Son muchas las personas, incluso aficionados, que creen que la única forma de escuchar zarzuela en vivo es: asistir a una representación escénica o escuchar un concierto de romanzas cantadas por uno o varios solistas, con acompañamiento de piano o de orquesta.
Pues no, hay más. La zarzuela ha sido, y ojalá vuelva a serlo, un género musical que se presentaba en público en distintos formatos. Además de las formas citadas, existen partituras para dúos y otras formaciones instrumentales, entre ellas el sexteto (dos violines, viola, violonchelo, contrabajo y piano) que se alimentaban de transcripciones de los grandes éxitos realizadas por los propios compositores y por especialistas, que eran auténticos expertos en preparar los materiales correspondientes para que estos conjuntos pudieran hacer sonar las mejores melodías de una zarzuela, de manera que pudiera ser escuchada en teatros y también en hoteles, restaurantes, balnearios, bares y otros establecimientos (como curiosidad digamos que las Ordenanzas laborales de Profesionales de la Música, de 1963, determinan las plantillas obligatorias de músicos y sus categorías para estos establecimientos).
En el concierto, conmemorativo de los 123 años de la fundación de la Sociedad de Autores Españoles, tuvimos ocasión de escuchar media docena de selecciones originales. Merece la pena recordar el programa: Recuerdo a Gaztambide, de Chapí, gran pot-pourri sobre motivos de sus mejores obras,; fantasía de Marina, de Arrieta (arreglo de E.H. Anduaga); selección de El Juramento, de Gaztambide; segunda fantasía de Don Manolito, selección de Sol en la cumbre (preparada por J.E. Pacheco), y segunda fantasía de Black el payaso, las tres últimas de Pablo Sorozábal. Todas las piezas presentaban las melodías más características de cada obra, en arreglos verdaderamente elaborados y de evidente calidad musical.
Sus intérpretes no fueron un simple grupo de músicos que se reúnen para dar un concierto, un ocasional “bolo”, sino que forma un conjunto exigente, que prepara sus recitales, ensaya lo necesario y ejecuta estas selecciones con el máximo rigor. EL resultado es una experiencia para el oyente muy atractiva, en la que puede disfrutar del empaste de un clásico conjunto instrumental, del colorido de los distintos instrumentos, de la originalidad del arreglo, y del cuidado que creadores e intérpretes han puesto en ello. Roberto Mendoza y Esperanza Velasco, violines; Santiago Kuschevatzsky, viola; Paul Friedhoff, violonchelo; Fernando Pobletre contrabajo y coordinador musical, y Ángel Huidobro, piano, son los componentes del Ensamble de Madrid. Fueron muy aplaudidos en la velada y correspondieron con un bis fuera de programa.
El Ensamble de Madrid tiene una amplísima discografía: 10 CDs de “selecciones originales de zarzuelas para sexteto con piano”; y otros dos (Jacinto Guerrero y el sexteto con piano, y Zarzuela en pequeño formato) disponibles en el mercado. Merece la pena hacerse con alguno y escucharlo con atención: es otra forma de acercarse a la zarzuela que resulta muy agradable.
Vidal Hernando.
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