Conciertos
paralelos al Congreso Internacional “Las músicas de Cervantes”, de la
Universidad de Castilla-La Mancha. Salón
del Antiguo Casino, Ciudad Real, 21, 22 y 23 de septiembre de 2016.
Como complemento a las densas e interesantes
sesiones académicas del Congreso Internacional “Las músicas del Quijote”, se
celebraros en las fechas y lugar señalados tres interesantes conciertos, abiertos al público, con repertorios siempre
alrededor de la figura del escritor alcalaíno.
Olalla Alemán y Luis A. González |
Los músicos
de Su Alteza.
1616. En
torno a Miguel de Cervantes.
Obras de C. de Rore, A. de Cabezón, S. Aguilera
de Heredia, G. Frescobaldi, F. Correa de Arauxo, C. Monteverdi, J. Arañes y
G. Bataille.
Olalla Alemán, soprano. Luis Antonio González, clave.
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El primero de los conciertos ofreció un abanico de
obras de la época de Cervantes, alguna de las cuales bien pudo haber sido
escuchada por el autor del Quijote.
Un interesante panorama en el que la soprano Olalla Alemán, cantó con solvencia
técnica, afinación y estilo. Luis Antonio González, al clave, tanto en labores
de acompañamiento como de solista en alguna de las piezas, consiguió interesar
a un auditorio formado por musicólogos e investigadores y al público local que
llenaba el salón. El programa, aún estando circunscrito a un tema y épocas muy
concretas, fue diseñado con inteligente planteamiento para no resultar monótono
y, sobre todo, planteado con el rigor históricoque caracteriza las interpretaciones de Los
Músicos de Su Alteza.
Esther Acevedoi y Silvia Nogales |
Don
Quijote: Entre la voz y el deseo.
Obras de
J.M. Cortés, H. Rutter, M. Fleta, A. Mudarra, E:
de Valderrábano, L. de Narváez y G. Sanz.
Esther Acevedo, actriz. Silvia Nogales Barrio,
guitarra.
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Más que de un concierto, en el sentido
tradicional, podemos hablar de un espectáculo lírico-musical, pues el acto consistió
en la declamación de algunos episodios del Quijote
acompañada de música guitarrística. El diseño del montaje resulta
complicado para ajustar ritmos y duraciones de la música y el texto, pero los
resultados escuchados demostraron la perfecta sincronización de una y otro. El trabajo de Esther Acevedo me pareció
excelente; la verdad es que cuando se tiene ocasión de escuchar un texto bien dicho,
con las inflexiones vocales que pide la letra, con una gestualidad discreta y
sin exageraciones, se aprecia mejor la riqueza que contiene. Silvia Nogales, a
la guitarra, realizó un acompañamiento adecuado, dejando el protagonismo a la
voz, aunque en algún momento, algunos números de la Suite española, hubiéramos preferido una mayor definición. El
público aplaudió generosamente un original montaje, que presenta la novela
cervantina de un modo muy atractivo.
Aurelio Viribay y María Zapata |
Canciones
sobre poemas de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616)
Obras de E. Halffter, L. Balada, S. Bacarisse,
A. Vives, F. Obradors y M. Salvador.
María Zapata, soprano. Aurelio Viribay, piano.
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El último de los conciertos ofrecía un programa infrecuente
y especializado: sólo canciones de concierto, de autores españoles del siglo
XX. Un programa, complejo y arriesgado por cuanto está demostrado que el
público tiene más dificultades para “entender” músicas que escucha por primera
vez, sobre todo cuando está acostumbrado a que se le ofrezcan, una y otra vez,
programas que conoce de memoria.
El hecho de que las obras sean canciones de
concierto, viene a demostrar que el repertorio español no está huérfano de
estas manifestaciones artísticas, aunque no sean programadas con la frecuencia
que merecen. Hay que agradecer, por tanto, a los organizadores el planteamiento
de este recital y a los intérpretes su puesta en pie.
María Zapata mostró una voz potente, afinada y equilibrada
en todos los registros. Aurelio Viribay, por su parte, acompañó con la
discreción que requiere esta especialidad musical y solventó con expresividad los
momentos que las partituras interpretadas piden un auténtico pianista de
concierto.
En conjunto, tres conciertos interesantes, muy
interesantes, que ofrecieron un amplio panorama de música cervantina; que
fueron aplaudidos por un público no conocedor de estas obras. Si tuviera que
destacar alguna de las páginas interpretadas citaría las Cervantinas de la compositores castellonense Matilde Salvador, no
sólo por el interés de las propias canciones, sino porque no suele ofrecérsenos
la oportunidad de escuchar el ciclo completo.
Un último detalle a destacar, la breve
presentación de cada obra por parte de los intérpretes, ayuda mucho a los
oyentes a situar la obra en su época y estilo. Esta práctica debería ser más
frecuente en recitales que presentan programas como los reseñados.
Vidal
Hernando.
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