Escena de la obra (Foto. T. Zarzuela) |
La del manojo
de rosas (Sainete lírico en dos actos de Anselmo Cuadrado Carreño y
Francisco Ramos de Castro. Música de Pablo Sorozábal). B. López. I. Ballesteros.
D. Lagares. H. A. García. J.M. Padrón. L. Varela. Dirección de escena: Emilio
Sagi. Coro del Teatro de la Zarzuela. Orquesta de la Comunidad de Madrid.
Director musical: Miguel Ángel Gómez Martínez. Teatro de la Zarzuela 5-1-2014.
Dice el
refranero castellano que “nunca segundas partes fueron buenas”. Está
completamente equivocado si se intenta aplicar al segundo reparto de la
reposición de La del manojo de rosas de
Emilio Sagi, en el Teatro de la Zarzuela, de Madrid.
Ochenta años
tiene ya este sainete (se estrenó en 1934) y sigue mostrando la lozanía y
frescura de su inspiración musical, el sentimiento sencillo y emocionado de su
letra seria y la gracia y desparpajo de sus diálogos cómicos. Estos elementos
son la clave de su éxito y de su vigencia. La
del manojo de rosas, es obra muy popular y conocida (un señor que tenía
tras de mí se la sabía entera, y no perdió ocasión de hacérselo saber a su
acompañante, ¡qué castigo!). No es momento, por lo tanto, de volver a recordar
datos o detalles que son del dominio público y que están al alcance de cualquiera.
Lo que interesa
es ofrecerles a ustedes nuestra opinión sobre la representación vista y oída
hace unas pocas horas. Analizada en conjunto: formidable, modélica, de primer
nivel. Una de las mejores funciones que hemos escuchado en el primer teatro de
nuestro género lírico. La magia del teatro, la magia de la música, la magia de
la zarzuela se adueñó de la sala y creó un ambiente especial. Hasta en el
preludio del segundo acto, la orquesta consiguió que la mayoría del público se mantuviera
en silencio, sosteniendo, incluso, su mudez durante unos segundos cuando la
música ya había concluido, y eso que sigue habiendo espectadores que consideran
que los preludios no merecen la atención de las romanzas o los dúo. Otro
detalle: Todo el teatro se mantuvo en sus butacas al finalizar la
representación, cuando es habitual ver que apenas ha caído el telón la primera
vez, hay personas que parece que quisieran huir, de la precipitación con la que
abandonan la sala.
¿A qué se debe
este éxito? A la profesionalidad, seriedad, ilusión y cariño con que se ha desarrollado
el trabajo. Hay que recordar que este “segundo reparto” tuvo la ocasión de ser
preparado por la gran Teresa Berganza, cuya profesionalidad, seriedad, ilusión
y cariño por la zarzuela están fuera de toda duda. Se nota su mano en pequeños
detalles dinámicos, en el sostenimiento de esas notas finales de las romanzas,
que detuvieron el tiempo en la sala. Las mismas cualidades adornan el trabajo
escénico de Emilio Sagi, heredero por vía genética de una tradición
interpretativa zarzuelera importantísima, capaz de plantear las obras que
aborda con la normalidad que corresponde a sus libros y músicas originales.
Emilio Sagi no necesita recurrir a planteamientos extraños y ajenos a la intencionalidad
de los autores, que pretenden demostrar reivindicaciones políticas o sociales
(siempre las mismas), nunca imaginadas.
A ellos hay que añadir la exquisita dirección musical de Miguel Ángel
Gómez Martínez, una de nuestras primeras batutas. Gómez Martínez ha colocado a
la orquesta en su justo nivel, sin prisas, sin dinámicas exageradas, haciendo
que se escuchen todos los detalles de la elaborada partitura de Sorozábal y, lo
que es fundamental en el teatro cantado, ha mimado a las voces, las ha
acompañado con delicadeza y suavidad. ¡Qué magnífica habanera!
A estas
grandes líneas creativas se incorporaron los protagonistas del sainete también
con seriedad e ilusión. Belén López,
soprano madrileña, hizo una Ascensión magnífica, con una línea de canto de
primer nivel, afinación, correcta dicción y dominio de fiato en unos finales
inagotables. Inés Ballesteros, madrileña también, dio vida a una Clarita con
salero y desparpajo, muy interesante en el trabajo actoral aunque su voz no
llegara con la suficiente fuerza a los confines del teatro. David Lagares,
barítono onubense, fue Joaquín, el mecánico enamorado de la florista. Cantó con
firmeza, potencia y buen gusto, dando visos de sinceridad y apasionamiento a
sus declaraciones amorosas. Héctor Ángel García, valenciano, fue Ricardo, el
aviador hacia el que Ascensión se refugia cuando se cree burlada por Joaquín;
dio vida a su personaje con soltura, planteándole con un adecuado toque de
frivolidad porque, en realidad, le interesan más los aeroplanos que las rosas.
Junto a Lagares pusieron en pié el simpático dúo-pelea entre sus personajes con
más gracia que violencia.
Juan Manuel
Padrón , canario, fue capaz de meterse en la piel de ese Capó enamorado de
Clarita que tiene que luchar no sólo contra las “modernas” ideas de ella, sino con
la feroz competencia de Espasa, que le apabulla y le aturde constantemente con
expresiones pretendidamente cultas y exquisitas. Pero, claro, como el amor lo
puede todo, Capó ganará la batalla al camarero cuando le plante cara en caló,
dejándole boquiabierto y embobado, y demostrará a Clarita que por ella es capaz
de todo.
Por último
Luis Varela, madrileño y prácticamente especialista en el papel de Espasa, pues
lo ha representado en varias ocasiones. Su vis cómica se adapta al personaje
como un guante; a su texto hilarante e intelectualizado, une todo un catálogo
de detalles mímicos que potencian la gracia y la eficacia de sus
intervenciones.
La orquesta,
ya lo hemos sugerido, estuvo magnífica. Tengo la impresión de que los propios
músicos disfrutaron con su trabajo. Y cuando esto se consigue, el resultado
trasciende el foso y la escena para instalarse en la sala.
En resumen,
cuando la zarzuela no se hace “todo seguido”, como en tantas ocasiones, se
demuestra que hay futuro. Sobre todo, si se cuenta con un plantel de
intérpretes jóvenes entregados con entusiasmo a su interpretación.
Hemos empezado
con un refrán y habremos de terminar con otro: como “en la casa del pobre dura
poco la alegría”, lamentamos que en la página web del teatro no haya ninguna
fotografía de este segundo reparto, y que los pocos colegas de la crítica que
se han ocupado de esta reposición no hayan dedicado ni una palabra a estos
excelentes intérpretes..
Y para que no
quede un regusto amargo, dejamos constancia de que la función del día 9 de
enero de ste recién estrenado 2014, será retransmitida por Radio Clásica, de
Radio Nacional de España. ¡Ah, casi lo olvido!: Estará interpretada por ¡el
segundo reparto!
Vidal
Hernando,
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