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lunes, 1 de julio de 2013

EL BARRIO SUCIO




 Pensamientos de un barbero.





He estado de visita en el barrio judío de una ciudad andaluza. ¡Qué belleza! Calles estrechas, rincones escondidos, callejones, recovecos, trazados caprichosos, nada de rígidas geometrías ni simétricos diseños, plazas recoletos donde crece una palmera, curvas fachadas donde esconderse de mirada ajena el amor o la muerte.

Todo limpio, muy limpio, impoluto. Casas de paredes encaladas que se adornan de vivos colores, contrastes de albero. El barrio olería a limpio, a recién pintado, si no fuera porque sus flores, muchas flores, mezclan sus aromas con el aire de un barrio sin coches, en el que no hay prisas. Y en este barrio limpio  ¡ni una sola pintada!. Ni una sola huella del analfabetismo cívico de esos guarros que actúan con naturalidad y alevosía; sin ninguna señal que identifique a quien más valía pasar sin nombre.
 

Mi barrio también es judío, o lo fue. Hoy es una mezcla de gentes de varia procedencia, aunque casi todos, de pobre condición. Nada que objetar a esta multirracialidad, pero mi barrio está sucio.


Me da pena y rabia. ¿Por qué estas calles que tanto han sufrido tienen que soportar la suciedad y la desidia, en tiempo en los que se supone que somos más cultos, más maduros, más civilizados, más democráticos, más solidarios…? ¿Quiénes son los responsables?

¿Por qué mis aceras tienen que soportar manchas indelebles y eternas de chicles pisoteados? ¿O la podrida humedad de sus rincones, convertidos en urinarios de emergencia? ¿O las verduscas y corrosivas cagadas de las cada día más numerosas palomas? ¿He dicho cagadas? Perdón, quizá debería haber escrito “deposiciones” que es más políticamente correcto.

¡Por qué las fachadas de las casas están pintarrajeadas con toda clase de figuras, símbolos, siglas, proclamas, anuncios, mensajes, … que llaman grafitis? ¿A quién se le ha ocurrido llamar a esto “arte” y pedir, en consecuencia, que se conserve. ¿Arte? ¿Arte urbano? ¡Miren en el diccionario lo que significa “urbano”.

¿Con permiso de quién guarrean la estética de la propiedad privada? ¿Por qué muchos rincones hieden a orines?

Cada día son más las calles que no se limpian a escoba o cepillo, en su lugar, el personal del servicio de limpieza (cada vez se usa menos la palabra barrendero y mucho menos la de manguero) utiliza unas máquinas sopladoras, horriblemente ruidosas y molestas, que mueven la suciedad de un lado a otro, levantando el polvo que se adhiere, desesperado, a los coches y a los bajos de las fachadas. El soplador (¡a nadie se le ocurra llamarle soplón!) trata de amontonar la suciedad y otro sujeto la recogerá.

Ese otro individuo, viene caballero en un cochecito que aspira la porquería. ¡Qué juguete! La máquina anda hacia delante y hacia atrás, como un baile,  gira en un espacio pequeñísimo, casi en un ladrillo, como el chotis. Y hasta lo hace con gracia. Pero, ¡ay!, hay lugares donde la maquinita no llega.

Ya no se baldean las calles ni se mojan con aquellas potentes mangas cuyo poderoso chorro tenían que sortear los últimos noctámbulos de la ciudad. Nuestros niños han olvidado aquella letanía provocadora: la mana riega, que aquí no llega …

Ahora, tenemos unos camiones-cisterna que sueltan, a voluntad del conductor, unos potentes chorros de agua que entorpecen el tráfico, salpica los coches y no moja toda la calle, porque los chorros de agua han de ser interrumpidos con frecuencia. El resultado del paso de esos camiones es una media limpieza.

No estoy tan seguro de que las mejoras en las condiciones de trabajo de estos obreros (empleados) mantenga la eficacia de su labor. Pero no es ese el problema.  La causa es que mucha gente es guarra. Hay quien la llama incívica o desconsiderada, pero su nombres es guarra, puerca, …

No sé si faltan normas o castigos serios a quienes las transgreden. Pero está claro que si se ensucia y no se limpia …

Lo siento mucho, pero no doy el nombre de la ciudad porque no quiero dar pistas a esos guarros incívicos e impresentables sobre que hay una ciudad bellísima y limpia. ¡Al enemigo no se le pueden dar pistas!


Lamparilla

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