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lunes, 24 de marzo de 2025

Los locos. Humor del siglo XVIII.

 

Zarzuela de Félix Máximo López.

Mariví Blasco, soprano. Ingartze Astuy, mezzosoprano. Francisco J. Sánchez, tenor. Mario Villoria, barítono. Camerata del Prado. Director musical: Tomás Garrido. Directora de escena: Ana Contreras.
Ciclo Conciertos UAM-Auditorio Nacional. Sala de cámara. 23-03-25.

Cada día tenemos ocasión de comprobar la grandeza, en cantidad y calidad, de nuestro pasado musical, gracias al trabajo de los investigadores y musicólogos, que escarban en los fondos de bibliotecas y encuentran obras atractivas, bien hechas y que, hoy, siguen teniendo vigencia sonora y significado, porque, aunque pueda parecer extraño, su mensaje sigue teniendo actualidad y, además, cumple el objetivo con que nació.

Poco sabemos, en general, de Félix Máximo López (742–1821), contemporáneo de intérpretes y autores de la talla de José Lidón, Blas de Laserna, Antonio Soler, Pablo Esteve, Vicente Martín y Soler, Luis Misón, etc., cuya producción musical es importante y, sobre todo, interesante, buscando la risa sin prejuicios ni ofensas. Esta obra, Los locos”, es una página sorprendente, curiosa y atractiva; una obra teatral escrita, letra y música, a lo largo de la vida del autor, destinada a ser interpretada en el ámbito doméstico (una práctica frecuente en la época). Los protagonistas son cuatro personajes que, fingiéndose locos, critican todo lo que se les ocurre con un humor sencillo, inteligente, atractivo y, en ocasiones “políticamente” incorrecto.


 

La representación escuchada ha sido una selección, pues su totalidad dura cerca de 4 horas. En ella hemos escuchado siete fragmentos que han ido “entrando” en el público poco a poco, desde una cierta timidez al comienzo, hasta una verdadera complacencia al final. En lo musical, hemos conocido una serie de números de  gran entidad, tanto en lo instrumental como en lo vocal.  Música bien hecha, fragmentos atractivos, números de conjunto, como un terceto vocal entre tres voces, dos sordos y un mudo, algo impresionante, prácticamente inédito y único en el repertorio universal. Otro número comenta una “fiesta de toros” y otro una “tarde teatro”. En lo formal, han seguidillas, arias, conjuntos, violeros y una referencia a la célebre canción de Malbruck,

En la interpretación han destacado todos los intervinientes. Los cantantes, Mariví Blasco, por su voz atractiva y dicción clara; Ingartze Astuy, por su desparpajo y vis cómica, Francisco J. Sánchez, tenor de carácter y  Mario Villoria, de voz poderosa y llena capaz de sacar adelante el personaje del mudo que nada claro dice, porque es mudo. Los cuatro hicieron sus personajes con calidad indudable y con elegancia. La Camerata del Prado, muy correcta, se presentó con  una discreta vestimenta que se unía  al carácter carnavalesco de la representación. Su director, Tomás Garrido, hombre de música y teatro de reconocido prestigio, se incorpora la representación en varios momentos.

 

De la puesta en escena se encargó Ana Contreras, que consiguió dar a la representación de una obra “casera” y sin argumento concreto, una continuidad de la idea básica de la zarzuela.

En resumen, una simpática y agradable tarde de teatro, demostrativa de cómo, hace más de dos siglos se hacía frente con la inocencia, la inverosimilitud, el desatino, y el despropósito, a temas y sucesos que interesaban a los creadores. El público disfrutó y aplaudió con ganas.

José Prieto Marugán. Fotos: Centro Superior de Investigación y Promoción de la Música-UAM.

domingo, 9 de marzo de 2025

Una “Gran Vía” rejuvenecida.



La Gran vía. Revista madrileña cómico-lírica-fantástico-callejera en un acto y cinco cuadros, escrita por Felipe Pérez González, con música de Federico Chueca y Joaquín Valverde Durán.

Intérpretes: Rosa María Abella, Lucía Beltrán, Arantxa Cooper, Albert Díaz, Marina Fita, Yasmín Forastiero, Iago García Rojas, Rosa Gomáriz, Iría Goti, Luis Maesso, Alicia Moreno Royo, Álex Parra, Nacho Quiñonero, Adrián Quiñones, Andrea Rey, Miguel Ángel Roldán, Miriam Silva, Marcelo Solís, Rodrigo Turégano, Nacho Zorrilla.

Equipo técnico. Dirección de escena y adaptación: Enrique Viana. Escenografía: Carmen Castañón.
Vestuario: Gabriela Salaberri. Iluminación: Alfonso Malanda. Coreografía: Cristina Arias.Grupo de Cámara de la Joven Orquesta Nacional de España. Dirección musical, adaptación y reorquestación: Néstor Bayona. Teatro de la Zarzuela, 7 de marzo de 2025.

Vaya por delante que La Gran Vía es lo que llamamos “revista de actualidad”, es decir un espectáculo lírico que “pasa revista”, a los sucesos relevantes de su tiempo. Una “revista de espectáculo” no tiene un desarrollo argumental contínuo, sino que la forman distintos cuadros independientes, en los que se expone, comenta, critica y reprocha acciones del momento. En el caso de la original de Felipe Pérez se habla de un futuro proyecto urbanístico municipal para construir una calle, una Gran Vía, lo que convoca a calles y plazas capitalinas. Se exponen, además, los lamentos de una criada, las andanzas de tres rateros y la inacción de la policía. Vienen luego las quejas de los barrios periféricos: el del Pacífico, el de las Injurias y hasta las de la Puerta del Sol. Por último, una gran apoteosis, en la que se afirma que la Gran Vía, será una realidad “el 30 de febrero”.

Ante esta idea global, el tenor madrileño Enrique Viana, aquí como director de escena y adaptador del libreto, ha decidido seguir el planteamiento del concepto de “revista” y presenta un espectáculo con personajes que son los que ahora están de actualidad en Madrid, y preocupan a sus gentes: la Gentrificación (desplazamiento de poblaciones), la Especulación, la Inteligencia Artificial, las Hermanas Contaminaciones, la Vivienda Turística, el Fondo Buitre… que sustituyen a todos los de 1886. Para ello prescinde de todo el texto hablado antiguo, sustituyéndolo por el suyo propio. De la parte musical falta el tango de “Doña Virtudes”, que no figuraba en la primera redacción.

El resultado es magnífico, excelente, con gracia, con picardía, con humor, con elegancia y con un sentido teatral inteligente y directo. Un lenguaje que la Inteligencia Artificial no termina de entender, Están también la queja sobre las contaminaciones que sufrimos a diario: la acústica, la atmosférica, la lumínica. No faltan los lamentos sobre la Vivienda Turística, y los daños de los Fondos Buitres.

 

Los intérpretes junto a la Directora del Teatro: Isamay Benavente
 

Este grandioso espectáculo, el noveno del conocido Proyecto Zarza, fue defendido con entusiasmo por una veintena de intérpretes procedentes de una selección a la que concurrieron cientos de aspirantes. Los seleccionados proceden de Conservatorios, Escuelas de Canto y de Teatro; algunos de ellos es la primera vez que se enfrentan a la zarzuela y al teatro en verso. Todas las dificultades inherentes las han superado con esfuerzo, estudio, entrenamiento y, sobre todo, entusiasmo. A ello hay que añadir catorce componentes de la Joven Orquesta Nacional de España, que dieron un acompañamiento solvente y eficaz, gracias a la dirección del maestro Néstor Bayona. Se advierte, perfectamente, el sentido de equipo que han conseguido ambos grupos.

La puesta en escena es muy dinámica, no hay un momento de reposo y el deambular de los intérpretes es atractivo, eficaz y colorista. El vestuario, inspirado nada menos que en Chanel, es vistoso y adecuado. La iluminación bien realizada, especialmente sorprendente cuando se enciende el traje de la intérprete del encantador “Vals de la bujía”; de Luces y sombras, también de Chueca y Valverde, que, termina con unos gorgoritos poderosos y un par de sobreagudos brillantes, claros, afinados y potentes.

En el coloquio subsiguiente que acompaña a estas presentaciones, hubo quien preguntó si este espectáculo iba a poder verse fuera de Madrid. No tenemos noticia; es problema de financiación, porque los intérpretes son 35 personas a las que hay alojar y mantener; a ellas hay que sumar, transportes, dietas y el coste del trabajo de todo el personal del teatro que interviene en el montaje y en la representación. No obstante, pero creemos que hacer un esfuerzo merecería la pena.

José Prieto Marugán. Fotos: Teatro de la Zarzuela.

 


 

viernes, 7 de marzo de 2025

Zarzuela: Los locos.

 

Obra dramática-musical con texto y música de Félix Máximo López. Estreno mundial.

 

Muy pocos son los datos biográficos que se conocen del músico, organista y compositor español del siglo XVIII, Félix Máximo López (742– 1821), contemporáneo de intérpretes y autores de la talla de José Lidón, Blas de Laserna, Antonio Soler, Pablo Esteve, Vicente Martín y Soler, Luis Misón, etc. Contrajo matrimonio, en 1766 con María Dominga de Bartholomé Remacha, con la que tuvo cuatro hijos y de la que enviudó en 1780. Al año siguiente casó, en segundas nupcias, con Melchora Pérez Día, con la que tuvo tres hijos.

 Prácticamente nada sabemos de su formación, pero sí que  fue organista de las Descalzas Reales en 1765 y  en la Real Capilla en 1770. En esta Capilla, con diferentes cargos se mantuvo, con distintos empleos durante más de cuatro décadas. Escribió unas 500 obras para órgano (la mayoría de ellas hoy perdidas), páginas para teclado, un método para órgano, y obras líricas (tonadillas, villancicos…) y teatrales, muchas de ellas destinadas a su entorno más íntimo: familia y amigos. Entre estas últimas composiciones figura Los locos, página que formalmente podemos calificar de zarzuela (pues en ella se canta y se habla), aunque, quizá, le cabría mejor señalarla como “fantasía lírica disparatada”.

Los locos es un espectáculo formado por números sueltos, entresacados de los manuscritos originales de la obra que conserva la Biblioteca Nacional de España, que se presentaron hace dos temporadas como estreno mundial en la Sala de Cámara del Auditorio Nacional de Música de Madrid, dentro del ciclo organizado por el Centro Superior de Investigación y Difusión de la Música (CSIPM), de la Universidad Autónoma de Madrid.

Dramatización de Ana Contreras.

La representación de Los locos comienza en el mismo tono informal propio de la producción teatral del autor. Los intérpretes y el director presentan la obra al público, que puede llamarse: “ópera, zarzuela, ensalada o potaje” y se decantan por “zarzuela”, porque en ella se habla y se canta.  Los números musicales incluyen arias, dúos, tercetos, cuartetos, danzas, fugas e intervenciones instrumentales.

Obertura o Sinfonía.

Número instrumental.

Hablado – La parola.
Los personajes/intérpretes muestran distintos puntos de vista sobre la obra.

Música antigua – Hablado.

Los cantantes bajan y entran por las puertas del escenario expresando sus opiniones a favor y en contra. No obstantes empezarán el número musical.

Música - Los 4 locos – Cuarteto (“Qué extravío”).

Cada uno canta sobre la disciplina que estudia.

El conjuro. Hablado con acompañamiento musical.

Los protagonistas discrepan sobre si cantarán el siguiente número o no.

Fuga de la suegra de Blas – Cuarteto (“Sin remedio estoy perdido”).

El Bajo se queja y sus compañeros no le entienden: su suegra ha resucitado y la Soprano propone un conjuro para que la suegra vuelva a morirse.

Escena teatral. Hablado.

Se discute si el número siguiente es políticamente correcto y si se canta o no, porque consiste en reírse de un sordo, un mudo y un ciego. No se ríen de nadie en particular, pero el número es ingenioso.

Terceto – Música – Ciego (soprano), Sordo (Alto), Mudo (bajo). (“Dos sordos y un mudo”).

Lo anuncia el tenor, que no interviene. Soprano y Alto cantan cosas sin sentido; ninguno entiende lo que canta el otro.

Música – Fiesta de toros – Concertante (“Mañana famosa”).

Los cantantes no dan demasiada importancia a la trágica cogida del torero Pepe Illo, el 11 de mayo de 1801, en Madrid.

Escena teatral – Hablada, breve.

Tomás está nervioso por las facultades y problemas del espectáculo. Todos le animan y Tomás declara que él es Don Máximo López Sorpresa general.

Final – Allegro sinfónico.

úmero musical (“Valeroso Carlos Quinto”).

Malbruk. Pastoral (“El mundo está perdido”)

Voleras (Boleras) instrumentales (“Bien parao”).

Canzoneta (“Sean pues, señores míos”)

Los intérpretes declaman sobre la música textos que son despropósitos disímiles entre sí. Hay un recuerdo a la célebre canción de Malbrouck. Se incluye una tonadilla a cargo de la Alto. Alto y todos sus compañeros ofrecen una música conclusiva de la zarzuela. La representación finaliza con Tomás sacado de la escena, a rastras, porque ha perdido la cabeza.

Escena teatral – Hablado.

Tomás Garrido, el director, constata que el público se ha reído, aunque no haya entendido nada. Los intérpretes no están de acuerdo con que el siguiente número tenga que ver con la tauromaquia. Mario está en contra, pero Mariví y Paco lo defienden, como lo hizo Goya. La discusión es zanjada por Tomás, que dice que quien manda es él.

Los locos  será interpretada por Mariví Blasco, soprano. Ingartze Astuy, mezzosoprano. Francisco Sánchez, tenor. Mario Villoria, bajo. Camerata del Prado. Tomás Garrido, director musical. Ana Contreras, directora de escena. María Luisa Navarro, edición de la música.

La representación tendrá lugar en la Sala de Cámara del Auditorio Nacional de Música, de Madrid, el 23 de marzo de 2025.

José Prieto Marugán.