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jueves, 28 de junio de 2018

Recital: Cuatro centenarios.


Cuatro centenarios.
Obras de Miguel Marqués, Quinito Valverde, Luis Foglietti y Matilde Salvador.
Aída  Rojo, soprano. Gabriel Blanco, tenor. Isabel Dombriz, piano. Sala Manuel de Falla. SGAE. 26-6-2018.


La celebración de los aniversarios “redondos”, centenarios principalmente, es ocasión para recordar el trabajo de personas que, según nuestra inveterada costumbre olvidamos sin razón alguna. Por lo menos, gracias a estas conmemoraciones y al interés de algunas personas y entidades, tenemos la oportunidad de conocer, al menos una pequeña muestra de la música que estas personas crearon y que, en su tiempo, fue apreciada por sus contemporáneos. Lo ideal sería que recitales de este tipo sirvieran para que músicas olvidadas se incorporaran a los repertorios y programas de concierto.

En este 2018 se cumplen los trescientos años del fallecimiento de Pedro Miguel Marqués (1843-1918), Luis Foglietti (1877-1918) y Joaquín Valverde Sanjuán (1875-1918), más conocido como Quinito Valverde, para diferenciarlo de su padre, el también compositor Joaquín Valverde Durán. Además, el pasado mes de marzo, hubiera cumplido cien años Matilde Salvador (1918-2007), una de nuestras más importantes compositoras. De ella tuvimos ocasión de escuchar dos de sus íntimas y delicadas Canciones de nana y desvelo (Desvelo ante el agua y Nana del mar). De Quinito Valverde, músico enormemente prolífico en el mundo de la zarzuela y de la canción, pudimos conocer nueve fragmentos poco menos que inéditos pertenecientes al sainete lírico ¡Viva Córdoba! (1902), al vodevil ¡A ver si cuidas de Amelia! (1914, colaboración con Figlietti), a la zarzuela cómica Los invasores (1893), y cuatro canciones: Belle Ninetta, Bravade Andalouse, la jota La chiquita de Nájera y el tango Bettina. Luis Foglietti estuvo, además, representado por unas Guajiras populares y un fragmento de su sainete La buena moza (1904).  Por último del desconocido compositor teatral y sinfónico Pedro Miguel Marques pudimos escuchar tres fragmentos de dos importantes zarzuelas: El reloj de Lucerna (1884) y El anillo de hierro (1878)

En el amplio recital escuchamos, por tanto, zarzuela grande, género chico y canciones, es decir un abanico de música de fuste y exigencia vocal,  junto a la picardía e intencionalidad de las pequeñas piezas teatrales, y la ligereza simpática de las canciones, más cercanas al cuplé que al sesudo lied de origen germano.


La soprano madrileña Aída Rioja estuvo más cómoda en el repertorio ligero que en la severa escritura de Marqués (la conocida romanza “Lágrimas mías” de El anillo de hierro  es ciertamente complicada), aunque siempre mantuvo una estupenda dicción y vocalización. Gabriel Blanco, tenor albaceteño, mostró una voz poderosa y brillante en todo el registro, muy adecuada para la interpretación de nuestra gran zarzuela. Ambos fueron acompañados con maestría por la pianista Isabel Dombriz, que, además ofreció la versión para el teclado de los preludios de ¡A ver si cuidas de Amelia! y ¡Viva Córdoba!.

El concierto, organizado por el Centro de Documentación y Archivo de la SGAE resultó atractivo y agradable. Y volvió a poner der manifiesto que en sus archivos, como en otros músicos, se guarda mucha música que merece ser desempolvada y escuchada.

Vidal Hernando.

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