años y cuyo nombre significa “regalo de Dios”.

Hil.
¡Ay, amigo! ¡Con que “regalo de Dios”! ¡Ahora lo entiendo! ¡El de Arriba se ha acordado de la zarzuela!

Seb.
Hombre, Don Hilarión. Yo sé que es usted creyente y practicante.

Hil.
Practicante, no; boticario.

Seb.
Me refería a practicante religioso, porque usted va a la iglesia, ¿no?

Hil.
¡Pues claro! ¿Quién cree usted que le pide al Altísimo por la zarzuela?

Seb.
Pues debe haberle escuchado porque, como le digo, el señor concejal de cultura ovetense va a pedir a escritores astures nuevos libretos de zarzuela, pero no cualquier cosa, no; libretos, digamos, temáticos, para entendernos.

Hil.
¿Como temáticos? Todos los libretos son temáticos, usea se, tiene un tema.

Seb.
No, no, no es eso. Bueno, sí. Me parece que me voy a liar. Lo que quiero decir es que el  señor concejal ha dicho que que los libretos traten de temas como el desahucio o el paro.

Hil.
¿El desahucio y el paro?  Y, dígame, ¿en que partido milita ese edil asturiano, si puede saberse?

Seb.
Puede saberse, pero yo no lo se. Lo que sí se es que el gobierno es un tri… No me sale la palabra.

Hil.
¿Un triunvirato?

Seb.
¡No, no!. ¡Un tripartito!

Hil.
¡Ah, ya entiendo!  Ya vislumbro los apéndices auditivos al predador de los montes del Principado, conocido como canis lupus.

Seb.
¿Cómo dice?

Hil.
Que ya le veo las orejas al lobo.

Seb.
Ahora soy yo quien no le entiende.

Hil.
Es fácil. Un tripartito, en este país, sólo puede ser de izquierdas. Y como los de la izquierda se llaman a sí mismos progresistas, las zarzuelas tienen que hablar de paro o de desahucio. Es lo más natural,

Seb.
¡Hombre, son temas de actualidad!

Hil.
Sí, sí, lo se. Y puede que hasta den juego, mire usted por dónde. Por ejemplo, se me ocurre, así a bote pronto … en lugar de un  coro pidiendo trabajo con esa machacona y horrible musiquilla de las manifestaciones: “¡Queremos trabajo! ¡Queremos trabajo!”, pueden pedir lo mismo cantando a cuatro voces (dos masculinas y dos femeninos, por lo de la igualdad, sabe usted); cuatro voces polifónicas y contrapunteadas, y … si aparecen los antidisturbios, las voces pueden ser … fugadas.

Seb.
¡Don Hilarión, por favor! Noto en su respuesta una cierta ironía.

Hil.
¿Ironía? No, por Dios … Sólo un poquito de cachondeo. ¡Vaya ocurrencia! ¿Y para esto tiene que juntarse un tripartito o lo que sea?

Seb.
Deduzco que la idea no le parece bien.

Hil.
Mire usted, querido amigo; le voy a decir lo que le diría a ese señor concejal si tuviera ocasión: Los problemas de la gente, el paro, el desahucio, las enfermedades … lo que hay que hacer es solucionarlos, resolverlos, arreglarlos, darles una salida. ¡Pero no  convertirlos en zarzuela! ¡Lo que nos faltaba!


Seb
Le encuentro a usted muy circunspecto.

Hil.
¡Qué quiere!
           

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